ACTA PÚBLICA.
Claudia Rodríguez.
A poco menos de un mes que los ciudadanos debamos acudir a las urnas para elegir a los diputados federales de la Cámara de Diputados y otros cargos de gobierno a nivel local, habrá que señalar que en realidad no se percibe una sensación plena de campaña electoral.
Es cierto que las televisoras, la Radio, la prensa y hasta las redes sociales tienen su peso específico para ser transmisoras en lo que a campañas electorales se refiere, sobre todo en aquellas entidades –casi la mitad de los estados del país— en las que habrá elección para renovar al gobernador local, no obstante; el electorado en lo general, sigue ocupado mediáticamente con un mayor peso específico en la libertad que les permite esta pandemia del Coronavirus, en lo incierto de los esquemas de vacunación Covid y hasta del tiempo de inmunidad que otorgan; incluso se ha agregado al tema de la agenda de relevancia nacional, todos los gastos de infraestructura y cancelaciones de la misma, que los gobiernos erogan y que como en el caso de la Línea 12 del Metro, son verdaderas bombas de tiempo en contra de la seguridad física de los usuarios.
Ante la poca importancia que los mexicanos damos al tema electoral, que se agranda porque muchos votantes ya tienen muy claro por quién sufragar o contra quiénes o quién definitivamente no hacerlo, es que las campañas y los ridículos que se escenifican adyacentes a estas salen sobrando.
Ante el miedo por lo que puede suceder en la segunda mitad del sexenio obradorista, el marketing de las campañas lo maneja de manera altisonante, Andrés Manuel López Obrador en sus mañaneras con todo y que la veda electoral le prohíbe hacer campaña por o en contra de un candidato o por un partido o en contra de este, cualquiera que sea. Pero López Obrador se va a lo grande, haciendo incluso juicios y señalando culpables cual juez de adversarios políticos a Morena, sobre todo aquellos que llevan relevantes ventajas en la prospectiva de la votación.
El presidente de la República está cayendo en ser el direccionador de ataques electorales y difamatorios desde su investidura como jefe del Ejecutivo y se convierte en él mismo, al que antes él reclamaba poderoso. Atacar con el peso del Estado es estilo de este Gobierno como el de otros anteriores.
Los mexicanos requerimos ser gobernados con sensatez y no por quien aún pretende diseñar un país a su modo y desde su muy autócrata estilo.
Así que la indiscutible clase media, la de estudios universitarios y trabajos como empleados que le dieron el gran empujón a López Obrador para llevarlo hasta Palacio Nacional, hoy no necesitan de campañas, ni de arengas, ni tramas viscerales pues saben ya por quienes definitivamente no votar.
Acta Divina… El presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado para que todos denuncien la entrega de despensas, dinero y amenazas, pues las elecciones del próximo 6 de junio tienen que ser las más limpias y libres en la historia de México. Sostuvo que la población no debe pensar que el Instituto Nacional Electoral o el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación van a garantizar esto pues siempre han sido los más tenaces violadores de la ley y los más opositores a la democracia.
Para advertir… La Reforma electoral que se avecina.
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