El Voto de las mujeres, un voto que debe pesar en esta elección 2024 .

27.05.2024. México.- Cuando se avecina la elección más grande y trascendente en la historia de México, que además será un parteaguas en la historia de México ya que por primera vez se elegirá a una mujer como presidenta de la república, y por lo menos hay cinco aspirantes mujeres al cargo en los nueve estados que están en juego, resulta de vital importancia destacar que el voto femenino podría ser la diferencia entre lo que hoy el país debe escoger entre los proyectos: nuestras libertades, desarrollo y seguridad.

Las mujeres debemos atender el derecho y la obligación de sufragar este domingo pues han sido generaciones de nosotras las que han luchado porque nuestro voto cuente, nuestro voto tenga un peso que defina el rumbo, ya que somos mayoria y sabemos lo que queremos para nosotras y nuestros hijos e hijas.

En la jornada del 2 de junio se renovarán más de 20 mil cargos de elección popular, por el principio de paridad al menos el 50 por ciento de cargos son de mujeres en estas elecciones en México, lo que se ha definido como un logro sin precedentes.

La lista nominal está integrada por 99 millones 8 mil 38 mexicanas y mexicanos residentes en territorio nacional y también en el extranjero y de acuerdo a la numeralia del INE para esta jornada electoral, un total de 51 millones 399 mil 566 mujeres inscritas en la lista nominal, lo que la convierte en la elección en la que la mujeres tendrán mayor participación, ya que 47 millones 624 mil 306 son hombres y 103 se han identificado como personas no binarias. 

Por ellas que lucharon, por nosotras que luchamos y por las que vienen seguirán luchando recuperamos este texto de la “Breve historia sobre la lucha por el voto femenino”.

(Imagen de portada: exposición 70 Años del Voto de las Mujeres en México. Del voto de las mujeres a la Paridad en acción)

A 71 años del reconocimiento del derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser votadas. Aunque hoy en día parezca algo tan lejano, la lucha por tener participación política involucró a miles de mujeres que desde lo individual y colectivo abrieron paso para que hoy, todas podamos participar en la vida política del país.

La exigencia de que las mujeres pudieran ser parte de la vida política empezó hacia finales del siglo XIX. El tema fue puesto ante la opinión pública cuando las mexicanas Laureana Wright y Mateana Murguía, inspiradas por los movimientos sufragistas del Reino Unido, empezaron a publicar artículos en un semanario feminista llamado “Violetas del Anáhuac”. Al mismo tiempo Hermila Galindo, Artemisa Sáenz y otras mujeres difundían artículos sobre la importancia del voto femenino en el semanario “Mujer Moderna”.

La lucha por el sufragio femenino en otras partes del mundo también inspiró a las mujeres mexicanas para formar, en 1916, el primer Congreso Feminista en Mérida Yucatán, esto en medio de la transformación social que vivía nuestro país después de la Revolución. Ahí se abordaban temas como el derecho al voto, la igualdad de salarios, la educación y la participación activa en la vida política.

En ese año también se reunió el ‘Congreso Constituyente’, en Querétaro, al que Hermila Galindo envió una iniciativa en la que exigía el voto femenino mediante con las siguientes palabras:

“No existe razón fundamental para que la mujer no participe en la política de su país, pues sus derechos naturales son indistintos a los del hombre y, por consecuencia, los que se derivan de esos derechos que debemos considerar como primordiales, no hay razón para que a la mujer se le nieguen. Es cosa aceptada y sancionada en principio general de la justicia, por el juicio moral de todas las sociedades civilizadas, que la igualdad ante la ley debe ser completa”.

El 11 de marzo de 1917, se realizaron elecciones para presidente de la República y legisladores federales.

Hermila Galindo se postuló en 1918 como candidata (la primera en la historia de México) a diputada federal por el V Distrito Electoral del Distrito Federal, si bien no llegó a ocupar el cargo de representación, su éxito consistió en mostrar a la opinión pública que las mujeres demandaban el voto, así como en dejar un precedente para las generaciones venideras.

Durante los años veinte, el Consejo Feminista Mexicano, liderado por Elena Torres, Refugio García y Matilde Montoya integraron en su agenda la exigencia al voto y en 1922, Rosa Torre González se convirtió en la primera regidora del país, en Mérida Yucatán. Un año después, Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cicero fueron las primeras mexicanas electas diputadas al Congreso del Estado de Yucatán. En San Luis Potosí se inscribió en el censo electoral a mujeres que supieran leer y escribir para las elecciones municipales de 1924 y en las estatales de 1925, pero un año más tarde la iniciativa fue derogada. En Chiapas se permitió la elección de la diputada Florinda Lazos León y en Tabasco, a finales de 1925, fueron electas las primeras regidoras del estado: Celerina Oropeza, Reynalda Hernández y Francisca Rodríguez. En Michoacán, Refugio “Cuca” García lanzó su candidatura independiente a una diputación federal por Uruapan; pese a que ganó, el Colegio Electoral negó su triunfo, lo que la llevó a protestar encabezando una huelga de hambre frente a la residencia presidencial.

Ese mismo año, siendo presidente Lázaro Cárdenas, se priorizó la reforma al artículo 34 constitucional, que solicitó por primera vez el derecho a la mujer de votar y obtener cargos de elección popular. Esta fue aprobada por ambas Cámaras, de Senadores y de Diputados, pero más de diez años después la iniciativa de Cárdenas seguía esperando la declaración oficial.

Fue en 1952 cuando, en su campaña electoral, Adolfo Ruiz Cortines se comprometió a llevar a cabo la reforma del sufragio y el movimiento de las mujeres cobró un nuevo impulso para lograrlo.

El decreto de ley que permitía a las mujeres votar y ser votadas finalmente se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 17 de octubre de 1953 y las mujeres, en todo el país, participaron por primera vez en las elecciones federales de 1955.

Gracias a la lucha de todas estas mujeres, y a lo largo de 23 legislaturas, se fueron incorporando más mujeres que dieron prioridad a temas de género, entre ellos el de la paridad total, que casi 70 años después de la reforma constitucional, se logró alcanzar y nos permite hoy tener 250 diputadas, siendo la LXV Legislatura la única a nivel mundial que tiene paridad. Además, contamos con 63 senadoras, 27 entidades con congresos locales paritarios y 9 gobernadoras. También por primera vez en las próximas elecciones habrá dos candidatas presidenciales con verdaderas oportunidades de ganar.

Fuente del texto: Cámara de Diputados.

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