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/ Escrito por Lucía Lagunes Huerta/
12.09.2025 /CimacNoticias.com / Ciudad de México.- A más de un año de anunciarse la creación de la Secretaría de las Mujeres por parte de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, designara como titular a Citlalli Hernández Mora y a ocho meses de iniciar actividades, voces de la sociedad civil cuestionan la falta de transparencia en la construcción del diseño operativo, falta de diálogo, así como la definición de la política de igualdad.
Hacia dónde va la Secretaría de las Mujeres, ese el eje de la entrevista que sostuvimos desde Cimacnoticias con la titular de la primera Secretaría de Estado que de acuerdo con su decreto es la responsable de la creación de la Política de Igualdad de las mujeres.
Hernández Mora contestó cuáles son las metas de esta Secretaría de las Mujeres que le ha dado puntos en favor de la actual presidenta de la República.
También señaló cuál es su visión y determinó qué política ha diseñado para cerrar las brechas de desigualdad y discriminación que afectan a 67 millones de mujeres en el país y desterrar la violencia feminicida que cobra la vida de por lo menos 10 mujeres al día.
Un mandato que según el primer informe de trabajo de la dependencia es “poner la igualdad sustantiva en el centro de las acciones del Segundo Piso de la Transformación, junto con la erradicación de las violencias y la construcción progresiva del Sistema Nacional y Progresivo de Cuidados”.
Citlalli Hernández nos recibe en su sala de juntas, nos acompañan su jefa de prensa que se sienta estratégicamente para estar visible para la secretaria. Comienza diciendo que para ella dirigir la secretaria de las mujeres es “un privilegio”; que lo “haría gratis”.
Flanqueada por la bandera y teniendo a sus espaldas a la presidenta, la secretaria de las mujeres muestra sus tablas; suelta de palabra, con mente ágil Citlalli Hernández dibuja lo que es la construcción de esta secretaria y sus cimientos.
P (Lucía Lagunes Huerta).- Tiene un gran reto.
CHM.- (Citlalli Hernández Mora). Es un gran reto por varias cosas, porque tenemos a la primera mujer presidenta, porque soy la primera secretaria de las mujeres, porque la expectativa cuando un gobierno llega con una promesa de cambio es mucho más alta quizás de lo que humana, presupuestal o gubernamentalmente es posible.
Y por el reto que significa transformar una sociedad, cuando hablas de cambiar la vida de las mujeres, no estás hablando de una acción de gobierno, de una política pública aislada, estás hablando de un cambio cultural, institucional, gubernamental, de un cambio político que también lo abrace la sociedad.
P.- ¿Cuál es el diseño de la Secretaría de las Mujeres? ¿Cómo podemos entenderlo quienes estamos fuera y solo tenemos el nombre?
CHM.- Mira, diría que son varias cosas que vale la pena contar. Primero se fusiona con lo que era el Instituto de las Mujeres y la CONAVIM (Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, creada por la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia).
Aunque son dos funciones o dos tareas las que tenían, había algunas acciones o programas que se llegaban a duplicar.
En el Instituto (Inmujeres) fundamentalmente recaía todo el tema de la promoción de la igualdad, etc. Y en la CONAVIM, pues todo el tema de atención a las violencias.
La Secretaría de las Mujeres, nace con la fusión de esas dos tareas, con la necesidad de elevar este tema, tanto de garantizar la igualdad, como de prevenir y combatir las violencias hacia las mujeres, a rango de Estado.
No solo es la fusión, sino que nace con más facultades, con más fuerza y con un andamiaje, constitucional y jurídico que le da vida a nuestra actuación. Afirmó la Secretaria Hernández.
Prosigió. Cuando la presidenta crea la Secretaría de las Mujeres, a través de la reforma a la Ley de Administración Pública (Ley Orgánica de la Administración Pública), también se mandan las primeras reformas al Congreso de la Unión, tanto reformas constitucionales como legales, que elevan la igualdad sustantiva a rango constitucional y los deberes reforzados del Estado para combatir las violencias.
Ese andamiaje jurídico es parte de la fuerza de la Secretaría, es decir, parte de nuestra tarea es darle forma a ese mandato constitucional y legal.

