/ Yamiri Rodríguez Madrid /
Veracruz ocupa hoy los primeros lugares nacionales en cuanto a asesinatos y agresiones a políticos. El caso más reciente fue este miércoles 11, cuando el expresidente municipal de Gutiérrez Zamora, Wilman Monge Morales, fue ultimado cuando dejaba a su hija en la escuela. Aunque la Fiscalía General del Estado (FGE), está haciendo su trabajo con el tema de las líneas de investigación, José Manuel del Río Virgen -uno de los políticos que estuvo encarcelado en Veracruz-, aseveró que el hoy finado tenía intención de volver a contender por la alcaldía abanderada por el Movimiento Ciudadano.
Pero, desafortunadamente, la lista de munícipes que han sido asesinados en la entidad es bastante larga. La alcaldesa de Mixtla de Altamirano fue ejecutada en 2019 junto con su esposo y chofer. El síndico fue vinculado a proceso como presunto autor intelectual.
En noviembre de ese mismo año, Juan Carlos Molina Palacios, diputado local del PRI, fue asesinado en su rancho. Hay varios detenidos por ese hecho.
El 11 de diciembre, el expresidente municipal de Omealca, Pedro Muñoz Mora, fue emboscado en una comunidad. Unos días después, el 16 de diciembre, se reportó el homicidio del ex alcalde de Paso del Macho, Rafael Pacheco Molina, a una cuadra del Palacio Municipal.
El 1 de febrero de 2020, Jorge Baruch Custodio, expresidente municipal de Soconusco y ex delegado regional de la Sedesol, sufrió un ataque mortal.
El 4 de abril de ese mismo año, en Huatusco, fue asesinado el hijo del expresidente municipal Rigoberto Villalvazo Aparicio. El día 12, la agente municipal priista, Catalina Montalvo Tezohua fue victimada. Dos días después, el 14, la regidora perredista de Texcatepec, María del Carmen Hernández también fue ejecutada.
El 11 de septiembre, el hijo del expresidente municipal de La Perla, José Melquiades Vázquez Lucas, también fue asesinado. El 27 de octubre, el expresidente municipal de Atzalan, Orlando Bocarando, sufrió un atentado en el municipio de Jalacingo en el que su chofer fue asesinado.
La presidenta municipal de Jamapa, Florisel Ríos Delfín, fue asesinada de varios disparos en noviembre también de 2020. Con anterioridad, la perredista denunció amenazas, a la par de que en su municipio se habían suscitado hechos de violencia contra sus funcionarios y familia. También en noviembre de ese año, Manuel Dimas Cristóbal, excandidato a la presidencia municipal de Tierra Blanca, fue asesinado.
En junio de 2021, René Tovar, candidato del partido Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Cazones de Herrera, murió a consecuencia de las balas que le dispararon.
En mayo de 2022 Clemente Nagasaki Condado, presidente del DIF de Acayucan, encabezaba un evento en una colonia cuando un sujeto ingresó al lugar y le disparó en varias ocasiones, delante de todos los presentes. En agosto de 2022, el ex alcalde de Rafael Lucio, José Allan Libreros murió a causa de un ataque armado en dicho municipio y, el 30 de diciembre, un comando asesinó a Isauro Ambrosio Tocohua, quien era alcalde del municipio Rafael Delgado.
El 22 de enero de este año, Fernando Pérez Vega, ex candidato de Fuerza por México a la presidencia municipal de Coxquihui, fue ejecutado mientras viajaba con su esposa, sus niños y personas que tuvieron la mala fortuna de pasar en ese momento del atentado.
Y si nos vamos incluso más atrás la lista se vuelve mucho más larga, sin contar, por supuesto, el número de políticos que hoy están tras las rejas o que ha pasado por ahí, como Tito Delfín Cano, ex presidente municipal de Tierra Blanca; Jorge Winckler Ortiz, ex fiscal veracruzano; el alcalde de Nautla, el perredista Miguel Verjel Vázquez; Hermas Cortés García, ex presidente municipal de Lerdo de Tejada,; Fabián Cárdenas, quien iba a rendir protesta como alcalde de ese mismo municipio, los ex dirigentes perredistas Arturo Herviz Reyes y Rogelio Franco Castán, entre una muy larga lista.
Por eso ser político, se ha convertido en una acción de alto riesgo.
@YamiriRodriguez