El fatal error médico, ¿una de las principales causas de muerte?

  • Por Rodolfo Ondarza*

Iatrogenia.

El daño iatrogénico, aquél ocasionado por un trabajador de salud, es reconocido como una de las causas de enfermedad o lesión, e implica, entre otras consecuencias, no únicamente daños físicos, sino también psicológicos, morales, y económicos.

A la fecha no existe un sistema unificado de detección y registro de errores médicos, por lo que cuando un análisis se refiere a mortalidad por errores médicos se trata de estimaciones.

Dado que la mayoría de los estudios relacionados a errores médicos son retrospectivos, basados en registros hospitalarios de casos agudos, centrados particularmente en errores de comisión, y menos en otro tipo de errores, como los de omisión, es muy posible la subestimación de los cifras.

Una limitante del certificado de defunción, es que se basa en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) que codifica las causas de la muerte. Las causas de muerte no asociadas con un código CIE, tales como factores humanos y de los sistemas, quedan fuera de contexto y no están contemplados entre las posibilidades de mortalidad.

¿Cuántos fueron por error médico en el mundo?

Se ha calculado, ya a fines de los años 90 del siglo pasado, que más de 13% de los ingresos a un hospital se deben a efectos adversos del diagnóstico o el tratamiento y que casi 70% de las complicaciones iatrogénicas son prevenibles (Sharpe VA, Faden AI: Medical Harm. Historical, Conceptual and Ethical Dimensions of Iatrogenic Illnes. Cambridge University Press. United Kingdom. 1998).

El Instituto de Medicina de los EEUU estimó, para ese país en el año 2000, un aproximado de entre entre 44,000 y 98,000 muertes muertes anuales por errores médicos, alcanzando el 51% de 180,000 muertes anuales, es decir, más del doble de la de muertes provocadas por accidentes vehiculares, o por cáncer de mama, más de seis veces las causadas por el VIH (Kohn LT, Corrigan JM, Donaldson MS: To err is human. Building a safer health system. National Academy Press. Washington C.C. USA. 2000; Brennam TA, Leape LL, Laird NM, Hebert L, et al. Incident of adverse events and negligent care in hospitalized patients. Results of Harvard Medical Practice Study I. N Engl J Med 1991;324:370-6.).

Lucian Leape, et. al, publicaron un artículo afirmando que el porcentaje real ascendía a un 78%, o sea 140,400 de las 180,000 muertes iatrogénicas prevenibles (Leape LL, Bates DW, Cullen DJ, Cooper J, et al. Systems analysis of adverse drug events. JAMA. 1995; 274(1):35-43.).

Ulteriormente, en 2004, la Agencia de Investigación y Calidad de la Salud (AHRQ-Agency for Healthcare Research and Quality), informó que alrededor de 575,000 muertes fueron causadas por un error médico entre 2000 y 2002, lo que representaba 195,000 muertes anuales (http://www.ahrq.gov/patients-consumers/diagnosis-treatment/hospitals-clinics/10-tips/index.html).

El error médico como la tercera causa de muerte.

En el año 2013 se produjeron 251,454 muertes en EEUU.debidas a errores médicos, lo que supone ser la tercera causa de mortalidad del país de acuerdo con Makary et al., en su artículo Medical error, the third leading cause of death in the US (https://www.bmj.com/content/353/bmj.i2139).

En 25 hospitales de Pennsylvania fue implementado el Sistema de Reporte MEDMARX Medication Error Reporting. Se computaron  17,000 errores en un periodo de 12 meses en 2017, concluyéndose que era insuficiente el reporte de errores médicos, era necesario implementar cambios organizacionales (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28186008/).

Para el 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que cada minuto morían en el mundo cinco personas por causa del error médico.

Cuatro de cada diez pacientes sufren daños en la atención primaria de salud. Los errores más perjudiciales están relacionados con el diagnóstico y la prescripción y uso de medicamentos.

Los procedimientos quirúrgicos inseguros provocan complicaciones en hasta un 25% de los pacientes, ocasionando un 1 millón de muertes anuales. 

En los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos el 15% del gasto hospitalario es ocasionado por el error médico, con un costo anual de más de 40,000 mdd anuales (https://news.un.org/es/story/2019/09/1462252).

La tecnología no ha disminuido el número de errores médicos, antes bien se ha incrementado. De acuerdo con una investigación internacional coordinada por la Facultad de Medicina de Pekín, se ha calculado que el error médico ha aumentado 60% en 30 años (entre el año 1990 al 2019), habiendo cambiado el número de personas dañadas por errores médicos en todo el mundo de 11 millones a 18 millones en ese periodo; todas las edades son afectadas, pero el grupo de edad con el aumento más pronunciado se encuentra entre los 65 y 69 años de edad. Estos errores médicos “socavan la salud y la calidad de vida, son costosos y erosionan la confianza pública, al tiempo que desperdician recursos valiosos” (https://cadenaser.com/nacional/2024/06/11/aumenta-un-60-el-numero-pacientes-danados-por-procedimientos-medicos-en-30-anos-cadena-ser/?outputType=amp).

El papa Francisco advertía “Queridos, la sabiduría clásica encuentra hoy una tecnología en rápido desarrollo, que nunca debe proceder sin deontología. Diversamente, si descuida la dignidad humana, que es igual para todos, la medicina corre el riesgo de prestarse a los intereses del mercado y de la ideología, en vez de dedicarse al bien de la vida que nace, de la vida sufriente, de la vida indigente. El médico existe para sanar del dolor: ¡cuidar siempre! Ninguna vida debe ser descartada.” (https://www.osservatoreromano.va/es/news/2024-12/spa-049/por-una-medicina-al-servicio-de-la-dignidad.html).

