/ Paola Velázquez /
¡Hay más mujeres en los consejos de administración! Pero más mujeres no es lo mismo que alcanzar la paridad. En 2022, la mayoría de las mujeres que se sumaron a estos órganos de gobierno corporativo fue porque crecieron de tamaño, es decir, porque se agregó una silla.
El escenario global pone una presión creciente sobre las empresas para que incluyan a más mujeres. En México las cifras avanzan –aunque a un ritmo exasperantemente lento–, 13% de las sillas en los consejos de administración son ocupadas por mujeres, lo que representa un aumento de un punto porcentual con respecto a 2021. Pero, ¿realmente hay avances hacia la igualdad de género? Del total de los nuevos asientos que las mujeres ocuparon en los consejos de administración entre 2021 y 2022, 67% corresponde a la incorporación de una silla exclusivamente para ellas.
Lo cierto es que robustecer el consejo para sumar a más mujeres no garantiza aumentar su representación en estos órganos de gobierno corporativo. Tampoco asegura la activa participación de las mujeres ni los hace inclusivos, de hecho, su participación se puede diluir entre los demás miembros del consejo como si se estuviera agrandando el pastel, en lugar de distribuirlo equitativamente.
De las mujeres que se sumaron en estas sillas extras, una de cada cuatro es la única consejera. Y no quiere decir que esté mal, pero da la impresión de que las empresas buscan mantener una imagen de inclusión más allá de responder a los desafíos estructurales o tener una verdadera convicción de que las mujeres ejerzan liderazgo en los puestos de mayor jerarquía.
Además, la evidencia muestra que se requiere al menos una representación de 30% de mujeres en los consejos para que su opinión no se generalice y tenga mayor incidencia en la toma de decisiones. Sin embargo, de acuerdo con la última medición del IMCO, sólo 11 empresas de las 184 analizadas cuentan con al menos 30% de mujeres en sus consejos.
Como dicen por ahí, quien mucho promete, poco cumple. De 10 empresas en México que afirman tener un enfoque de diversidad e inclusión de género, sólo cuatro implementan una estrategia para atenderlo. Por esto, cuando las empresas agregan un puesto adicional para las mujeres en los consejos puede vender la idea equivocada de que hay un cambio.
Parte de la problemática apunta a la falta de una institucionalización en los consejos de administración. Es decir, no existe claridad en los procesos de renovación de cargos: ni cómo, ni cuándo, ni cada cuánto. Sin embargo, de acuerdo con Deloitte, la mayoría de los consejeros son nombrados a través de las recomendaciones de accionistas (49%) o selección de relaciones personales (31%). Esto, en muchas ocasiones, disminuye las posibilidades de que las mujeres accedan a estos roles porque un hombre tiende a recomendar a otro hombre.
Nunca se ha tratado de conseguir un puesto en un espacio por ser mujer. Se trata de modificar estos para que sean más inclusivos y no sólo una sino más mujeres puedan participar en el sector privado. La inclusión no debería verse como un juego de sillas sino como parte integral y transversal de las políticas de inclusión de cualquier empresa. Aunque la historia detrás del avance sea algo desalentadora, el desafío continúa y las buenas políticas pueden hacer que el juego sea paritario.
Publicado en IMCO