/ Clara Scherer /
Del diccionario, persona que por su edad y por su sabiduría ejerce autoridad sobre una familia o una colectividad. ¡Uf! La edad, que además de coleccionar enfermedades, es cúmulo de experiencias en el campo elegido puede almacenar conocimiento adquirido con buenas o con muy malas artes. La sabiduría popular advierte con prudencia, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. ¡Mi honestidad! Traducción: impunidad, simulación y venganza. El cash.
Las feministas hemos rescatado el patriarcado para señalar sociedades y Estados que pretenden someter a las mujeres al mandato de los hombres. Y para hacerlo, la violencia es una herramienta fundamental. Por eso, nada raro que apenas se abre un espacio, la violencia contra las mujeres aparece para acosarlas y obligarlas al silencio, a retirarse. No en balde las enormes láminas de acero reforzadas para defender a quien se cree patrimonio nacional. No extrañan los feminicidios, pero sí enfurecen.
Patriarcado es la sujeción de las mujeres y singulariza la forma del derecho político que cada varón ejerce en virtud de ser varón. El poder, los poderes están en manos de los hombres y con ello, tanto lo económico, lo social, lo cultural, etcétera, etcétera, pareciera que les pertenecen; pero NO, lo han arrebatado con muy malas artes. Por eso, la furia cuando una mujer gana más que su pareja; por eso la ira desatada porque ella no agachó la cabeza. Por eso ni un abrazo merece aun cuando haya servido fielmente por años.
Fundamental para la sobrevivencia de este dominio son la heterosexualidad y el matrimonio. Así, la intolerancia hacia las comunidades LGTBQ+, hacía el divorcio, hacía la libertad de las mujeres. Y también, la obligación del “amor” traducido a trabajo doméstico gratuito, sin protección o prestaciones sociales. Por eso, ellas deben fidelidad y ellos asumen que son “infieles por naturaleza”. No a las estancias infantiles, que les permitían trabajar; no a las escuelas de tiempo completo, que apoyaban el desarrollo personal; no al matrimonio igualitario, y el dicho: “el neoliberalismo no sólo ha causado daños económicos al país, sino que también ha destruido familias, ya que el ’crecimiento de divorcios‘ durante este periodo fue ’elevadísimo“”‘. ¿Cómo que ellas quieren libertades?
La violencia, ya sabemos, es la única forma para arrebatar la libertad, las libertades a otras personas. La violencia puede ser física, psicológica, económica, y de mil formas más. ¿Cómo un hombre domina a los demás? Primero, hay que recordar el pacto “de caballeros” donde todos ellos se protegen de sus atropellos. Son verdaderas “mafias del poder”. Pero, el más fuerte en tanto puede imponer su voluntad, va apropiándose de la toma de decisiones. Él es el único que sabe, el único que puede, el único que tiene el poder. Todas y todos deben saber quién manda. ¿Será el Ejército o eso es puro argüende?
Retrato de liderazgo autoritario: “Sólo habla él; toma todas las decisiones sin consultar a nadie. No escucha opiniones ni acepta críticas. Se cree sabelotodo. Impone su voluntad con mañas o por la fuerza. No confía en nadie. Tiene ¿claro? lo que hay que hacer y afirma que es la única forma de hacerlo. Distribuye tareas. Da órdenes y sólo acepta respuestas a esas órdenes. Cuando se retira, el grupo es incapaz de seguir solo. Concentra la información y mantiene desinformado al resto. Para él, el secreto es poder. Quiere controlar hasta el último detalle. No delega nunca. Tiene una relación personal con cada integrante de su equipo, e impide la comunicación entre ellos para controlarlos”. Niñ@s y mujeres, invisibles.
(https://panel.inkuba.com/sites/2/archivos/El%20liderazgo.pdf).
Del valor que dice defender, la lealtad, sorprende que, en su caso, es unidireccional: de abajo para arriba, nunca al revés. ¿Eso es un diamante?