Dada la magnitud del grave problema del error médico la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió el 2 de mayo de 2007 “Nueve soluciones para la seguridad del paciente” (http://www.jointcommissioninternational.org/assets/3/7/PatientSolutionsSpanish.pdf).

¿Y México, errores médicos y crimen de lesa humanidad?

Según un estudio del Dr. Mauricio Mendoza González de la Universidad Veracruzana que recabó la experiencia de 764 médicos especialistas en formación, durante 2019-2020 “La tasa de error médico auto percibido por falta de supervisión o falta de competencias clínicas es de 78.8 por ciento de los residentes, quienes durante su proceso formativo habían percibido el haber cometido un error clínico”. “…un 86.5 en las especialidades de orientación quirúrgica con respecto a las de orientación médica. Y una diferencia superior al error clínico por falta de supervisión que al auto percibido por falta de competencias clínicas”, “la tasa de error médico superior al 80 por ciento, es aquella en la que los residentes laboran más de 80 horas en la unidad hospitalaria y de 71 por ciento en aquellos que dedican menos de esa carga horaria”,…”en los médicos en formación se recarga el 50 por ciento de la fuerza de trabajo de los hospitales públicos, razón que explica que el 78 por ciento de los errores clínicos recaigan en ese sector” (https://www.cucs.udg.mx/noticias/archivos-de-noticias/la-tasa-de-error-medico-auto-percibido-por-residentes-en-mexico-es-de).

 

Es también notable que la gran mayoría de las quejas por violación a derechos humanos, y recibidas por la CNDH, sean quejas relacionadas por violación al derecho humano a la salud. Ello más allá de lo dirimido en la CONAMED o en los tribunales de justicia.

 

Recientemente, en el mes de julio, fui uno de los dos contendientes por la dirección general del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” (INNNMVS). Un punto prioritario de mi plan de acción era garantizar la seguridad para el paciente en el contexto de la ética médica y del respeto a los derechos humanos. Por ello, otros objetivos constituían la enseñanza tutelar de las especialidades médicas, y un fuerte reforzamiento del conocimiento de la normatividad y de la ética, aunado al combate a la corrupción.

 

Mi preocupación no es gratuita. Errar es humano, y los médicos somos seres humanos; sin embargo, nuestra primera función es no dañar.

 

Se atribuye la alocución latina “Primum non nocere” a Hipócrates. Scribonius Largus (médico personal del emperador Claudio, en el siglo I) señalaba “Primum non nocere, secundum cavere, tertium sanare” (Sobre todo, no hagas daño, luego previene, por último cura), priorizando la seguridad del paciente por encima de todo. Todos estos preceptos a pesar de permanecer vigentes siguen siendo un reto para la salud pública.

 

La medicalización – “iatrogenia positiva”, efectos nocivos de las intervenciones médicas – y el ensañamiento terapéutico – aplicación de tratamientos desproporcionados o inútiles – (https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6985538/ , http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1684-18242017000400012), se suman como posibles fuentes de error médico.

 

He sido testigo de diversas irregularidades, incidentes, accidentes, omisiones, negligencias y graves violaciones al derecho humano a la salud a lo largo de mi vida profesional como médico y neurocirujano. En ocasiones el daño al paciente depende principalmente de las condiciones en que se efectúa el acto médico, como lo es la carencia de recursos necesarios, por el seguimiento de normas inconvenientes, o secundario a la impunidad y corrupción.

Sabemos que la mayoría de las catástrofes médicas pueden evitarse.

 

Si bien la potencialidad de hacer daño es inherente a la práctica de la medicina, aún el daño involuntario puede significar una responsabilidad ética en tanto que, por ejemplo, participen la falta de previsión y los errores evitables, no se diga la negligencia, ignorancia o fraude.

 

En el INNNMVS existen víctimas que desconocen serlo.

Aún cuando se ha identificado oficialmente al principal responsable de tortura médica, cirugía experimental ilegal y crimen de lesa humanidad en 474 pacientes con hidrocefalia en el Instituto Nacional de Neurología desde hace meses, el mismo que señalamos hace 20 años, el culpable permanece impune (https://www.jornada.com.mx/2023/04/24/politica/011n1pol).

 

Ahora se agregó en ese Instituto una catástrofe por contaminación por priones en quirófano, afectando a cerca de 60 personas, operadas con diferentes diagnósticos, contagiadas a través de instrumental quirúrgico contaminado, que tampoco han sido notificadas, lo desconocen (https://geostrategy.com.mx/autores-invitados/el-mayor-brote-de-contagio-en-quirofanos-de-una-enfermedad-incurable-y-letal-ocurrio-hace-unos-dias-en-mexico/?fbclid=IwY2xjawMQeONleHRuA2FlbQIxMQABHhMlbKeDkA_b-_E11V9K6ghzMI-7R0yZc0rhY4NttP8Xj53Am4lJVa2qxPAa_aem_MqaQ4JtQ66FYP1v7jzVwQA).

 

Los sexenios pasan, sin embargo, no existen cambios en la seguridad para los pacientes, en el manejo ético, ni en el respeto a los derechos humanos o en el acceso a la justicia.

 

Los errores médicos son consecuencia de la combinación de fallas humanas o condiciones latentes de la estructura organizativa.

Mejorar las condiciones de seguridad del paciente es una cuestión intrínsecamente ética y debe ser de alta prioridad en nuestro Sistema Nacional de Salud.

 

Rodolfo Ondarza*. Neurocirujano, activista en defensa de DDHH, Presidente de la Comisión de Salud durante la VI Legislatura de la ALDF