Ella es Manuela Medina, mujer indígena insurgente arengada por Claudia Sheinbaum

*Manuela Medina: la capitana que rompió el cerco del silencio

17.09.2025. México.- En la historia oficial de la Independencia de México, los nombres de los hombres suelen ocupar el centro del relato. Pero entre las filas insurgentes hubo mujeres que no solo acompañaron la lucha: la lideraron. Una de ellas fue Manuela Medina , nacida en Taxco, Guerrero, en 1780, en el seno de una familia indígena. Su vida y legado desafían los moldes coloniales, patriarcales y raciales que han intentado silenciarla por más de dos siglos.

Origen y conciencia insurgente

Manuela creció en un entorno marcado por la pobreza, la exclusión social y la discriminación étnica. Como muchas mujeres indígenas de su tiempo, su acceso a la educación fue limitado, pero su conciencia política se formó en la experiencia cotidiana de injusticia. La guerra de Independencia no fue para ella solo una lucha contra el dominio español, sino también contra el sistema que negaba la dignidad de los pueblos originarios y de las mujeres.

La capitana insurgente

En 181, tras el levantamiento de Miguel Hidalgo, Manuela se unió a las tropas insurgentes. No como acompañante, sino como combatiente. Su liderazgo fue tan evidente que la **Suprema Junta de Zitácuaro** le otorgó el grado de **capitana**, un título militar real que implicaba mando sobre tropas, estrategia y combate. Fue la primera mujer en recibir ese rango en el ejército insurgente.

Participó en al menos siete batallas, entre ellas:

– La toma del puerto de Acapulco en 1813, junto a José María Morelos.

– La rendición del Castillo de San Diego, donde se consolidó la presencia insurgente en la región.

– Diversas ofensivas en el sur del país, donde organizó su propio batallón.

Su presencia en el frente rompía con los estereotipos de género y casta. Una mujer indígena dirigiendo hombres en combate, tomando decisiones estratégicas y enfrentando al ejército realista con fusil y espada.

Coherencia política y rechazo al indulto

A diferencia de otros insurgentes que aceptaron el perdón ofrecido por el virrey, Manuela se negó a rendirse. Su postura era clara: la independencia no debía negociarse. Tampoco apoyó el proyecto monárquico de Agustín de Iturbide en 1821, lo que la coloca entre las voces más firmes y coherentes del movimiento insurgente.

En combate, Medina fue herida gravemente con una lanza. Las secuelas la obligaron a retirarse del frente. Pasó sus últimos años en **Texcoco**, en condiciones precarias, sin reconocimiento oficial ni pensión. Murió el **2 de marzo de 1822**, en la pobreza, pero con la dignidad intacta.

Legado feminista e indígena

Manuela Medina representa una doble resistencia: como mujer y como indígena. Su historia ha sido invisibilizada por siglos, pero hoy comienza a ocupar el lugar que merece. En el Grito de Independencia de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum la nombró entre las heroínas insurgentes, reconociendo su papel en la lucha por la libertad y la justicia.

Su vida nos recuerda que la independencia no fue solo una gesta militar, sino también una lucha por el reconocimiento de las mujeres como sujetas políticas. Medina no solo combatió por la patria: combatió por el derecho a existir con dignidad.