P.- ¿Cómo darle la vuelta para que realmente las entidades federativas asuman la tarea que tienen?
CHM.- El diálogo que estamos obligadas como Secretaría, porque una de nuestras funciones es transversalizar, yo siempre lo digo, los temas de las mujeres no sólo están en la Secretaría de las Mujeres, los temas de cultura, de hacienda, de turismo, de educación, todos los temas de los gobiernos en sus tres niveles, son temas de mujeres.
Este llamado de la presidenta de que “es tiempo de mujeres”, se traduce sí en palabras, sí en símbolos, sí en representatividad, pero también y fundamentalmente, en presupuestos y en acciones.
P.- ¿Cómo estamos ahorita en ese sentido?
CHM.- Pues, estamos transitando.
Por ejemplo en el PAIBIM ( que nace de la fusión de PAIMEF que estaba en CONAVIM y el PROAVIM del Instituto de las Mujeres), otorga presupuesto a los gobiernos estatales para la creación de los Centros LIBRES, de Las Abogadas de las Mujeres, de tener personas que le den seguimiento a la línea de las mujeres, es decir, todo lo que estamos haciendo en la Secretaría, que nace sin delegaciones federales, lo estamos haciendo de manera muy coordinada con las Secretarías o Institutos de las Mujeres en los estados, dialogando con los gobernadores, con las fiscalías, con los tribunales locales.
Es una labor con un efecto no necesariamente inmediato, es sensibilizar la necesidad que destinen presupuesto, acciones, incluso una voluntad gubernamental, porque muchas veces en algunas entidades de la República, las Secretarías de las Mujeres o los Institutos caminan de manera aislada y resuelven como pueden, pero la realidad es que se necesita una fuerza gubernamental.
P.- Cómo lograr que aquello que ocurre con la mitad de la población que somos las mujeres, se mire como prioritario y no como un tema de las mujeres que le toca a la Secretaría, al Instituto o a la dependencia de las mujeres.
CHM.- Estos meses lo que hemos estado haciendo es hablar con gobiernos estatales, con congresos locales, de tal manera que vayamos generando cada vez más condiciones para que se asuma como un compromiso de Estado.
Cuando la presidenta reforma la Constitución, las leyes y habla de igualdad sustantiva, habla de los deberes reforzados para combatir las violencias, estamos hablando de que no sólo es una tarea de la presidenta o de la Secretaría de las Mujeres; estamos hablando de que el Estado mexicano tiene que asumir este compromiso con las mujeres.
Necesitamos una gran alianza no sólo con el sector público, también con el sector privado, hablarle a la sociedad, que estamos ante la posibilidad de acelerar el proceso de las mujeres.
Concientizar que los derechos para las mujeres, su accesibilidad no es igual que para los hombres. A las mujeres nos cuesta doble o triple acceder a cualquier derecho o a cualquier servicio y que es una tarea de todos los integrantes del Estado mexicano garantizarlo.
Segundo, concientizar algo que es doloroso. Sabes que hay violencias en las mujeres, puedes ver las cifras, las estadísticas, pero vivirla de cerca todos los días, enfrentar las deficiencias de las distintas autoridades de procuración de justicia y darte cuenta que como sociedad algo está mal.
Que todas las mujeres y hombres en este país se sientan convocados a transformar socialmente esta relación inequitativa, desigual, adversa, excluyente que hemos tenido las mujeres y creo que el tiempo en el que una mujer gobierna, que además tiene este compromiso con las mujeres, que crea la Secretaría de las Mujeres, se vuelve el mejor momento para acelerar el proceso que tengamos que realizar para lograr la igualdad sustantiva.
Nuestra labor es muy territorial, ahora con este programa nuevo que implica abrir centros para las mujeres (Centros LIBRES), darle seguimiento a las llamadas que recibimos en la línea de las mujeres, más allá de entregar un presupuesto y cumplir con algunas capacitaciones o acciones, nos obliga a visitar el territorio, a ver si se está utilizando el presupuesto, si los gobiernos estatales les están haciendo llegar a las instancias de las mujeres, involucrar y sensibilizar,
P.- ¿Y qué tanta apertura ha encontrado?¿Cómo la calificaría hoy?
