Paralaje.
Liébano Sáenz.
El presidente López Obrador ha anunciado su próximo encuentro con su contraparte norteamericana, el que tendría lugar en los primeros días de julio en aquél país. El tema ha merecido una opinión adversa de no pocos, como si fuera posible declinar la invitación. La relación bilateral, lo que se conoce y no conoce de ésta, es suficiente para suponer que la reunión de mandatarios debe realizarse. Actuar en otro sentido significaría romper con un tipo de relación definida desde hace tiempo; ser consecuente, a pesar de los inconvenientes, es un mal menor que el de una acción oportunista.
Los inconvenientes saltan a la vista. El que más llama la atención en los medios es el uso electoral del encuentro por parte del presidente Trump, quien se encuentra en una situación muy comprometida respecto al candidato demócrata, Joe Biden. Ha habido apoyo recíproco entre dos presidentes que polarizan a la opinión pública de sus propios países. México pudo lograr bajo la destreza negociadora de Ildefonso Guajardo y de Jesús Seade un acuerdo comercial fundamental para el futuro del país y de la región. La recuperación económica de México dependerá en mucho de la de su principal socio comercial. La crisis de EU con China abre la puerta grande a México, más allá de lo que se alcanza a ver. El presidente debe entender el valor de la inversión norteamericana y del intercambio comercial
Es un exceso pensar que un resultado favorable a los demócratas en la elección de noviembre sería una fatalidad para México. Como todo, hay ventajas y desventajas. Habrá que recordar que Joe Biden conoce al presidente mexicano, se entrevistó con él en 2012, en ocasión de su visita en víspera de las elecciones presidenciales. Se entrevistó también con Peña Nieto, candidato del PRI, así como con Josefina Vázquez Mota, del PAN.
Sin minimizar los inconvenientes, estimo que el presidente hace lo correcto. Está por iniciar el TMEC y la consistencia en la relación bilateral significa confiabilidad, valor importante de la diplomacia. Seguramente el presidente Trump hará uso electoral del encuentro. Será lo de menos frente al beneficio de reafirmar una relación fructífera entre ambas naciones.