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/ Juan José Barrientos /
Hablar de Xalapa como de “la Atenas veracruzana” no revela nuestro espíritu de campanario o una especie de chauvinismo provinciano, sino que expresa un proyecto colectivo que se ha estado realizando desde que el Gobernador Juan de la Luz Enríquez fundó la Normal Veracruzana en 1887 con Enrique C. Rébsamen como director, y ese proyecto ha tenido avances y retrocesos.
El anuncio de la Gobernadora Rocío Nahle de que la Secretaría de cultura se fusionaría con la de Turismo ha tenido un amplio y decidido rechazo de parte de los artistas, artesanos y promotores de las actividades del ramo, y la mandataria declaró atinadamente que reconsideraría su propuesta.
En vez de integrarla a la Secretaria de turismo, hay que fortalecer la Secretaria de cultura, que en mi opinión debería incluir a Radio Televisión de Veracruz y al Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz, así como a la Editora de Gobierno.
Además, urge un cambio de política, pues la 4T le ha querido dar mayor importancia a las artesanías, en detrimento de la literatura y las artes.
Durante el sexenio de Cuitláhuac García se descuidó todo lo relacionado con el patrimonio intangible de los veracruzanos, y muchos artistas y promotores culturales consideran que les iba mejor con los “PRIetos” que con los morenos, pues Miguel Alemán, por ejemplo, fundó el Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz (ISMEV) y construyó el edificio diseñado por Herrera de la Fuente, a quien puso al frente de ese organismo y de la Sinfónica Juvenil. El edificio, es cierto, tiene algunos defectos, pero ahí está, y Alemán le compró un piano Steinway y donó el que había sido de su mamá. Fidel Herrera compró otro Steinway para el Teatro Clavijero del puerto de Veracruz y becó a varios músicos que se perfeccionaron en Francia, Venezuela y otros países. Seguramente, recordó que el Gobernador Teodoro A. Dehesa le dio una beca a Diego Rivera para que fuera a Europa, y también que a él lo becó Echeverría para que estudiara en Londres. Durante su sexenio, se exhibieron algunas esculturas de Soriano y Leonora Carrington en el Parque Juárez y el malecón de Veracruz. Incluso en el sexenio de Duarte, se realizó en Xalapa durante cuatro años (del 2011 al 2014) el Hay Festival, que había tenido como sede a Zacatecas en 2010 y luego se trasladó a la Ciudad de México en 2015, para finalmente establecerse en Querétaro desde el 2016, dejando a Xalapa bastante apagada.
Desde luego, también hubo indiferencia y descuidos en esos tiempos con respecto al patrimonio intangible, pues no se celebró el centenario de Mario Ruiz Armengol (1914-2002), aunque poco antes el Conaculta destinó 9 millones a festejar el de Moncayo. Alemán mandó hacer una biografía del compositor, pero Duarte no lo festejó, como merecía, y la Universidad Veracruzana, encabezada por Sarita Ladrón tampoco hizo nada, aunque su padre publicó las Piezas infantiles de Mayito cuando estuvo a cargo de Difusión cultural. Había que reponer al menos esas partituras y las de las Danzas cubanas publicadas por el IVEC, que se agotaron hace años, así como los discos grabados por Alejandro Corona.
No hay que olvidar, además, que el rescate de la obra de Ernesto García Cabral se inició en el Festival Cervantino, es decir en Guanajuato, lejos de Veracruz, y no ha tenido mucho apoyo estatal, y algo parecido pasa con Maples Arce, pues no se ha repuesto el busto que desapareció de la plazoleta en la calle de Alfaro… Y el colmo es que el poeta Francisco Hernández obtuvo el Premio Nacional de Literatura postulado por UANL, o sea la Universidad Autónoma de Nuevo León, y no por la Universidad Veracruzana, aunque es originario de los Tuxtlas.
URGE un decidido apoyo a la cultura de parte de la Gobernadora y sus colaboradores.
Hay que relanzar el Proyecto “Atenas veracruzana”.