*Astrolabio Político.
/Por: Luis Ramírez Baqueiro/
“El que ha naufragado tiembla incluso ante las olas tranquilas”. – Ovidio.
En la arena política veracruzana, nada parece ser producto del azar. La Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), bajo el mando de Claudia Tello Espinosa, se ha convertido en un espacio donde las tensiones internas y las ambiciones políticas comienzan a rebasar los límites institucionales. Lo que debía ser un bastión de políticas educativas parece hoy un tablero de ajedrez en el que se mueven piezas al servicio de intereses ajenos al magisterio y la niñez veracruzana.
Fuentes del propio gobierno estatal advierten que desde la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV) —institución creada en tiempos de Javier Duarte con el impulso del finado Guillermo Zúñiga Martínez— se habría tejido una red operativa con fines políticos, bajo la conducción de Tello Espinosa y su equipo más cercano. Detrás de esa estructura destacan nombres como Elías Calixto Armas, exsubsecretario de Educación Media Superior y Superior, y el coordinador de asesores de la titular. Ambos, señalan distintas versiones, serían los operadores de un esquema presuntamente orientado a fortalecer la precandidatura de Manuel Huerta Ladrón de Guevara, aspirante al gobierno de Veracruz.
El asunto adquiere tintes más turbios cuando se apunta que dicha red habría incorporado a personajes ligados al priismo tradicional, particularmente a figuras cercanas al excandidato José Francisco Yunes Zorrilla, lo que revela un cruce de intereses inusitado: una convergencia de operadores que, desde trincheras distintas, coinciden en un mismo propósito político.
Pero el punto más delicado radica en los movimientos financieros. Desde la Secretaría de Finanzas y Planeación se habla de operaciones irregulares dentro de la UPAV, que podrían ser tipificadas como peculado o lavado de dinero, bajo la aparente justificación de fortalecer programas educativos o proyectos institucionales. En realidad, se trataría de mecanismos destinados a financiar una estructura paralela con fines electorales.
En este contexto, la campaña de hostigamiento contra el actual subsecretario David Agustín Jiménez Rojas no sería más que una maniobra distractora. Su presencia en la SEV, respaldada por la propia gobernadora Rocío Nahle García, tiene como objetivo desentrañar esa madeja de intereses que, disfrazada de labor académica, pretende operar políticamente.
Los choques internos en la SEV no responden a diferencias ideológicas ni técnicas, sino al intento desesperado de ciertos grupos por preservar privilegios y tapar prácticas irregulares. La secretaria Tello Espinosa parece empeñada en socavar a su propio equipo antes que transparentar la gestión.
Mientras tanto, la educación veracruzana, verdadero mandato de su encargo, queda relegada ante la disputa por el poder y los recursos. Lo que debería ser un instrumento de transformación social, corre el riesgo de convertirse —otra vez— en la caja chica y el trampolín político de unos cuantos.
Al tiempo.
“X” antes Twitter: @LuisBaqueiro_mx












