*VIRI RÍOS.
El gran ganador de las elecciones locales del 2022 parece ser Morena, pero en realidad es el Partido Verde. Un partido que, con un voto efectivo de tan solo el 5.4% del electorado, luego de esta elección gobernará solo o en coalición en el 41% de los estados. Esto lo convierte en el partido que más elecciones a gobernador ha ganado en la última década (24 elecciones), incluso más que Morena (22) y que el PRI (15).
El Partido Verde (PVEM) es el gran ganador del sistema electoral mexicano porque, ofreciendo muy pocos votos, ha logrado empoderarse a niveles estremecedores a partir de manipular estratégicamente las reglas del juego. Subrepticiamente, con una frialdad calculadora, el PVEM se ha consolidado en esta elección como el partido más exitoso de México.
Por voto efectivo, luego de la elección que acaba de ocurrir, no hay un solo partido más exitoso que el Verde.
Comparemos con Morena. El partido de López Obrador tiene el voto efectivo del 35% del electorado a nivel federal y con ello logrará gobernar a 21 estados y tener 197 diputados federales. Es decir, su métrica de “eficiencia electoral” es gobernar un estado (solo o en coalición) por cada 1.7 puntos porcentuales del voto y tener un diputado por cada 0.18 puntos. La eficiencia electoral del Verde es abismalmente superior a la de Morena. El PVEM gobierna un estado (solo o en coalición) por cada 0.4 puntos porcentuales de voto y tiene un diputado por cada 0.13 puntos.
Así, el Partido Verde es 3 veces más eficiente que Morena para gobernar en los estados y 38% más eficiente para obtener curules. De hecho, si Morena fuera tan eficiente como el Verde, no gobernaría en 21 estados, gobernaría en todos y cada uno de los estados (solo o en coalición).
La eficiencia del Verde no se debe a que sea un partido pequeño que se beneficie del sistema de representación proporcional.
Comparemos con MC, un partido que tiene una votación efectiva similar a la del Verde (MC: 7%, PVEM: 5.4%). El PVEM gobierna (solo o en coalición) en 11 estados más que MC a pesar de que tiene casi un millón de votos menos que MC. Lo mismo sucede en la Cámara donde el PVEM tiene tres veces más diputados que MC.
El Verde domina, como nadie, el arte de mantenerse vivo. De hecho, el PVEM es el único partido exaliado del PRI al que el tsunami de Morena no destruyó. Antes de 2018, el PRI gobernaba en 15 estados, ahora lo hará en solo 4. El Verde lo hacía en 15 y se mantendrá en 13, casi igual. El PVEM es un camaleón que maquiavélicamente leyó el panorama electoral y se mantuvo vivo con Morena.
El Verde tiene una fórmula clara de éxito que consiste en utilizar matemática y proyectiva. Analiza con detalle resultados electorales y toma decisiones con base en números fríos: si su alianza ganó, continua, si no, cambia de aliado. Así fue como en 2003 dejó al PAN para aliarse al PRI y en 2018 dejó al PRI para aliarse a Morena. La conjunción de ambas estrategias hizo que de 2019 a 2021 el PVEM gobernara en más estados (solo o en coalición) que Morena o el PRI.
A sus aliados, el PVEM les ofrece votos, no en las urnas (donde logra pocos), sino en la legislatura (donde maximiza su poder). Irónicamente, la carta que más ha empoderado al Verde es la idea de que el Congreso no debe tener mayorías calificadas para ser democrático. Esa idea ha creado gobiernos divididos y ha hecho que los partidos con mayoría simple tengan que recurrir al PVEM para crear mayorías calificadas que les permitan aprobar reformas constitucionales. El Verde se ha aprovechado como ningún otro partido de este escenario.
Para obtener curules el PVEM usa dos estrategias: tomar candidatos que los partidos tradicionales han rechazado y convencer a jóvenes de que son un partido fresco.
El Verde es lo peor de la estrategia electoral y lamentablemente el 2022 le ha dado una victoria contundente.
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