/ Yamiri Rodríguez Madrid /
Bien reza el dicho que lo que mal empieza, mal acaba y eso fue exactamente lo que pasó con el director del Colegio de Veracruz (Colver) Mario Raúl Mijares Sánchez. En septiembre de 2020, cuando tenía solo unas semanas en el cargo, en este mismo espacio se expuso por qué no debía ocupar dicho cargo académico.
Se estrenó con la intención de borrar un mural de las instalaciones del Salón de Periodistas por estar ahí plasmados personajes neoliberales; iba a despedir a 12 jefes de departamento sin liquidación; le tomó meses celebrar la primera reunión de la Junta de Gobierno; a los académicos los maltrata e insultaba constantemente, como a los docentes de la Maestría en Desarrollo Regional, a quienes les llamaba, “los de las vacas”, desdeñando los títulos que ellos sí tienen y toda su experiencia.
Encima de eso, cuando los convocaba a reuniones, en medio de la pandemia, les pedía quitarse “el bozal” para verles bien la cara, pues él no conocía a una sola persona que haya muerto de Covid19. También decían hablaba mal, con quien se dejaba, de quien fuera, incluso de sus compañeros de partido, como Esteban Ramírez Zepeta y el entonces subsecretario de Gobierno, Carlos Juárez Gil, egresado por cierto del Colver de su maestría.
Al no tener las credenciales académicas, su paso por el Colegio de Veracruz fue más que gris. Él se dio a conocer por sus posteos en redes y sus ocurrencias, como renombrar a la represa de San Bruno como Karl Marx. Su remoción significó no mandar al olvido al Colegio que nació en el sexenio de Miguel Alemán Velazco como una institución equiparable al prestigiado Colegio de la Frontera Norte.
Nunca hubo siquiera un punto de comparación entre ese polémico personaje y su primer director, Francisco Berlín Valenzuela, quien puso todo su empeño para hacer del Colver un referente nacional con becas al cien por ciento a sus alumnos de Maestría y Doctorado, con seminarios o charlas de primer nivel, con expertos en diversas áreas de las Ciencias Sociales, tanto a nivel nacional como internacional con el jurista Ignacio Burgoa Orihuela o el expresidente Miguel de la Madrid Hurtado.
Hoy el Colegio opera con un encargado de despacho ante la proximidad del cambio de gobierno estatal, por lo que una vez más su comunidad académica se preocupa por el futuro de la institución, esperando que esta vez su titular hable su propio lenguaje y tenga la misma visión: ser una institución de calidad, el anhelado referente nacional.
@YamiriRodriguez