El debilitamiento del estado debido a la corrupción.

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/ Por Ana María Salazar

/La corrupción como riesgo a la seguridad nacional no es un concepto nuevo. Desde hace décadas la oposición y actores de la sociedad civil han expresado preocupación del impacto de la creciente corrupción por parte de gobiernos democráticos. Argumentaban que la corrupción debilitaba la amenazaba la viabilidad, abriendo espacios para actores violentos y no democráticos. La solución a gobiernos democráticos corruptos había sido, hasta la fecha, la competencia electoral y transición política. Los ciudadanos exigían cambios votando con la expectativa de que los ganadores de las elecciones serían menos corruptos.

Pero, también, los analistas asumimos que la violencia en el país, garantizarían que los ciudadanos votarían por candidatos que prometían-y cumplían-reducir la inseguridad en México. De nuevo nos equivocamos. De de hecho, la corrupción y la violencia no son prioridades para el electorado y por lo tanto estos dos problemas no serán resueltos mediante los procesos competitivos y cambios políticos que deberían de suceder durante las elecciones.

Entonces ¿porque en la entrega pasada subrayé que la corrupción se ha convertido en una amenaza a la seguridad nacional en la administración de presidenta Claudia Sheinbaum? Como les comenté la semana pasada esto tiene que ver con el legado que dejó Andrés Manuel López Obrador: Ordenó que las fuerzas armadas y los organismos de inteligencia se responsabilizaran en actividades que tradicionalmente caen en el ámbito civil, pero también son actividades donde se facilita la corrupción- seguridad pública, construcción, compra de equipos y del control de Aduanas. Además, sistemáticamente destruyeron el INAI y ordenó que todos los contratos relacionados con las construcciones de sus cuestionados proyectos emblemáticos serían restringidos al público: Refinería Dos Bocas, Aeropuerto AIFA, Tren Maya y Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.

A diferencia de la corrupción y abusos que tradicionalmente han existido en el gobierno de México, a diario surgen más y más filtraciones de corrupción en los mandos más altos de las fuerzas armadas, y los organismos de inteligencia, promovidos desde el Palacio Nacional. Es terrible ignorar la corrupción que beneficien funcionarios civiles. Pero en el caso del sexenio de AMLO, no solo permitió corrupción en el Gabinete de Seguridad, literalmente lo promovió.

Además, AMLO politizó a las fuerzas armadas, literalmente exigiendo que los mandos superiores, incluyendo el secretario de la Defensa y de la Marina, hablaran y actuaran como miembros de Morena, y no como los encargados de la seguridad nacional del país, que debería ser un ámbito apolítico. Uno de los argumentos más importantes para justificar que México no debería de tener un secretario de Defensa civil, como lo tienen la mayoría de las democracias en el mundo, es el temor que se “politizara” la seguridad nacional en el país. En lugar de servir y proteger los intereses de la nación, un secretario de Defensa civil serviría los intereses del partido o del gobierno en turno. Y esto incluiría la permanencia en el poder del partido oficial. En lugar de enfrentar a las amenazas a la seguridad nacional, el argumento es que estarían usando la capacidad bélica del estado para enfrentar la oposición y los enemigos políticos del régimen.

Y aunque el en ámbito de seguridad hay una cultura de secrecía, nunca, nunca, nunca debieron permitirse el resguardo de los contratos por razones de seguridad nacional. La falta de transparencia y la participación en actividades civiles, como la Aduana, aseguró que se corrompieran elementos y mandos de todos los niveles. Y el hecho de que los Generales y Almirantes no pudieron, o no quisieron, o no les permitieron detener la ramplona y exagerada corrupción que se advertía públicamente, también los compromete.

Y esta falta de supervisión, y de prevención de esta corrupción en el sexenio pasado, según reportes periodísticos, además de las declaraciones de la presidencia, de que el sexenio pasado se vivió corrupción histórica vinculado a las fuerzas armadas, familiares de funcionarios, y el mismo partido Morena. Inclusive hay información de asesinatos de personas cuyos autores podrían ser los elementos de las fuerzas armadas. ¿Marinos asesinando marinos debido a la corrupción interna en la institución?

El error histórico de Andrés Manuel López Obrador fue entregarles el poder a las organizaciones criminales. El legado histórico de la presidenta Claudia Sheinbaum dependerá en gran parte de la capacidad que tenga de debilitar el control de los criminales y mitigar el efecto que tienen los criminales sobre la gobernanza y el bienestar de todos los ciudadanos del país. Y el debilitamiento de las fuerzas armadas y de inteligencia por corrupción interna va a dificultar enormemente encontrar un camino para recuperar el control territorial y político para la presidenta Sheinbaum. Esto lo abordaremos la semana que entrante.