El Senado de EE.UU. confirma a Amy Coney Barrett para la Corte Suprema

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Washington, D.C. EUA, 26 octubre 2020.- Este lunes, con una votación de 52-48, el Senado de EE.UU., de mayoría republicana, confirmó a la jueza Amy Coney Barrett para ocupar el lugar que dejó la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema.

Con 52 votos a favor y 48 en contra, el Senado estadounidense confirmó a Amy Coney Barrett, candidata postulada por el presidente Trump, como la nueva integrante de la Corte Suprema de Justicia

La confirmación de Coney Barrett, quien fue nominada por el presidente Donald Trump, significará una mayoría conservadora de 6-3 en la Suprema Corte.

Catalogada como una intelectual conservadora de 48 años a las alas, fue nominada por Trump después de una audiencia de confirmación de cuatro días en el Senado, fue confirmada poco más de una semana antes de las elecciones presidenciales por 52 votos.

En declaraciones preparadas publicadas antes de las audiencias, la jueza Barrett agradeció a Trump por “confiarme la profunda responsabilidad”, que ella llamó “el honor de toda una vida”.

Trump ha logrado inclinar la estructura de la corte aún más hacia la derecha, justo antes de las elecciones presidenciales, cuando podría perder el poder.

El historial de la jueza Barrett sobre derechos de armas y casos de inmigración implica que ella sería un voto tan confiable a la derecha de la corte como Ginsburg a la izquierda, según Jonathan Turley, profesor de derecho en la Universidad George Washington.

“Ginsburg mantuvo uno de los récords de votación liberales más consistentes en la historia de la corte. Barrett tiene la misma consistencia y compromiso”, agrega. “Ella no es un trabajo en progreso como algunos nominados. Ella es la máxima ‘entrega’ para los votos conservadores”.

Y su voto, junto con una mayoría conservadora, podría marcar la diferencia en las próximas décadas, especialmente en temas divisivos como el derecho al aborto y la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (el proveedor de seguro médico de la era de Obama).

Las opiniones legales y los comentarios de la jueza Barrett sobre el aborto y el matrimonio homosexual la han hecho popular entre la derecha religiosa, pero se han ganado la vehemente oposición de los liberales.

Pero como católica devota, ha insistido repetidamente en que su fe no compromete su trabajo.

La jueza Barrett vive en South Bend, Indiana, con su esposo, Jesse, un ex fiscal federal que ahora trabaja en una firma privada. La pareja tiene siete hijos, incluidos dos adoptados de Haití. Ella es la mayor de siete hermanos.

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