CHM.- Es la primera vez que hay un interés a nivel presidencial con las mujeres, y eso cambia. Tener una mujer presidenta que constantemente hable de las mujeres, que llegue con una promesa de que “es tiempo de todas”, que “es tiempo de las mujeres”, que crea una Secretaría de las Mujeres, hace de entrada que la interlocución con cualquier gobierno sea distinta, que hoy lo tomen en serio.
Que la presidenta visite también los estados y vaya e inaugure Centros LIBRES y en sus discursos hable de las mujeres y trate de concientizar sobre la injusta repartición de los cuidados, etcétera, permite que cuando generamos interlocución con otras autoridades, saben que no es un asunto mío, saben que es un asunto de interés presidencial y eso creo que sí marca la diferencia y hace que se pueda sensibilizar un poco más.
P.- El reto normalmente se tiene en el financiamiento y las voluntades. Si tuviéramos que calificar esta voluntad en las entidades federativas del 1 al 10.
CHM.- Diría que en términos generales, (estamos) en un 6. Soy crítica en ello, veo voluntad y eso creo que es una buena noticia, pero creo que necesitamos que los gobiernos estatales destinen más presupuesto.
Por ejemplo, para abrir un Centro LIBRE hay un presupuesto federal, hay un acompañamiento de la Secretaría de las Mujeres, pero hay un involucramiento tanto de los gobiernos estatales como municipales para encontrar el lugar, para habilitarlo con lo que no cubre la federación.
Creemos que los Centros LIBRES no sólo tengan la triada de atención a la violencia y espacios para talleres, capacitaciones, ofertas hacia la autonomía económica, sino que se vaya volviendo un espacio que articule una red de servicios.
Que, si en el Estado hay una Secretaría de Fomento Económico, vincule sus programas a los programas de autonomía económica y así en territorios rurales, si hay acciones del campo que también se vincula a los Centros LIBRES para que las mujeres, campesinas o rurales puedan acceder a programas que muchas veces son sólo destinados a los hombres.

P.- Y ya que habla de los Centros LIBRES, ¿678 en este año o en el sexenio?
CHM.- No, este año ya hay abiertos 678. En este primer año, lo que nosotras hicimos fue una fórmula para asignar presupuesto para cada entidad, no por igual, sino que tuviera el dato de marginación, de violencias a las mujeres y de población, de tal manera que tenemos mucho más Centros LIBRES en Chiapas, Guerrero, Oaxaca, en el estado de México y tenemos otros, (como) Baja California Sur, que son dos municipios, hay un Centro LIBRE ya en cada municipio.
P.- ¿De quién dependen esos Centros LIBRES?
CHM.- Bueno, dependen de las secretarías de los estados. La supervisión de nosotras porque es un programa para el que damos presupuesto, el estado ejecuta y los municipios coadyuvan.
Cuando la presidenta inauguró el primer Centro LIBRE, nos encargó tener por lo menos uno en cada municipio del país al finalizar el sexenio.
P.- ¿Estos Centros LIBRES vienen a sustituir a los Centros de Justicia para las Mujeres (CJM)?
CHM.- En realidad vienen un poco a fortalecer lo que eran los CDM, que eran los Centros de Desarrollo de las Mujeres (impulsado por el Inmujeres desde 2013). Estos CDM eran más como de capacitaciones, de talleres para las mujeres y aparte tenemos los Centros de Justicia para las Mujeres (CJM), que son un componente distinto.
Los centros libres orientan, atienden y acompañan psicológicamente, jurídicamente y tienen espacios para el fortalecimiento de la autonomía de las mujeres y los Centros de Justicia para las Mujeres (CJM) son en realidad espacios vinculados a las fiscalías o a las secretarías de gobierno de los estados.
P.- Nos quedamos en 73 Centros de Justicia para las Mujeres, ¿van a crecer?
CHM.- Por eso insisto mucho en la necesidad de que los gobiernos estatales se involucren, el programa que tenemos para los Centros de Justicia para las Mujeres (CJM) es de fortalecimiento. El presupuesto que da la federación no es suficiente para tener un Centro de Justicia. Si no hay una intervención del gobierno estatal es insostenible.
