**ALHAJERO.
/ Martha Anaya /
Que López Obrador se está divirtiendo con el tema de la sucesión presidencial, ni duda cabe. Nomás hay que ver cómo juguetea el titular del Ejecutivo con las posibilidades de sus corcholatas y cómo deja correr el hilo hasta cuando le sueltan nombres –¿bajo pedido?– para ver si los incluye en la baraja.
Con decir que ayer, inducidos por un reportero en la mañanera que tuvo lugar en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento de la Ciudad de México, hasta los nombres de Zoé Robledo y de Hugo López-Gatell salieron a relucir.
Seguro que al director del IMSS y al subsecretario de Salud les encantó sentirse incluidos entre los “jóvenes maduros” con posibilidades de sucederlo.
Aunque luego el propio AMLO mencionó a los pesos pesados que competirán por la candidatura presidencial de Morena y a cada uno atribuyó un comentario: “Yo la quiero mucho a Claudia (Sheinbaum), Adán (Augusto López), es mi paisano y
Marcelo (Ebrard) está haciendo un trabajo de primera”.
Tal fue el orden en que los mencionó el propio Presidente. De los tres, presentes estaban la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y el secretario de Gobernación.
El caso es que AMLO está disfrutando el juego. Se le nota por la forma en que responde a las preguntas sobre quién será el candidato de Morena, si tiene un favorito, por quién votaría, si hará campaña con quien gane la encuesta, etc.
¡Nada que ver con la tensión que la sucesión producía en los mandatarios del PRI y del PAN! Nada que ver con aquello de que nadie se podía mover o adelantar en la carrera sucesoria porque podía costarles la nominación de su partido. Y mucho menos que un arranque tan adelantado fuera propiciado por el propio Presidente de la República.
Debe sentirse muy seguro el tabasqueño de que Morena ganará las elecciones en 2024 –y con su partido alguno de sus
prospectos– porque si no, difícilmente lo veríamos tan encantado con el juego de las corcholatas.
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Y MONREAL SE VA DEBILITANDO. Cada vez que AMLO menciona nombres de quienes podrían competir por la
candidatura presidencial de Morena, Ricardo Monreal se lleva un golpe. El no ser mencionado por el Presidente, pesa cada vez más para el zacatecano.
“Creo que ninguna persona tiene el derecho de excluir a nadie, ni en las cumbres ni los foros, ni los procedimientos…Yo voy a seguir luchando, no voy a declinar en mi lucha a lograr una aspiración legítima”, insistió el coordinador de los senadores de Morena. Pero su voz va perdiendo fuerza frente al silencio del hombre de Palacio.
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GEMAS: Obsequio de la ministra Norma Piña sobre los superdelegados: “¿Quién decide finalmente sobre la implementación de los planes, programas y acciones asignados a las secretarías de Estado, los titulares o los delegados?”.