El último en llegar, el más grande: Juan Pablo Dos Santos culmina el Maratón de Nueva York con doble prótesis

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Nueva York, 3 Noviembre (Nostistarz).- El Maratón de Nueva York 2025 fue testigo de una de las hazañas humanas más conmovedoras de su historia. El venezolano Juan Pablo Dos Santos, de 26 años, completó los 42 kilómetros de la carrera utilizando prótesis en ambas piernas, un logro que trasciende lo deportivo.
Aunque fue el último corredor oficial en cruzar la meta, con un tiempo de 15 horas, 21 minutos y 23 segundos, su travesía se ha convertido en la más grande de la edición, simbolizando la fe, la constancia y la fuerza de un país entero.
Su paso por las calles de Nueva York no fue una competencia contra el cronómetro, sino una batalla épica contra los límites personales. Durante la madrugada, mientras la ciudad dormía, Juan Pablo seguía avanzando, kilómetro a kilómetro, lidiando con el dolor.
Al ver la meta, después de más de 15 horas, el venezolano no pudo contener la emoción y exclamó entre lágrimas: “¡Gracias, somos imparables!” Esta frase encapsula el movimiento que él mismo creó tras el accidente automovilístico que le arrebató sus piernas hace seis años.
Antes del accidente, Juan Pablo fue futbolista y ya conocía la disciplina del deporte. Al enfrentar la adversidad, decidió cambiar su dolor por un propósito. En lugar de preguntarse “por qué a mí”, eligió cuestionar “para qué me pasó esto”.
Desde entonces, ha dedicado su vida a inspirar a otros a través de conferencias y la creación digital, abanderando el movimiento “Imparables”, que es un recordatorio de que no hay sueños demasiado grandes o circunstancias demasiado duras para quien decide levantarse y seguir adelante.
Juan Pablo corrió por todos los que luchan en silencio, por los que dudaron de su propia fuerza y por quienes están lejos de su tierra, llevando a Venezuela en el corazón. Él mismo lo definió así: “Corrí por los que sueñan, por los que se caen y se levantan, por los que siguen intentando. Porque la verdadera victoria no está en llegar primero, sino en no dejar de creer”.
El Maratón de Nueva York, con sus 42 kilómetros, no fue solo una prueba física, sino la máxima manifestación de su fe, constancia y humanidad, dejando un legado inspirador.