Este primer año dimos presupuesto para fortalecer los Centros o ampliarlos. Pensamos que puede ser un programa como los que antes le llamaban paripaso, o sea que el gobierno federal pone un peso, el gobierno estatal pone otro peso, y quizás con eso se pueden abrir más Centros de Justicia para las Mujeres (CJM), porque la realidad es que es un espacio que se necesita muchísimo.
P.- Entonces, para que existan los Centro de Justicia ¿depende de los estados?
CHM.- Diría que la mayoría de los Centros de Justicia para las Mujeres (CJM), han sido creados con presupuesto compartido y necesitamos que crezcan y estamos en diálogo con las entidades de la República.
Un Centro de Justicia necesita por lo menos la participación de tres autoridades gobierno; estatal, fiscalías y tribunales locales.
Creo que es un acierto que la presidenta pidiera que la Secretaría de las Mujeres, naciera con la fusión de estas dos instancias, porque Conavim tenía los Centros de Justicia para las Mujeres (CJM), los Refugios, la Alerta de Género y el Inmujeres tenía el Proabim, pero no estaban lo más articulados posible.
P.- ¿Cómo se unen los Centros LIBRES, los Centros de Justicia para las Mujeres, las Abogadas de las Mujeres? Porque pareciera que son programas aislados, ¿en qué momento se unen?
CHM.- En realidad justo no queremos que nada sea aislado porque la fusión de estas dos instituciones nos permite, ahora sí que tener todo el ciclo acompañado.
Lo más importante, es la prevención. No queremos seguir atendiendo la violencia, no queremos seguir creando cada vez más leyes y más leyes y más leyes contra la violencia, apostamos a un país donde no exista violencia hacia las mujeres.
¿Será fácil, será inmediato? por supuesto que no, pero uno de los mejores aportes que podemos hacer en este sexenio es la política de prevención y tiene varias aristas, que pasa por programas o acciones de prevención que estamos desarrollando en las escuelas, con las infancias, en la intervención territorial de las comunidades.
Porque otra de las líneas de prevención—y eso nosotros lo tenemos muy claro—, quizás hay algún sector feminista que no esté de acuerdo, pero necesitamos trabajar con los hombres, necesitamos involucrar a los hombres como coadyuvantes de la política de prevención, sobre todo con las nuevas generaciones, porque si avanzan los derechos de las mujeres, avanza el empoderamiento, la autonomía de las mujeres, pero si los hombres no se mueven ni tantito, pues la violencia continúa.
Es que nosotras vamos avanzando, pero en ellos no se transformó nada, nosotros tenemos el derecho a separarnos, pero en los hombres no ha habido un entendimiento de que somos libres, de que no son dueños de nosotras.
P.- ¿Cuáles son los cimientos de la política de prevención para garantizar una vida libre de violencia para las mujeres?
CHM.- Pues mira, la otra línea es el cambio cultural, o sea, nosotras estamos por iniciar grandes campañas, que quizás sea la primera vez que veremos campañas en radio, en televisión.
Queremos construir una gran alianza con los medios públicos, sensibilizar a los medios privados, invitar a voces públicas, artistas, comunicadores, cantantes, etcétera, a una campaña permanente durante todo el sexenio, que nos permita, uno, ubicar qué es violencia.
Dos, concientizar como sociedad que no es normal ese tipo de violencia, obviamente, difundir a dónde se puede acudir; (Indicar) las distintas opciones que alguien tiene cuando vive violencia.
Y generar mensajes no sólo para las mujeres, para identificar la violencia o poder denunciarla, sino también para los hombres, para los niños, las niñas, para la sociedad en su conjunto, para detener la violencia.
La política de prevención que queremos fortalecer es en las escuelas. Con la nueva escuela mexicana hay contenidos en los libros de texto, hay materias que hablan de la igualdad, de la no discriminación, pero queremos fortalecer la acción ahí.
Creo que una política de prevención, aunque no sea tan directa, pero para mí es un acto preventivo, es un mensaje claro a la no impunidad, que quede claro que en estos tiempos de mujeres no hay impunidad para un violentador, que es parte de lo que de repente se ha normalizado. Combatir la impunidad como un cierre de ciclo que permita identificar que si tú golpeas a una mujer, si tú la violentas, sí hay una consecuencia.

P.- ¿Cómo no enfocarla solo a la violencia física? Porque es la más visible, la que ha tenido mayor exposición.
