El Covid-19 y el Interés Superior de los Niños, las Niñas y los Adolescentes.
Alguien como tú.
Gladys de L. Pérez Maldonado.
En el tiempo de crisis sanitaria que estamos viviendo, mucho se ha hablado acerca del cuidado que debemos observar respecto de nuestros adultos mayores y de nosotras/os mismas/os para evitar el contagio del virus Covid-19 y para la protección de nuestros derechos, sin embargo, poco se dice de la atención en cuanto a las personas con alguna discapacidad y las niñas, niños y adolescentes. En esta emisión nos disponemos a reflexionar del llamado Interés Superior de los Niños, Niñas y Adolescentes.
En los artículos 4º, párrafo octavo, del Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 3 de la Convención sobre los Derechos de los Niños, ratificada por México y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de enero de 1991; y 3, 4, 6 y 7 de la Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, se prevé que los tribunales en todas las medidas que tomen relacionadas con los menores, deben atender primordialmente el interés superior del niño; concepto que interpretó la Corte Interamericana de Derechos Humanos (cuya competencia contenciosa aceptó el Estado Mexicano el 16 de diciembre de 1998) de la siguiente manera: “…la expresión ‘interés superior del niño’…implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y la aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida del niño.”.
Las autoridades están obligadas a procurar la protección integral de los derechos de los menores, dentro de éstos se ubican el derecho a la vida, a la nacionalidad y a la identidad, a la libertad de pensamiento y de conciencia, a la salud, a la educación, a un nivel de vida adecuado, a realizar actividades propias de su edad (recreativas, culturales, etcétera) y a las garantías del derecho penal y procesal penal; además, el interés superior del menor como principio garantista, también implica la obligación de priorizar las políticas públicas destinadas a garantizar el ‘núcleo duro’ de los derechos.
Hasta aquí, se entiende que los derechos de los menores están protegidos correctamente por nuestras leyes y las autoridades cuidan que sean respetados y reconocidos por los demás, no obstante, la crisis originada por el Covid-19 podría tener un profundo y largo impacto negativo en las niñas, niños y adolescentes de todo el mundo, recientemente Human Rigths Watch señaló que es probable que las consecuencias sean devastadoras, a pesar de que los menores que contraen el Covid-19 parecen tener síntomas menos severos y tasas de mortalidad inferiores a los de otros grupos etarios.
En su informe HRW menciona que más de 1500 millones de estudiantes en el mundo no están asistiendo a las escuelas, que es probable que la pérdida generalizada de puestos de trabajo e ingresos y la inseguridad económica en las familias incremente los niveles de trabajo infantil, explotación sexual, embarazo adolescente y matrimonio infantil, además, al aumentar la tasa de fallecimientos por el virus, más niñas, niños y adolescentes estarán en situación de orfandad y expuestos a la Trata, explotación sexual y abusos y muchos de los menores tendrán que abandonar la escuela para ayudar a mantener a hermanos mas pequeños.
En México desde el 23 de marzo pasado se suspendieron las actividades escolares de manera presencial, la crisis de salud ha puesto de manifiesto la desafortunada disparidad que existe en materia de preparación tecnológica y de emergencia, si bien se ha dado preponderancia a las plataformas de aprendizaje en línea, numerosas escuelas públicas no están preparadas para usarlas y más aún NO en todos los hogares hay acceso a Internet, lo que conlleva a que muchos niñas, niños y adolescentes reciban una educación escolar limitada o nula.
En nuestro país hay 74.3 millones de usuarios de Internet de seis años o más, que representan el 65.8 % de la población en ese rango de edad. El análisis geográfico señala que el uso del Internet es un fenómeno urbano, puesto que el 73.1 % del total de la población urbana son usuarios de este servicio. Lo que contrasta con el 40.6 % de la población conectada en zonas rurales, aunado a que hay 18.3 millones de hogares que disponen de Internet mediante conexión fija o móvil, lo que representa el 52.9 % del total nacional, cabe decir que solo el 25 % de la República Mexicana cuenta con cobertura de internet, por tanto, ¿En dónde quedan el restante de los hogares mexicanos? ¿En cuántos de estos hogares viven menores y adolescentes?, ¿Qué pasa con el 75 % restante del país, acaso no hay estudiantes en este espacio?.
Se deben adoptar políticas públicas tendientes a dar continuidad a la educación de los menores, empleando para ello todas las tecnologías que estén disponibles, se debe brindar asistencia económica a las familias más necesitadas para que puedan satisfacer necesidades básicas, y después de esta crisis de salud no se vean obligadas a recurrir al trabajo infantil; así también, intensificar esfuerzos para identificar a las niñas, niños y adolescentes que quedaron huérfanos con motivo del Covid-19 y ubicarlos en familias extendidas y centros de resguardo.
No debemos olvidar a aquellos niños y niñas que nacieron en un Centro de Reclusión Penitenciaria y que viven con sus madres en situación de hacinamiento, sin medidas de higiene indispensables y que están expuestos al contagio del Covid-19 o que pueden quedar huérfanos porque su madre sea víctima mortal de la pandemia, a ellos, la autoridad correspondiente debe asegurarles las medidas adecuadas de albergue y saneamiento.
El Interés Superior de los Niños, las Niñas y los Adolescentes en este momento de contingencia de salud por motivo del Covid-19 es una prioridad para las autoridades de los tres niveles de gobierno, Federal, Estatal y Municipal, se deben adoptar medidas de urgencia que los protejan durante la pandemia y se asegure en la medida de lo posible el respeto de los derechos de la infancia y adolescencia una vez terminada la crisis.
Las Niñas, los Niños y los Adolescentes son el presente y el futuro del desarrollo de México: Caminemos del Discurso a los Hechos.