Claudio y Xóchitl no entienden que sólo son parte de un equipo
* Al bloque opositor le urge redefinir lo que ellos entienden por “unidad”
* Los libros de texto gratuitos, basura ideológica de la nueva escuela mexicana
*La política me da Risa
/ Yazmin Alessandrini /
DISPAROS EN EL PIE.- En el Frente Amplio por México se les está haciendo bolas el engrudo. Y a menos de un año de la elección presidencial del 2024 eso es meterse en arenas movedizas. Todos hablan de unidad, pero la realidad es que cada quien está jalando por su lado. Andan por la libre. Y así no se puede. O se sientan (todos) y se ponen de acuerdo (entre todos) en lo que van a hacer y en lo que van a decir o, de plano, van a tronar como chinampinas. Y tras los más recientes acontecimientos, con el señor “X” (Claudio X. González), primero faltándole al respeto a la historia priista y, después, desdecirse a través de Twitter; con el panista Marko Cortés mostrando por enésima ocasión su poca capacidad para negociar y apaciguar a los suyos (lo que orilló a Jorge Luis Preciado renunciar a una militancia de 29 años en el blanquiazul); con su arquitecto del proyecto de gobierno, José Ángel Gurría Ordóñez, saliendo a buscar reflector cuando lo que se requiere de él en estos momentos es que mantenga un bajo perfil; y con la señora “X” (Xóchitl Gálvez) perdiendo el piso, poniendo en tela de juicio la transparencia y honestidad de las reglas del juego de su propio equipo; lo cierto es que lo que más le urge al bloque opositor es una buena encerrona para hacer un corte de caja, porque las cosas no marchan nada bien Juntos, el PAN, el PRD y el PRI suman 212 años de historia, por lo que es inaceptable que a estas alturas se comporten como una trifecta de novatos. Tienen que dejar en manos de sus verdaderos animales políticos el destino de esta coalición. La exigencia de la autocrítica debe ser prioridad, porque no es posible que todavía no tengan bien definidas las estrategias que deben implementar y ejecutar. Están dando bandazos y la gente se está dando cuenta. Ya es hora de que el señor “X” y la señora “X” se den cuenta y entiendan de que ellos no son los dueños absolutos del Frente Amplio por México y que lo que está en juego no son sus futuros personales, sino el derrotero de todo un país.
BASURA IDEOLÓGICA.- La señora no tiene la menor idea de cómo va a aprender un niño de primaria las matemáticas bajo el esquema de eso que denominaron la “nueva escuela mexicana” (¿alguien recuerda su ridículo frente a las cámaras?), pero eso sí, la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Leticia Ramírez Amaya, sale a vociferar, henchida a causa de un falaz orgullo patriotero, que los académicos, los pedágogos, los científicos, los docentes y los padres de familia que critican los nuevos libros de texto gratuitos lo hacen porque están en contra de la transformación de este país. Nada de eso. Yo no conozco a ningún mexicano que desee que le vaya mal a este país y mucho menos conozco a ninguna persona que anhele que sus hijos reciban una educación deficiente. Y en esta coyuntura en particular, lo que verdaderamente indigna de doña Leticia y sus súbditos (principalmente el subsecretario Luciano Concheiro Bórquez; el director de Materiales Educativos, Marx Arriaga Navarro; el subdirector de Materiales Educativos, el venezolano Sady Loaiza Escalona y Etienne Fass Alonso, subordinado de estos dos últimos), obvio todos empoderados gracias a la canonización presidencial, es que cínicamente se pasaron por el arco del triunfo el Artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y, por supuesto, los artículos 22 y 23 de la Ley General de Educación. ¡¡¡Qué más da si esos bodrios editoriales costaron 3 mil 200 millones de pesos o si traen impresos disparates como la nueva fecha de nacimiento de Benito Juárez o la conjugación del verbo “dijistes”!!!
TERCERO EN DISCORDIA.- A las huestes morenistas poblanas que hasta hace poco veían como “cosa de dos” la disputa por la candidatura a la gubernatura, con los primos Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco, habrá que sumar la presencia del delegado federal de los programas del Bienestar en Puebla, Rodrigo Abdalá Dartigues. Es joven (42 años), ya fue diputado federal (2015-2018) y fue un importante operador político para que Andrés López Obrador ganara la elección presidencial de hace cinco años en aquella entidad.
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