CHM.- La presidenta alguna vez me dijo que ella considera que la violencia hacia las mujeres en parte proviene de la discriminación. Y creo que tiene razón, porque todas las violencias que vivimos las mujeres provienen de una visión de un hombre que se siente superior.
La violencia psicológica, la violencia simbólica, todo tipo de violencia. Cuando tú crees que una mujer vale menos, que la puedes ningunear, que la puedes discriminar, excluir, se expresa la violencia.
Estas campañas solo enfocadas en la violencia física son efectivas, pero no suficientes. Por eso nosotros hablamos de una campaña permanente, porque queremos que las mujeres, incluso los hombres, ubiquen el tipo de violencias que existen y cómo van escalando.
P.- Usted ha hablado de la importancia del cambio cultural. Sin duda, es buena una campaña, pero no es lo único.
CHM.-Sí, no es suficiente. Por eso hablo de una gran alianza, porque es un tema que trastoca la vida de todas. Yo creo que una de las cosas que nos encargó la presidenta, y que es un ejercicio interesante que nos gustaría en su momento compartir, es visitar cada municipio del país, convocar a las mujeres y recibir sus propuestas sobre, ¿qué más podemos hacer contra la violencia?
Fundamentalmente es una asamblea de escucha, 80% de las asambleas es escuchar y recibir lo que nos dicen las mujeres.
Mucho, por supuesto, cruza por una mala procuración de justicia, ministerios públicos que revictimizan, que no consideran violencia lo que sí es violencia, fiscalías con corrupción, jueces, juezas que actúan mal.
Te puedo adelantar, vamos a hacer un corte en noviembre para entregarle todas las relatorías de estas asambleas a la presidenta, llevamos ahorita cerca de 300 asambleas, y si nos da la vida queremos terminar con 600 este año.
Algunas de las propuestas que hay constantemente en todas las asambleas es, por ejemplo, la necesidad de psicólogos familiares. Es decir, las mujeres en prácticamente todo el país no colocan esta violencia como un tema aislado, sino como un tema que se tiene que resolver en familia, o que se tiene que resolver de manera colectiva.
Estoy convencida que no es suficiente una política pública, leyes, acciones, sanciones, de manera aislada.
Necesitamos una gran alianza social que nos permita modificar todo el aparato cultural, social de convivencia. Y para eso necesitamos medios dejando de sexualizar a las mujeres, dejando de replicar estereotipos. Necesitamos en las escuelas hablar de igualdad, de no discriminación, que las familias abracen este tema como un tema que no solo beneficia a las mujeres.
P.- Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) no es punitiva, es una hoja de ruta ¿Hay una deuda realmente del Estado mexicano para hacer efectiva esa Ley?
CHM.- Sí. Si me preguntas, parte fundamental de mi tarea la veo como ser un vehículo de la garantía de todas las leyes que tenemos. De la Ley General de Acceso y de las nuevas reformas de la presidenta, es decir, necesitamos que todo el Estado mexicano asuma un compromiso con las mujeres.
No solo las autoridades de procuración y justicia, todas las autoridades obligadas como primeras respondientes o como autoridades garantes de combatir, prevenir o registrar, por ejemplo, en el Banavim, en el Banco Nacional de Atención a las Violencias.
Esa es como una tarea obsesiva que asumo, de involucrar a todas las secretarías, que hagan su parte y que asuman lo que está en la ley. Porque tenemos avances legislativos, leyes muy buenas, pero que ya en la práctica a veces no se garantizan.
Necesitamos que todo el aparato del Estado tenga esta sensibilidad de entender que su papel, su acción, su vinculación incluso con nosotras puede ayudar incluso a salvar vidas de las mujeres.
Una de las fuerzas de crear la Secretaría de las Mujeres es que elevarlo a rango de Estado, nos permite dialogar e involucrar a todos en una visión de que la Secretaría de Estado busca articular acciones de Estado y no acciones aisladas en beneficio de las mujeres.
P.- Y hablando de la Ley ¿qué pasa con las Alertas por Violencia de Género (AVG)?
CHM.- Mira, yo pienso que es uno de los temas que pueden fortalecerse. Prácticamente todas las funciones de la CONAVIM pasaron a nuestra Subsecretaría al Derecho a una Vida Libre de Violencia.
