**LA LETRA DESOBEDIENTE.
/ Braulio Peralta /
El poder del perro, el sugestivo y misterioso filme de Jane Campion, me llevó al descubrimiento de una gran novela, El poder del perro, de Thomas Savage. Solemos decir que la literatura es más grande que cualquier otro empeño artístico. No siempre. Literatura y cine hoy son poderosos instrumentos estéticos para tocar las almas de un patriarcado y homofobia enraizados en una sociedad que hoy quiere modificar los estamentos sociales a favor de las mujeres y la comunidad LGBT+. Pero ojo: sin ideología predeterminada, con el simple valor que el arte tiene para transformar a gente —eso sí—, inteligente, tanto racional como emocionalmente.
Del filme se ha escrito mucho en las últimas semanas. La novela ha sido apenas una mención adherida al éxito de Campion. Es notable el guión de la cineasta porque recrea atmósferas que la novela contiene: los paisajes del Oeste norteamericano donde se desarrolla la historia, ahí donde el espacio es vital para la comprensión de los personajes. La literatura de Thomas Savage es tan poderosa como la de Willa Cather, hoy desconocida.
En El poder del perro nadie tiene escapatoria y el más débil en apariencia no siempre será el más fuerte, como se cree. Causa asombro el inesperado final de Phil, quien infringió tanto dolor en Rose y su hijo, un “mariquita”, Peter, afeminado adolescente que libera a su madre —y a sí mismo—, por los agravios machistas. Las feministas radicales de hoy tendrían que celebrar estos finales donde la infamia del prejuicio se paga con la vida. Thomas Savage es un escritor de avanzada que se ocupó de las mujeres al personificar la lucha de David contra Goliath, en medio del desierto.
La novela no tuvo fama en su año de publicación, 1967. Casi pasó de noche. Se compraron los derechos para cine hasta en cinco ocasiones, sin realizarse, hasta que llegó la consagrada directora de El piano, y El poder del perro encarnó en filme. Dudo mucho que no gané más de un Oscar en Hollywood y espero que la novela empiece a leerse porque la obra tiene las claves para comprender los por qué más profundos de sus personajes. Dos lenguajes, el cine y la literatura, son esta vez complementarios, muy positivamente. Gran película y gran novela. Eso.