Acta Pública.
Claudia Rodríguez.
Insoslayable la cuenta regresiva.
Cómo no cimbrarse ante el diagnóstico del presente y futuro del planeta y sus habitantes, que cada vez realiza de manera más cotidiana, contundente, sobresaliente y pública, la adolescente sueca Greta Thunberg.
La relevancia que entre los jóvenes e incluso mujeres y hombres que rebasamos la etapa escolar, ha cobrado el significado de salir un viernes con agenda en el colegio, a manifestarse para exigir de los Gobiernos del mundo acciones reales, contundentes e inmediatas, para detener el calentamiento global y la devastación que producen los contaminantes en los ecosistemas de todo el planeta, no puede ser desechada con una simple acotación discursiva y personal de cualquier dirigente o gobernante en el mundo.
Los que reaccionan al llamado de Greta, quien pide dejar al menos unas horas a la semana todos los deberes y reaccionar por el futuro; como ella también cumplen con acciones en su entorno cotidiano, no sólo en razón de contribuir lo menos posible a las emisiones del CO2, sino hasta en la reducción de contaminantes y desechos, así como en cambios alimenticios y hasta observación de la cantidad en el consumo de agua.
Quizá lo más impactante de todo este movimiento, es la conciencia y decisión férrea de millones de jóvenes, de dejar para otras generaciones futuras, la reproducción humana si es que el planeta se salva de la devastación; no sólo por lo gris del futuro del mundo en cuanto a sustentabilidad, también cuenta la actual y difícil situación en oportunidades escolares y de trabajo para mantenerse a sí mismo en un entorno cada vez más hostil.
¿Vale la pena el esfuerzo presente?
Es un cuestionamiento duro escuchar la pregunta que los chicos se hacen de ¿para qué el presente si no hay certidumbre del futuro?
Los argumentos centrales versan en que no se incide de manera tajante en tomar nuevas direcciones en los modelos demográficos, la producción de energías y de alimentos, la distribución y racionamiento del agua, así como en la educación por el cuidado de los ecosistemas desde los diferentes actores involucrados: lo público, lo empresarial y lo individual.
Los esfuerzos de cada persona en forma aislada suman, pero no inciden cuantitativamente, en la redirección necesaria para conservar el planeta en conjunto.
Es tanto como vivir en una residencia sustentable ecológicamente, rodeada de desechos de otras viviendas y convivir en el entorno, con empresas contaminantes del aire, del agua y de los suelos; tarde o temprano, el desorden alcanzará los esfuerzos personales.
México con la brújula rota en conservación de ecosistemas
En México estamos en pañales en cuanto a cuidado del medio y más atados de manos en cuanto a las legislaciones ambientales sumamente laxas para quienes contaminan a gran y pequeña escala.
Seguimos privilegiando el consumo de los productos de las grandes trasnacionales, que a veces, para producir un kilo o litro de un producto terminado, disponen de decenas o cientos de litros de agua.
Qué decir de optar por energías limpias, cuando se activan todos los esquemas para hacer más productiva a la empresa petrolera nacional; de la que sobra decir, toman ventaja quienes sustraen de manera ilegal y muy contaminante, los combustibles.
México, es un país al que sus gobiernos han ido entregando con artimaña$, las cuencas hídricas al sector empresarial, dejándonos a los gobernados en mayores predicamentos de acceso al agua, que además de escasa es cada vez más cara.
No faltará quien señale, que ocuparnos del ambiente es cosa menor frente a los grandes desafíos del país en distintas y variadas pistas de la agenda nacional, pero de nada servirá la organización interna en líneas favorables, si a la “casa se la lleva el río”.
Así que el único camino para llegar a la sustentabilidad de los distintos entornos, es atrevernos a cambiar el rumbo. Nada cambia, haciendo lo mismo todos los días.
Acta Divina… “Más que declarar emergencia climática, lo que tenemos que hacer es llevar a cabo acciones para regenerar el medio ambiente, para reforestar, para limpiar el agua, para evitar que se siga contaminando tanto el agua, como el aire, que no se siga destruyendo el territorio”, declaró el mandatario federal, Andrés Manuel López Obrador.
Para advertir… Es un hecho, el cambio climático no está para nada en el radar de la 4T.
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