Y algo que hemos platicado con la subsecretaria, y que no va a acabar el año sin que lo hagamos, es tener una mesa, sobre todo con todas las organizaciones sociales, con activistas, con víctimas que han estado acompañando las alertas, y hacer un corte de caja.
Es decir, la Alerta (Alerta por Violencia de Género) como un instrumento que llama la atención de las autoridades a tomar medidas para combatir las violencias y disminuirlas, tiene que ser revisada. La falla está en las autoridades, no en la herramienta en sí misma.
Necesitamos tener una revisión a 10 años de la Alerta, cómo ha funcionado, dónde están sus fortalezas, dónde se queda en una medida o en una instalación de un grupo de trabajo que termina por no accionarse por parte de alguna autoridad.
Cómo podemos fortalecerlas y hacer mucho más vinculante todas las medidas de la alerta de género, para que se traduzca en la disminución de la violencia feminicida. Porqué tristemente no se ha traducido en eso.
Porque cuando se emite una Alerta de Género en alguna entidad o en algún municipio, implica presupuesto que nosotras damos, y muchas veces esos presupuestos se destinan para todo, menos para algo concreto que disminuya las violencias.
Dejarlo claro, porque por ahí había un rumor que las queríamos desaparecer: ¡para nada! Las queremos mantener, las queremos fortalecer y queremos tener este diálogo con sociedad civil.


P.-¿Y las creadoras de la Ley?
CHM.- Llevamos seis meses, siete meses ya en este arranque de la Secretaría, en un paso acelerado, pero quiero dejarlo muy claro.
Para nosotras y para mí, una joven de 35 años que asume este reto y este momento histórico que viene arrastrado por la lucha de muchas mujeres en la historia y con la expectativa de un mejor futuro.
Para nosotras es clave y estratégico el diálogo permanente con mujeres que han luchado, que en algunas cosas podemos diferir, el feminismo es una gran expresión, o son varios feminismos con distintos puntos de vista en algunos temas, pero yo quiero poner esta Secretaría al servicio de las mujeres y al servicio de las mujeres que luchan, que son expertas y que en el camino de la lucha se han vuelto expertas. Nosotras hemos tratado de dejar claro que hay un diálogo abierto.
P.- ¿Presupuesto 2026?
CHM.- Inevitablemente va a crecer, porque la presidenta ha planteado la creación de más Centros LIBRES, estamos presupuestando cuántos por año antes de que acabe el sexenio, ahí tenemos un aumento presupuestal.
Nacimos en la fusión del presupuesto que tenía la Conavim y el Instituto, hemos dado resultados en estos meses y que en el diálogo que he tenido con la presidenta, por supuesto su aspiración es ir subiendo el presupuesto para seguir avanzando.
Estamos en una mesa con (la Secretaría de) Hacienda para rehacer la metodología, (para) actualizar el Anexo 13, que pueda haber algo más medible del presupuesto que se destina a las mujeres y vamos a presentar el Anexo de Cuidados, como un punto de partida de dónde está México en términos presupuestales en acciones de cuidado y que nos marca un horizonte de hacia dónde caminar también.
P.- ¿Cómo se imagina la arquitecta-que es usted-, de cómo va a terminar esta casa?
CHM.-Híjole, pues yo creo que lo más importante es que sean los cimientos más sólidos, de tal manera que se siga construyendo hacia adelante y que sea muy firme lo que cimente, que deje las bases de algo que ya no pare.
Lograr erradicar la violencia, garantizar la igualdad sustantiva, no es una tarea que se va a concretar en lo absoluto en seis años, pero sí estoy convencida que estos seis años va a acelerarse un proceso de transformación y mejora para las mujeres.
Habrá valido la pena todo el cariño, el esfuerzo de todas las integrantes de esta secretaría si al finalizar el sexenio, las niñas que nacen, que crecen durante estos años, tienen mucha más perspectiva de paz, de futuro, de bienestar, de derechos, que la que quizás tuvimos tú, yo, mi madre o nuestras abuelas.
Eso el reto es grande, al final el juicio lo tendrán las mujeres mexicanas con el paso del tiempo.