*El Ágora .
/Octavio Campos Ortiz/
Desde el sexenio pasado se apela a un supuesto respeto que deben todos los mexicanos a la investidura presidencial o de cualquier gobernante que siente debe ser venerado por sus mandantes. Como lego en el tema jurídico, no sé qué atributo especial otorgue un simple nombramiento. En el diccionario se habla solo de la designación a un cargo o tarea, incluso tiene un origen medieval -nada democrático-, cuando un señor feudal concedía un bien (tierras) a un vasallo. Ergo sum, no tiene nada de extraordinario ser investido como presidente, legislador, gobernador o alcalde.
Sin embargo, en los tiempos de la autollamada 4T se piensa en una especie de halo que otorga al designado la personalidad de una deidad metafísica, inaccesible a los mortales, quienes solo deben ser venerados y no osar tocarlos.
Para el tabasqueño, el distorsionado significado de la “investidura presidencial” fue gran pretexto para justificar su ausencia en la solución de los grandes problemas nacionales.
Se dijo feminista, pero nunca quiso recibir a las mujeres ni atendió sus demandas, mucho menos estableció políticas públicas que las reivindicaran, peor aún amuralló el ex palacio virreinal para no verlas ni oírlas.
Pero no fueron las únicas, tampoco quiso “manchar” la investidura presidencial con la presencia de las madres buscadoras, ni los padres de hijos con cáncer, ni se acercó a las comunidades de los estados siniestrados por los fenómenos naturales, ahí no solo se iba a empapar la investidura, sino que se iba a mojar el único par de zapatos del macuspano.
Siempre temió enfrentar la ira popular ante la inacción gubernamental para aliviar la tragedia de familias que perdieron todo. Innumerables son los casos en que se recurrió a la investidura del cargo para evadir la irresponsabilidad oficial. Los nuevos ministros de la Corte debieran, ellos sí, respetar la investidura del cargo y de la toga.
Ahora tocó el turno al impresentable “legislador” Fernández Noroña y escudarse en la investidura de un efímero cargo en el Senado -hay que recordar que dijo que en un año apenas se le va agarrando la onda a lo parlamentario-, para alegar un especial fuero, ese halo divino en que creen estar envueltos los politiquillos de la 4T.
Provocador y golpeador al servicio del gobernante en turno, utilizó todas sus artimañas porriles para frenar, amagar, denostar, descalificar, agredir, desdeñar e insultar a los contrincantes políticos del régimen, a las mujeres y a ciudadanos que osaron mirarlo feo.
El mal representante de los chilangos y millonario se encontró la horma de su zapato. Y finalmente solo bravucón, corrió cobardemente al reclamo que le hizo su par priista porque le negó la palabra. Después se victimizó y hasta se comparó con una mujer violada.
De ese talante son los legisladores de Morena.
Es lamentable el incidente en la máxima tribuna de la nación, al Senado se le debe una disculpa y habrá que resarcir y dignificar el trabajo parlamentario, pero no justifiquemos el argumento de la falta a una inexistente investidura como halo divino, solo es un nombramiento.
Apostilla: Con la esperanza de que el movimiento ciudadano apartidista a que convocó Alessandra Rojo de la Vega, la Resistencia, en defensa de la democracia, de todos los derechos, las libertades y el respeto a la libertad de expresión no solo sea un evento mediático, miles de ciudadanos se congregaron ayer en la fuente de la Diana Cazadora y marcharon al Parque México para demostrar su rechazo a las políticas dictatoriales del régimen de la autonombrada 4T que ha instaurado una presidencia casi imperial sin contrapesos constitucionales, desaparición de organismos autónomos, control de las instancias electorales, sometimiento de autoridades estatales y municipales a restricciones presupuestales y políticas y han hecho, mediante la censura y la represión a la prensa que México sea el país más riesgoso para ejercer el periodismo.
El gremio del cuarto poder se pronunció ayer para exigir al gobierno garantice el ejercicio libre de la profesión y que pare la campaña de desprestigio y estigmatización que se hace desde la cúpula de poder y que no se institucionalice la represión a la labor de los comunicadores a través de la política de comunicación social de Palacio Nacional y de los nuevos instrumentos legales que instrumentaron retrógrados gobernadores en sus entidades.
Con vehemencia, los reporteros rechazaron la censura de que son objetos y denunciaron la piel sensible que tienen los funcionarios ante la crítica fundada. No a la persecución sistemática y censura a su trabajo profesional.
Gran oportunidad para que México regrese al sendero de la unidad, la libertad y el respeto a los derechos.
Rojo de la Vega propone una acción ciudadana pacífica que logre que los servidores públicos gobiernen sin robar, entreguen obra pública de calidad, actúen con transparencia y que México logre el verdadero crecimiento económico con desarrollo social.