*Línea Política .
/ Agustín Contreras Stein /
PARA imponer un nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no era necesario que se realizara la farsa del pasado primero de junio. La elección judicial no fue más que un burdo intento de querer legitimar lo que ya se había decidido con toda anticipación. La primera respuesta a este proceso electoral judicial fue la poca importancia que le dio el pueblo mexicano a una propuesta viciada y llena de innumerables complicidades con quien la ordenó. Luego, podría decirse, la propia manifestación desde otros sistemas judiciales del mundo que criticaron esta decisión del gobierno mexicano, no es más que el respaldo a lo que la mayoría de mexicanos pensaba, es decir, un proceso ilegal, no viable y muy peligroso para la administración de justicia en México.
Pero, finalmente ya se tiene todo un esquema judicial como lo quería López Obrador, es decir, supeditado al poder ejecutivo para que desde ahí se consolide el propósito de que “no le vengan conque la ley es la ley”, haciendo lo que les venga en gana, con un señor ministro que avalará, sin duda, un proyecto político llamado simplemente tiranía.
El señor ministro, por su parte, llega con la misma idea de no respetar la ley, sino la imposición de su propio criterio, sin apegarse a los principios constitucionales y consecuentemente legales que muestran, desde ahora, su poca capacidad para estar al frente de una de las más importantes instituciones del país. Para México, viene una crisis muy severa en materia de administración de justicia, con mujeres y hombres que en su mayoría desconocen la ley y los procedimientos para su correcta aplicación.
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LA MISIÓN PARTIDISTA
LOS PARTIDOS POLÍTICOS tienen la misión de contribuir al fortalecimiento de un buen gobierno, proponiendo a los personajes más capaces de sus diversas corrientes políticas internas para ocupar cargos políticos y administrativos que encajen dentro de los requerimientos legales, preparados y ajenos a las prácticas corruptas, siempre dentro del marco democrático que debe prevalecer en las justas electorales que definen la verdadera autoridad del pueblo.
Por eso, concluido un proceso electoral como el que se llevó a cabo el primero de junio, lo primero es aceptar las realidades de cada organización política, su posicionamiento y su real presencia política entre la ciudadanía.
Esto quiere decir, que no tan solo viene la reflexión de lo acontecido, sino preparar las nuevas estrategias políticas para mirar hacia el futuro de los nuevos compromisos político electorales donde nuevamente se vendrá la selección interna para poder participar en nuevas justas electorales que cumplan con el propósito de su presencia en el panorama político de México y especialmente en Veracruz.
Hasta ahora las cosas no se han hecho con la pulcritud política que se necesita y es por eso que llegan los fracasos políticos por necesidad.
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TAMBIÉN EN EL PRI, SE NECESITA AUTOCRÍTICA
PRACTICAMENTE en todos los partidos políticos se requiere de un profundo análisis político de su participación en cada proceso electoral, de manera especial en el que se llevó a cabo recientemente. Esto es no significa que tal reflexión lleve necesariamente alguna dedicatoria, sino más bien es el propósito de buscar las deficiencias para solventarlas y no caer nuevamente en los errores. El PRI, lo hizo en su momento, aunque ahora carezca de esta capacidad, porque hay otros intereses que no permiten que se busquen deficiencias, porque éstas fueron generadas precisamente para resolver intereses particulares y no precisamente para fortalecer a la propia organización. Sin embargo, hay necesidad de una verdadera autocrítica, aunque ésta sea simulada.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.