El periodismo es hoy el único contrapeso al poder: Soledad Jarquín Edgar

*Los periodistas viven penurias y riesgos: Raciel Martínez Vega

/Sara Lovera/

Semmexico, CDMX. 30 de octubre 2020.- El 13 de noviembre próximo se conocerá la lista de galardones del Premio Nacional de Periodismo 2019, se entregará 15 días después. Para el certamen se recibieron casi mil 300 trabajos, que además de la técnica y la estética, muestran la diversidad geográfica, el arrojo, las dificultades de hacer periodismo con pocas herramientas, bajos salarios y que vive cercado de riesgos.

Esto informaron y dijeron  Raciel Martínez Vega, Presidente del Consejo  del Premio Nacional de Periodismo CPNP y Soledad Jarquín Edgar Presidenta del Jurado Calificador del Premio, durante una mesa de análisis propiciada por la Red Nacional de Radios Universitarios, que preside  Marco Gutiérrez y que moderó Ulises Brito.

En el diálogo Jarquín Edgar, luego de narrar cómo la ha enriquecido leer de punta a cola 400 de esos trabajos recibidos, destacó todas las formas en que ha cambiado el ejercicio periodístico, no sólo por los cambios tecnológicos, sino por los temas. Aseguró que hace apenas 25 años las mujeres no eran noticia y que hoy lo son, no solamente por la espectacularidad de las informaciones sobre violencia contra ellas, sino por la evidencia social, el movimiento de las mujeres y la formación de las nuevas generaciones de periodistas.

El presidente del CPNP destacó la importancia que sigue teniendo el periodismo hecho como una profesión, y cómo la explosión del periodismo digital, diverso, con múltiples expresiones locales en todo el país, muestra que hacer buen periodismo, investigado, verificado, sigue siendo un riesgo y que ahora hay que ratificar que la libertad de expresión es un valor para la democracia.

A ello Soledad Jarquín Edgar afirmó que el buen periodismo en todos sus formatos, para un México con tantos referentes quebrados, es el único contrapeso para el poder y sigue siendo el enlace entre el poder y la sociedad.

De charla muy dinámica, la y los participantes, además de explicar la importancia del Premio Nacional de Periodismo, como un incentivo a seguir realizando esta importante labor, sirve también de escudo para quienes buscan quebrarlo, minimizarlo, afectarlo o disminuir la libertad de expresión.

Hablaron igualmente, de los nuevos periodistas. Jarquín Edgar señaló que estos son otros tiempos, donde una nueva generación están produciendo un periodismo con infogramas, textos cortos, narrativas creativas, y lo hacen de la mañana a la noche, no obstante estar en la inseguridad total, de social (imss y hospitales) y esa otra inseguridad general, que hace pensar, si se volverá a la casa después de la jornada de trabajo. Especialmente si se es mujer.

Plantearon igualmente que uno de los desafíos de nuestro tiempo es la alfabetización a que urgen las nuevas tecnologías de la información. Raciel Martínez Vega advirtió también sobre el abuso de las noticias falsas en las redes sociales y aún en los medios digitales, que pone en duda la credibilidad. Pero junto a Jarquín Edgar estuvo de acuerdo en que hoy más que en otros momentos, vale la pena practicar la profesión y trabajar por eliminar esta ola de post verdades.

Al comienzo, pensando en los cambios, quizá en los temas abordados, la periodista, editora de Semméxico, dijo un par de cosas sorprendentes. Que las mujeres en los medios están más visibles que nunca, invitando a hacerse cargo de esa realidad y que el camino ha sido muy largo para las periodistas que decidieron escribir sobre la realidad social de las mujeres y sus demandas. Que las periodistas en los años 90, eran desoídas, hostigadas y hasta les ponían mote. Mientras las feministas hacían sus medios. Eso, dijo, cambió, “no como quisiéramos”, pero cambió, a eso ayudó el cambio tecnológico, las redes, pero también la organización de esas periodistas en redes y la alternativa crítica que planteó hablar de las mujeres y su situación.

Recordó como las periodistas/feministas sufrieron múltiples agresiones al interior de sus redacciones, cómo sus notas no eran consideradas e insistió en que eso ha cambiado por la fuerza de ellas mismas. Así, relató, hubo miles de informaciones, muchas de primera plana, cuando las jóvenes salieron a las calles -y siguen saliendo- a manifestar su hartazgo por la violencia contra las mujeres. También, reconoció, que la aparición de las mujeres en la escena pública, es un “filón de oro” para los editores.  Hubo un momento –periodistas expulsadas de sus redacciones tradicionales- que construyeron más de 70 medios propios para hablar de lo que sucedía con las mujeres.

La mesa de análisis, escuchada por muchas radios universitarias y público en general, permitió celebrar todos los cambios en el periodismo, la importancia de la profesión y por supuesto, la creciente importancia de seguir haciendo buen periodismo, narrativas diversas y periodismo independiente a través de los portales digitales. Reconocieron que hay que prepararse para lo que sigue.