El desafío, oportunidad para México.

*Miscelánea, salud y política

/ Judith Álamo López /

La censura literal apenas existe en EU, pero el control de pensamiento es una industria próspera, ciertamente indispensable en una sociedad libre basada en el principio de decisión de la élite y en el respaldo o pasividad del púbico: Noam Chomsky

La llegada de Donald Trump a la presidencia ha provocado mucho dolor, llanto y tristeza a millones de personas cuyo sueño era trabajar en la Unión Americana y por ello son perseguidas como delincuentes debido a su estatus migratorio, menospreciado su esfuerzo para que sobreviva un país cuya población nativa y los migrantes blancos han dejado de hacer el trabajo operativo.

Víctimas de la desigualdad y la violencia que se ha expandido por las naciones del subcontinente americano y los países subdesarrollados, millones de personas han emigrado a Estados Unidos de América, la nación que surgió siglos atrás como tierra bendecida, que daba igualdad de oportunidades a los migrantes, especialmente europeos, donde sus habitantes estaban predestinados a diseminar la esperanza de que era posible un mundo mejor.

Trump, cual emperador todopoderoso, el día de su asunción emitió 41 decretos desconociendo derechos humanos de quienes atraídos por el deseo de conseguir un mejor futuro para sus familias ya empezaron a ser deportados junto con sus hijos, sin importar que ellos sean ciudadanos estadounidenses por derecho de nacimiento conforme a la 14ª enmienda de la Constitución de ese país.

Igual puso fin al derecho de asilo en aquella nación a quienes huyen de las condiciones de pobreza y violencia desmedida en naciones gobernadas, varias de ellas, por gorilas que se mantienen en el poder con el apoyo de sus fuerzas armadas o mandatarios incapaces de frenar la expansión criminal quienes consienten en co-gobernar con delincuentes, en seudo-democracias que sólo preservan el poder para la élite afín.

Las órdenes ejecutivas firmadas por Donald Trump el pasado 20 de enero, minutos después de rendir protesta como el presidente 47 de los Estados Unidos, han levantado un alud de protestas en su contra, incluidos organismos multilaterales, organizaciones civiles defensoras de derechos humanos, del medio ambiente, salud y de la diversidad sexual en el mundo.

México está entre sus principales víctimas, el socio comercial del T-MEC y principal generador de emigrantes, fue tratado con desprecio al emitir una declaratoria de emergencia nacional en la frontera sur. Trump amenazó con detener a ilegales como criminales y restableció su política del programa Quédate en México, que impuso en su primer cuatrienio, además de anunciar el envío de tropas para repeler a los invasores migrantes.

El pasado 20 de enero de 2025 pasará a la historia como el inicio de una nueva Era, la de América First, que se interpreta como los intereses de Estados Unidos de América primero, por encima del entendimiento multilateral, la cooperación internacional y los derechos humanos.

Mientras los medios transmitían el festejo de la entronización de la supremacía blanca, se establecía la restauración de la política del destino manifiesto por designio divino y el retorno de la doctrina Monroe de América para los americanos. El símbolo de lo que viene lo dio el magnate tecnológico Elon Musk, al festejar con el saludo nazi.

En la frontera sur, los desposeídos, lloraban desesperados por el fin del sueño americano, de poder emigrar a la supuesta tierra de las libertades y oportunidades, algunos con su cita cancelada ese fatídico día en que se cerró la aplicación CBP One.

Así, se cancelaron 30 mil citas y quedaron varados en México 240 mil migrantes en busca de asilo por pobreza, persecución política o huyendo de la violencia. Mas los miles integrados en caravanas que marchan del sur al norte del territorio mexicano por inercia, sin destino ni esperanza.

La amenaza sobre la soberanía territorial mexicana es real, el presidente Trump designó a los carteles de la droga como “terroristas globales”, lo que permitirá endurecer su persecución con el despliegue de fuerzas militares en la frontera y sanciones comerciales catastróficas para la región, ya anunció que el 1 de febrero podrían entrar en vigor aranceles del 25% para productos mexicanos y canadienses que se importan a los Estados Unidos.

México, de por sí hace tiempo que está a expensas de los grupos criminales, empoderados gracias a la política obradorista de “abrazos no balazos”, que arropó a la delincuencia y puso bajo sospecha a México de narco-gobierno.

Lo anterior, sumado a la errática política migratoria que comenzó por ofrecer asilo a los migrantes y acabó por dejarlos pasar convertidos en víctimas de extorsión con riesgos de morir a manos de criminales o de funcionarios ineptos migratorios quienes, por cierto, siguen hasta hoy en libertad, cobrando altos salarios del erario.

La emergencia hizo que el gobierno mexicano llame a la unidad e invoque el nacionalismo, el mismo gobierno que nos ha dividido y que ha sido incapaz de representar a quiénes critican la narrativa falaz y populista, el mismo que se ha empeñado en destruir la estructura institucional y el poder Judicial de la Federación pese al altísimo costo que tendrá darle gusto al caudillo tabasqueño.

Sin embargo, se multiplican las voces de quiénes ven en las amenazas del súper presidente estadounidense la oportunidad para unirnos en un frente común que sea capaz de detener la destrucción de la democracia mexicana y rescatar las instituciones que permitan resurgir el estado derecho en el país, así como abatir la impunidad delincuencial casi total (98.6%) que asola a los mexicanos.

El gobierno de Claudia Sheinbaum ha iniciado una estrategia de orientación y asesoría en consulados mexicanos y, en la frontera, para recibir connacionales con apoyos del Bienestar (México te Abraza); y con los gobernadores estatales a través de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) coordinados con el gobierno federal.

Aun así, es momento de dejar a un lado las discrepancias ideológicas, urge la unidad nacional, para obtener los mejores resultados es imprescindible incorporar a expertos con talento para negociar allá, en Estados Unidos, de frente con quienes promueven los cambios, pero también para trabajar acá en una estrategia que incluya todos los frentes: seguridad y crimen organizado, asuntos migratorios y acciones comerciales.

Sin duda, tanto las organizaciones sociales democráticas y liberales de Estados Unidos como las mexicanas deben despabilarse para enfrentar los desafíos sin precedente que resultarán del retorno de Trump a la presidencia, como resultado de la exacerbación del populismo y unilateralismo de ultraderecha.

En tanto, en México, si el gobierno insiste en dar continuidad a políticas populistas de supuesta izquierda, con visiones y funcionarios que ya demostraron su ineficiencia y naturaleza errática, solo nos condenará a mayor infortunio, pobreza, injusticia, inseguridad y violencia.