El solitario de palacio

Ramón Ojeda Mestre.

Hace veinticinco años, la BBC de Londres hizo un concurso nacional para definir cuál era el poema preferido de los ingleses. Ganó arrolladoramente el llamado “If” (Si) donde un padre le da una síntesis de herramientas morales a su hijo y al ser un poema escrito cien años antes, reflejaba el estoicismo educativo de reciedumbre Victoriana. Aún hoy millones y millones de personas en el mundo lo buscan por internet y se ha traducido a todos los idiomas en el siglo pasado. Lo escribió Rudyard Kipling un genial intelectual, literato y filósofo nacido en Bombay, India. Es tan educativamente poderoso, qué en la parte central de Wimbledon, donde se lleva a cabo el famoso concurso de tenis de fama mundial, está escrito en la pared de la entrada de jugadores de la pista central del torneo británico de tenis y ha sido citado en más de trece mil discursos políticos, científicos y literarios em todo el mundo.

Pues he recordado vívidamente ese texto al ver la actitud paradigmática de un servidor público municipal, tratando de defender a la gente de su municipio, contra viento y marea, soportando en soledad el vaho de el montonerismo de la componenda edilicia de tan repetida ya no asombra. Hablo del Regidor Héctor Torres Tovar, que no es mi amigo, ni mi compadre, ni mi socio, ni mi correligionario ni nada, no conozco su casa, él no conoce la mía, nunca hemos tomado una o veinte copas juntos o con amigos, ni siquiera la ritual e infaltable carnita asada de la gregariedad que acostumbramos en los lares cabeños.

Nada. Pero todo eso lo explico para quien no lo sepa y empiece a ver moros con tranchetes o a tener “sueños de una noche de verano” como dijera el inmortal Guillermo. No es la primera vez que se queda solo en la votación cabildera y prefabricada el Regidor Torres. Pero sabe pensar y arriesgarse a la rechifla o el abucheo cuando tiene una convicción de que su voto debe ir en el sentido de lo que requiere o merece la comunidad de Los Cabos en Baja California Sur. Ahora, este lunes tres de agosto de 2020, dejo su impronta ética cuando su cabildo encabezado por la Alcaldesa y otros criticables, decidieron que, como en cuatro días viene AMLO a los Cabos había que endeudar con más de CUATRO MIL MILLONES DE PESOS para dizque comprar e instalar una nueva desalinizadora privada en el hermoso pueblo de Cabo San Lucas donde hay 80 hoteles de lujo y doscientas mil personas viviendo en la pobreza más desesperante sin vivienda digna, si aulas suficientes, sin deportivos, sin luminarias, sin aires acondicionados, sin rellenos sanitarios, sin drenajes doméstico o pluvial sin agua potable mas que con pipas compradas a precio de oro, de este municipio donde en cualquier fraccionamiento hay más albercas privadas en tanto que en sus  3,751 km² NO HAY NI UNA SOLA ALBERCA PÚBLICA y a la gente le prohíben con mil argucias y trapacerías, entrar a las playas. Puerto Vallarta y Cancún, juntos, no tienen la superficie de Los Cabos. De ese tamaño.

 

Héctor Torres Tovar, si viviera en Orizaba, sería considerado un héroe, un adalid, un ejemplo de honradez, temple y congruencia. Pero, no, cada vez que él defiende los intereses sociales, dando la cara y con argumentos, sin grandes discursos melifluos o peroratas de merolico gritonzuelo mirando a la cámara del video, sino expresando pausadamente y sin estridencias lo que representa el sentir del pueblo llano y de los ciudadanos no maleados. ¿Por qué digo Orizaba? Porque allí tuvimos un presidente municipal hace poco que lo reeligieron y quedó tan bien con la gente por su honradez y eficiencia, por su trato sencillo y afable y su entrega incansable sin andar gastando como tonto en publicitarse a sí mismo en lugar de explicar las acciones y obras del gobierno, le fue tan bien, que el día que terminó, se juntaron, cerca de cien mil personas para agradecerle, despedirle e incluso gente agradecida llorando para que no se fuera. Se llama Juan Manuel Díez Francos y jamás me he tomado ni un café con él. Pero lo invitaremos algún día para que cuente cómo le hizo. Así veo a Héctor Torres Tovar. Serio. Sencillo, sin ropas chillonas ni vehículos ostentosos, ni escoltas o haciéndose el chistoso o el sabio o el que busca retratarse con gente famosa para curarse complejos.

 

Qué pensó Torres Tovar o qué dijo, no sé exactamente, pero hizo muy bien en dar la voz de alarma o de alerta al votar en contra de endeudar para siempre y a lo todo a Municipio para una sola obra que empezaría a funcionar dentro de cuatro años y que se pagaría en cincuenta. En 2025 Los Cabos tendría cerca de un millón de habitantes y más de cinco millones de turistas al año, por lo que esa obra no resolvería ni la décima parte del problema como él sentó alguna vez al decir que “”Es mal negocio para los gobernados del Municipio de Los Cabos, que el ayuntamiento gestione un crédito para la construcción de una planta desaladora carísima (4 MMP aprox.) para generar solamente 250 lts./seg. Lo cual además es insuficiente, ya que, el déficit actual es de 1000 lts./seg. Hay que recordar que la red hidráulica de Los Cabos está obsoleta en un 50% y sólo en fugas se pierden alrededor de 200 lts./seg. Basta un cálculo simple para darnos cuenta en dónde es que tenemos que invertir. Todo esto sin contar el fructífero negocio de las pipas, que de alguna manera sí consiguen el agua que no corre por los ductos donde debería. El Municipio de Los Cabos requiere un programa de eficientización con recursos propios del Organismo, ya que para eso es autónomo. Pero sobre todo hay que ser conscientes de que no son tiempos para que el municipio se endeude, sino todo lo contrario, hay que reducir el gasto público y reorientarlo a obras más económicas pero que den mejor resultado.”

 

Tienen razón al aducir que ya tenemos una desaladora que puede ampliarse con una inversión menor y un rendimiento mayor, además de un endeudamiento mínimo. Sí, claro que el municipio requiere de plantas desaladoras, de plantas de tratamiento, de drenaje sanitario y pluvial, de cajas rompedoras depresión, de bombeadoras, de nueva red de distribución de la calidad, diametraje y trazo adecuado racionalizado, de captación de agua de lluvia urgente, de reasignación de las fuentes de aprovisionamiento, de fijar precios o costos del servicio de agua potable de acuerdo a la capacidad económica de los usuarios, para que el derecho humano al agua sea una realidad. Tiene razón Héctor, endeudarse con doscientos millones de dólares nada más para dorarle la píldora a AMLO y a la gente y, no dotarle de un Plan Integral que incluya lo mismo potabilizadoras que desalinizadoras o una flotilla de pipas de OOMSAPAS suficiente para no lucrar con la angustia y miseria de la gente o con las asfixias de las clases medias tan vapuleadas también por los lucradores de las asimetrías.

 

Desde luego que Héctor Torres Tovar no es el único con lo “mero principal” en estas tierras pericúes, Irene Román también lanzó una luz de alerta, ahora vamos a ver de qué están hechos los diputados para ver si les meten el gol de siempre o logran configurar el Plan Integral convertido en Ley de acuerdo con el Gobierno del Estado y si de casualidad para ese momento ya salió la Ley de Aguas Nacionales que tiene más retrasos que su servidor con sus acreedores. Bien don Héctor, estamos en deuda contigo.

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