EMPRESARIOS TRAS EL PODER

DE FRENTE Y DE PERFIL

RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

La lucha por el poder de parte de los empresarios no en nueva, siempre han anhelado detentar las dos partes

A fines de 2017 diversos grupos tentaron al hombre más rico de México (y del mundo hasta unos años antes), Carlos Slim Helú para que entrara a la competencia por la Presidencia de la República, sin que el empresario se dignara responder, hasta que harto de la insistencia respondió que no estaba interesado.

Y es que para entonces no se veía como pudieran detener la avalancha de votos a favor de Andrés Manuel López Obrador en pos de la Presidencia de la República, después de constatar que ni Ricardo Anaya Cortés, José Antonio Meade, Jaime Rodríguez Calderón y muchos menos Margarita Zavala Gómez del Campo, le ocasionaría problema alguno.

La lucha por el poder político es constante por parte de la clase empresarial, la que en ocasiones diversas buscó esa ruta, mediante empresarios de buen nivel y algunos de sus empleados.

El más representativo de ellos fue Vicente Fox Quesada, un alto ejecutivo de Coca Cola y empleado de su hermano Cristóbal y del empresario zapatero José de Jesús Padilla, quien intentó, sin éxito, convertirse en empresario.

Es el caso más representativo que alcanzó la Presidencia de la República, aunque otros personajes que detentaron el Poder Ejecutivo se convirtieron al término de su gestión en prósperos empresarios.

Los estados es otra cosa, ya que por ahí han despachado algunos empresarios, aunque solo dos de ellos pertenecientes a un mismo clan y en el estado más empresarial de todos, Nuevo León que tuvo a los primos hermanos Fernando Canales Clariond y Benjamín Clariond Reyes como gobernantes, aunque solamente el primero lo consiguió por la vía del voto y el segundo en forma interina por un año.

Otro verdadero empresario es Enrique Martínez y Martínez (negocio de funerarias, entre otros), en Coahuila, cuyo sexenio siguió al de Rogelio Montemayor Seguy, quien al término de su gobierno se convirtió en próspero empresario.

El tabasqueño David Gustavo Gutiérrez gobernó un año el territorio de Quintana Roo y prefirió convertirse en un exitoso empresario que seguir en la política.

El queretano Ignacio Loyola Vera, empresario agrónomo, fue uno de los pioneros en la combinación empresario-político en alcanzar un gobierno estatal, después de que muchos otros habían fracasado en su pretensión. Eduardo Villaseñor gobernó Michoacán, después hacer una considerable fortuna como empresario del campo.

Desde que a finales de la década de los 70 y ya en los 80 Acción Nacional fue sacudido con la incursión de algunos empresarios y, principalmente, empleados de los grandes dueños del dinero, la aparición de estos personajes como candidatos a cargos de elección se nutrió.

Dirigentes patronales, algunos verdaderos empresarios, otros solamente empleados se interesaron en la política para combinar los dos poderes, el económico con el político.

Manuel de Jesús Clouthier, ex dirigente nacional de COPARMEX y del CCE, fracasó primero en su pretensión de gobernar Sinaloa y dos años después al país. Jesús Vizcarra, principal exportador de carne, buscó también el gobierno de Sinaloa y tampoco pudo, aunque si lo consiguió Antonio Toledo Corro, empresario del campo, quien incursionó en la política por invitación de su amigo el Presidente de la República, José López Portillo.

En Coahuila los hermanos Manuel e Isidro López Villarreal, herederos del Grupo Industrial Saltillo, fueron alcaldes de la capital del estado, aunque ninguno de los dos se aventuró a disputar el gobierno del estado, lo que sí hizo infructuosamente su tío Rosendo Villarreal Dávila, ex alcalde de Saltillo.

En Baja California, Jorge Hank Rhon, empresario de casinos, intentó ser gobernador y su hermano Carlos la buscó en el estado de México. Hoy Jaime Bonilla Valdez, gobernador de Baja California, es uno de los claros ejemplos de los empresarios interesados en política.

Mañana seguiremos con el tema y los que ahora aspiran a ser gobernantes.

Email: ramonzurita44@hotmail.com