El regreso de Fernando Yunes

Sin tacto

Por Sergio González Levet

Difícil decisión la que deben tomar quienes son autoridad, a estas alturas de la pandemia por el coronavirus. Por un lado, en el país no han disminuido los contagios diarios y las muertes, y por el otro, la economía detenida hace desfallecer nuestro sistema de vida y de mantenimiento.
Ante el dilema, la alternativa mejor parece ser tomar dos caminos: uno, reforzar los protocolos de higiene y prevención para reducir la famosa curva que se ha seguido manteniendo aplanada en México, pero con ciertos vuelcos hacia el alza; dos, dirigirse hacia una movilidad sumamente vigilada, y normada al extremo, para garantizar la salvaguarda del contagio de la Covid-19 y al mismo tiempo revitalizar el comercio del que vivimos todos, de una manera u otra.
Sin embargo, para tomar ambas medidas se necesita un gobierno eficiente y estricto, y eso no lo hemos tenido los mexicanos ni los veracruzanos en esta crisis sin precedente.
No imagino que el titubeante Gobernador ni el empírico Secretario de Salud puedan emprender una cruzada que sea creída y obedecida por los ciudadanos, desilusionados por la falta de preparación y sensibilidad del equipo gobernante.
Contrario sensu, los pobladores del municipio de Veracruz tienen un presidente municipal en el que creen, gracias a los resultados que ha obtenido en su gestión, no obstante que no ha recibido ningún apoyo del Gobierno estatal, e incluso ha sido boicoteado flagrantemente por el “enfermito” Secretario de Gobierno, Eric L. Cisneros.
Fernando Yunes Márquez ha anunciado que en la ciudad de Veracruz se empezará a abrir la reclusión, para que la vida económica regrese a niveles de supervivencia. Muchos empresarios pequeñitos y medianos han recibido esta noticia como oxígeno para sus vidas y la de sus negocios.
Como mucho insiste el economista David Páramo, es necesario que todos nos pongamos a revivir la vida, a través de consumir y gastar lo poco que estamos ganando en estos meses con quienes están vendiendo cerca de nosotros, en nuestra vecindad, en nuestra ciudad. Esta medida haría que el flujo financiero se empiece a distribuir y a generalizar, de manera que regrese a nosotros.
El alcalde jarocho está tomando el toro por los cuernos y enfrenta un riesgo delicado, aunque manejable. Sólo se necesita hacer cumplir la ley, lograr que todos obedezcan las normas de prevención y las medidas de seguridad redobladas.
Ayer mismo, Fernando Yunes acudió personalmente a un restaurante, con cubre-bocas como debe ser, pasó las medidas de desinfección, guardó la sana distancia, consumió y comió muy sabroso, como es costumbre en cualquier servicio de comidas en el Puerto. Eso se llama gobernar con el ejemplo.
No sé qué va a pasar en otros municipios del estado, con autoridades tan ineficaces como los alcaldes de Morrena de Xalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica y otros más.
Pero en Veracruz, Yunes Márquez se la está jugando por la vida de los habitantes… y de la ciudad.
Vamos haciéndole caso, para que todo continúe como antes… o casi.

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