/ Por Inocencio Yáñez Vicencio. /
He dicho y hoy lo repito una vez más. La derrota del PRI en el 2018 no fue únicamente una derrota electoral, también fue una derrota cultural. Se rechazó la oferta electoral que hizo pero al mismo tiempo la ciudadanía dijo basta a prácticas, conductas, comportamientos, formas de acceso y reclutamiento, de seleccionar a sus aspirantes a cargos y puestos de elección popular, de valorar méritos, la vigencia de sus reglas, la congruencia entre el decir y el hacer, el criterio para el ejercicio de la función pública, la pulcritud para el ejercicio gubernamental, la autenticidad o no de su discurso, la disposición para combatir distorsiones programáticas, ideológicas y éticas…
Como puede verse este no es un asunto de filias y fobias. Que hace cuatro años se eligiera de manera democrática y limpia una directiva en Veracruz, era un paso, si, sólo un paso, que por ínfimo que fuera, debió valorarse, pero se olvidó o se fingió olvidar que la democracia no garantiza que gane el mejor y en su lugar echaron andar los adversarios del ganador una avalancha de descalificativos que bien parecían desahogos de viles despechados, por degracia no sólo lanzaron sino también contra las finanzas del partido, azuzando a extrabajadores de clara filiación de directivas pasadas contra el PRI, sumándolos a viejos laudos.
Es probable que Marlon no haya cumplido muchos compromisos. A mi no me cumplió, como oportunamente se lo comenté al político de más solvencia moral que existe en el PRI, pero le dije, no va conmigo revelarme por cuestiones personales. Menos hecho andar las expulsiones que yo le propuse y que a mi juicio procedían. Será que mi enojo no era por una pluri para mi o para un vasallo( que ni tengo), que mantuve una relación cordial con quién los priistas veracruzanos habían elegido, con la esperanza que su relevo saliera de la voluntad de su militancia y que la democracia nos diera una nueva dirigencia a la altura de los desafíos de este momento.
Estoy consciente que , por lo que hace a los cambios estructurales y normativos, tienen que darse a nivel nacional, porque se trata de un partido nacional.
En Veracruz, reiteradamente me ha tocado organizar foros para recepcionar puntos de vista que fueron elevados a las instancias competentes. El que hoy abrace la socialdemocracia el PRI, se debe a una propuesta que la Fundación Colosio, que me tocó presidir en nuestro estado, llevamos y defendimos en asambleas nacionales. Por entonces expresamos que el PRI debía por comenzar por definir su público, es decir, la franja que quería representar, para deslindar su discurso y articular sus demandas.
En cualquier otra parte ante una crisis del tamaño que vive hoy el PRI, ya se estarían revisando prácticas, reglas y valores, como vías para dar paso a una nueva generación de cuadros directivos y profundizando, con primarias u otros métodos de elección, para sacar sus liderazgos, liderazgos conectados con ciudadanos y grupos sociales de carne y hueso, pero no, no sólo el PRI está empantanado, es inaudito que en lugar de hacer algo por salir del atolladero en que se encuentra, todos los pasos que da sus para hundirse más.
Después que ni Amadeo, Elizabeth, Américo, Renato, siendo presidentes del CDE del PRI ni me llamaron ni me dieron una audiencia, claro que le estoy agradecido a Marlon, que lo haya hecho. No, no soy nadie, nunca he sido ni regidor, por lo tanto no pertenezco a la clase política, pero le he servido desde 1966 en que fui director juvenil ( electo ) , fundador del MNJR, Coordinador Nacional de los Cetros de Capacitacion y otras comisiones, sin recibir un centavo en este tiempo, creo que tal vez sea poco lo que le he dado, pero ha sido honra, no deshonra. Deshonra que no únicamente se la dan apropiándose de los dineros públicos, se la dan participando suplantando la voluntaf de la militancia, agandallándose con las pluris, premiando holgazanes, designando farsantes…que lo hunden cada vez más en el descrédito.
Es cierto, probablemente los otros partidos que conforman el Frente Amplio Opositor, esten peor. El PAN es rehén de cacicazgos, buena parte de gabinete duartista fueron panistas, las fugas de Chapo fueron en su docena trágica, Genaro García Luna, marca la clase de combate que dieron a la delincuencia, los escándalos de corrupción en el ISSSTE, IMSS, PEMEX, que Peña les tapó a cambio de votos para sus malditas reformas, delatan su falsa moral; el PRD es un apéndice panista. Del morenismo, que hoy destruye la República y la democracia, basta decir que es una banda de maleantes pero no llega a partido político, pero el PRI, no puede apostar a eso, a ser el menos peor, porque hay verdad y postverdad y esta última es la percepción social y la percepción que la sociedad tiene no es que el tricolor es el menos peor sino que es el peor.
En el 2012 le funcionó haber apostado al fracaso del PAN, pero esta vez Morena y su presidente tiene comprados a los votantes con apoyos y becas, la Guardia Nacional, el Ejército, los vándalos, los vagoneros, los ambulantas, las asambleas de barrio, la burocracia, los maleantes…que requieren de esfuerzos extraordiarios, mucha movilización y representación de la credibilidad, que lamentablemente en lugar de trabajar para acrecentar la poca que se tiene, con sus actos la oposición y especialmente el PRI, la dilapida, sumido en un surrealismo, que pareciera que vive en otro tiempo.
Si la ciudadanía rechazó y sigue rechazando del PRI, que sus cuadros vengan del amiguismo, del servilismo, del agachismo, pues lo que procede es terminar con ese tipo de selección; si la población repudia a sus miembros que no cuadra los ingresos que tuvieron en un cargo con los bienes y la riqueza que obtuvieron, hay que mandarlos a la banca, no premiar sinvergüenzas, si los electores ya no quieren demagogos, pues hay que marginar a los farsantes; si la militancia reprueba traidores, pues hay que aplicarles la justicia partidistas; si la gente quiere un partido que lo defienda, pues es hora de ponerse al frente de las causas sociales; si la ciudadanía pide que se ponga fin a arengas y proclamas sin deslindar, pues terminemos con leyendas que no comprometen ni defienden a nadie; si la militancia reclama decidir sus propios asuntos, pues comencemos por retornarles su soberanía en la elección de cargos partidistas y todas las postulaciones…
Todavía hace un año le decía a Marlon: veo un PRI cada vez más lejos del partido ideal. Hoy les digo: yo no voy en una ruta de demagogia, simulación y surrealismo. Si se trata de hacer todo lo contrario para que el PRI recupere su credibilidad. No cuenten conmigo ni cuente conmigo nadie. Ahí están las tareas en las que yo puedo colaborar. Alito, cada cosa que hace es para destruir al PRI. Yo voy por otro camino, que evidentemente, no es el de Alito.