EL NOBEL DE ECONOMÍA

/ Oriana Álvarez Vos /

Este año la estadounidense Claudia Goldin fue galardonada con el Premio Nobel en Economía “por haber contribuido a la comprensión de los resultados de las mujeres en el mercado laboral”. Esta economista con una brillante carrera no sólo ha sido la tercera mujer en ganarse este reconocimiento, a lo largo de las 55 ediciones, sino también la primera con un puesto de docente titular en la prestigiosa universidad de Harvard. Por años, la economía se ha considerado un campo dominado por los hombres, pero el aporte de las mujeres a la a lo largo de la historia ha sido impresionante, aunque muchas veces silencioso. Milton Friedman y ganador del Nobel de Economía en 1976 dijo Anna hizo todo el trabajo y yo me llevé la mayor parte del reconocimiento, se refería a Anna Schwatz una de las monetaristas más importas del mundo.

El galardón fue otorgado por considerar a Claudia Goldin una pionera en los estudios económicos con enfoque de género, gracias a sus investigaciones, hoy podemos comprender la importancia para la sociedad de la participación laboral femenina. Su libro Understanding the Gender Gap: An Economic History of American Women, publicado en 1990 permitió conocer las desigualdades salariales de las mujeres estadounidenses a lo largo de la historia y demostrar que su participación en el mercado de trabajo comenzó a incrementarse a principios del siglo XX como resultado del progreso económico y de los avances en el acceso a la educación. A este estudio, le siguieron otros como el del impacto de la píldora anticonceptiva en las decisiones profesionales y matrimoniales de las mujeres y un análisis sobre los apellidos de las mujeres después del matrimonio como un indicador social. Su más reciente producción científica, analiza 120 años de la conciliación de la vida laboral femenina y la familia. Esta obra postula que las mujeres son penalizadas de manera diferencial a los hombres por buscar flexibilidad laboral. Además de mostrar evidencia de que las brechas salariales entre ambos sexos se agravan con la llegada de los hijos puesto que son las mujeres las responsables de las actividades de cuidado lo que las lleva a ocupar cargos más flexibles y con menor salario.

Goldin ha entregado a la sociedad grandes insumos para los formuladores de políticas que abordan estas disparidades. Esperemos que su trabajo impulse a legisladores y empresarios a explorar mejores prácticas laborales donde las actividades de cuidado no remunerado hagan parte de la agenda de discusión y poder contribuir a superar los nudos estructurales de desigualdad de género.

*Directora de Fundesarollo

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