El techo de cristal .

/ Guadalupe Loaeza /

No hay duda, la primera mujer presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la ministra Norma Lucía Piña, hizo añicos el techo de cristal. ¡¡¡Crash!!!, hizo la estructura que obstaculizaba a muchas mujeres para ascender en sus carreras profesionales, entre muchas otras cosas. ¡¡¡Crash!!!, se escuchó en Palacio Nacional en plena mañanera como aquella en la que dijo Andrés Manuel López Obrador, refiriéndose al plagio tan ridículo que cometiera ni más ni menos, su candidata para presidenta de la SCJN, Yasmín Esquivel: “Todos esos que están pidiendo que se castigue a la ministra han cometido delitos mayores, no estoy justificando a la ministra, y no es por lo que recibieron de dinero público para legitimar el saqueo sino por su actitud deshonesta de siempre, Sheridan, Krauze, Aguilar Camín, todos ellos”.

Más adelante en esta misma mañanera agregó: “A lo mejor me equivoqué con lo de la ministra, pero prefiero eso a tener la razón con estos intelectuales orgánicos, alcahuetes. Ahora sí que como diría Jesús, el que está libre de pecado que tire la primera piedra”. Y ¡¡¡Crash!!!, retumbó estruendosamente en el corazón de la 4T.

¿Qué dirán ahora los alcahuetes orgánicos del Presidente, esos que lo juzgan infalible, que lo ven como salvador de la patria cuya palabra es la verdad única? Pues no, esta vez el mandatario no se salió con la suya, gracias a que la Suprema Corte votó seis de once por la ministra Piña, mientras que la ministra de López Obrador quedó descartada en la segunda ronda, en la que solo alcanzó un voto.

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