El síndrome de adaptación paradójica y la violencia contra la mujer .

/ Yasmin Esquivel Mossa /

Cada día nos sorprende con la nota de una niña o una mujer muerta o desaparecida. Para muestra los lamentables hechos que solo el fin de semana anterior ocuparon los principales encabezados e inundaron las redes sociales: una mujer embarazada que fue privada de la vida presuntamente para robarle a su bebé en gestación; una mujer asesinada, aparentemente por su pareja, al obtener la custodia legal de sus hijas, y el caso de Claudia Torres Méndez, encontrada muerta en un lote baldío, un día después de haber desaparecido. La incidencia de la violencia contra la mujer nos obliga a buscar nuevas rutas para combatirla de manera eficaz.

Así es, las cifras de estos deleznables hechos crecen y es cada vez más cruenta la forma en que se agrede a mujeres, niñas y adolescentes, víctimas de múltiples violencias en todos los ámbitos en los que se desenvuelven. Es necesario abatir la impunidad que prevalece, pero también profundizar en las causas de la violencia contra la mujer, entender sus orígenes y enfocar mayores esfuerzos hacia la prevención.

La violencia contra la mujer –se ha dicho y en ello concordamos– tiene su origen en las normas y valores que se asumen en una sociedad, que sustentan la preminencia masculina y asignan a hombres y mujeres roles socialmente diferenciados, esto es, la desigualdad de género está en la raíz del problema. Sin embargo, no todos los hombres son agresores, ni todas las mujeres víctimas, lo que nos lleva a considerar que estamos frente a un fenómeno complejo, que obedece a múltiples factores, en el que hay que considerar tanto las circunstancias de la víctima como las propias del agresor.

Existen diversos modelos que tratan de explicar la violencia en contra de las mujeres. Uno que me parece de interés es el denominado Síndrome de adaptación paradójica a la violencia doméstica sobre el que aborda un artículo publicado en el número 3 de la Revista Mujeres en la Justicia, que recientemente presentamos en el marco de la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Según se explica, la exposición constante de la mujer a la violencia la lleva a justificar, tolerar y adaptarse a la violencia que sufre por parte de su pareja, en un ciclo caracterizado por episodios cada vez más violentos, esto es, un mecanismo de adaptación a la situación que se vive, el que se desarrolla en distintas fases hasta llegar al sometimiento y adaptación de la víctima a las nuevas condiciones que enfrenta, se resigna al contexto hostil y desiste en modificarlo.

Comprender este proceso de adaptación a la violencia, de las conductas asociadas a este síndrome, que se presentan por la realidad distorsionada que tienen las mujeres que han sufrido una violencia continua y en la que desarrollan vínculos paradójicos con el agresor en el ámbito familiar, resulta de la mayor importancia.

Por una parte, nos aporta elementos para entender la permanencia de la mujer en estos contextos de violencia en el ámbito doméstico, que la pueden llevar hasta la muerte. ¿Cuántas veces nos hemos preguntado por qué una mujer soporta la violencia que ejerce sobre ella su pareja? Aquí una posible explicación, que permitirá emprender acciones que le ayuden a romper con el contexto de violencia y, por otro lado, de igual relevancia, incidir de manera eficaz en la prevención.

Solo si entendemos el problema, este complejo proceso por el que transita la víctima, podremos abordarlo de manera integral, orientar distintas acciones para romper con el contexto de violencia que se vive y evitar, incluso, que la mujer llegue a ser víctima de un feminicidio.

Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación