*Yo Campesino .
/ Miguel A. Rocha Valencia /
El presidente de Estados Unidos Donald Trump está logrando lo que pocos: unificar a muchos países en contra o al menos no respaldarlo en su política interior y exterior en muy corto tiempo.
Sus posiciones agresivas frente al mundo occidental y asiático, así como su abierta simpatía hacia Rusia empiezan a polarizar a bloques comerciales y geográficos que, a estas alturas, a unos cuantos meses de su asunción como presidente de Estados Unidos, ha unificado a países para defenderse ya sea por su amenaza de guerra arancelaria que podría detonar en horas y su sospechosa y antinatural alianza pro soviética.
De hecho, su cercanía a Rusia a grado de llamar agresor al agredido Ucrania, trajo como consecuencia la unificación de los 27 estados de la Unión Europea que cobijaron al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, en especial Gran Bretaña, cuyo primer ministro, Keir Stramer, anunció su apoyo y un préstamo por dos mil millones de dólares para financiar la adquisición de cinco mil misiles de defensa aérea.
Lo mismo Stramer que Francia, determinaron que Ucrania no puede estar indefenso ante la invasión rusa ni negociar con esa desventaja una paz con Vladimir Putin como lo pretende el presidente de Estados Unidos quien responsabiliza a Zelensky del conflicto y pretende una rendición incondicional, además de que le pague a Norteamérica un adeudo de 350 mil millones de dólares con recursos naturales.
Al mismo tiempo Stramer y esto es lo más “interesante” o peligroso, hizo un llamado al bloque europeo conformado por 27 naciones a reforzar su gasto en armas. Es decir, la idea es que, si se negocia la paz, no debe ser con una Ucrania debilitada por la falta de defensas. Tan es así que Gran Bretaña comprometió el suministro de cinco mil misiles antiaéreos a ese país.
Su llamado a los aliados europeos a aumentar su gasto en armas para apuntalar sus propias defensas y las de Ucrania no fue una señal de que pensara que Estados Unidos se había convertido en un aliado poco confiable. La misma posición fue expresada por el alemán Olof Scholz.
El presidente del Consejo Europeo que integra a las 27 naciones, Antonio Costa, dice que se requieren fuertes garantías de seguridad para asegurar una paz duradera en Ucrania y garantizar que el país devastado por la guerra no vuelva a ser invadido y evitar repetir «la experiencia de Minsk» donde se firmó la no agresión rusa a Ucrania, pacto que violaron los exsoviéticos.
Todo esto durante una cumbre europea donde se descalificó la actitud de Estados Unidos y se otorgó todo el apoyo a sus vecinos ucranianos a los cuáles no dejarán en situación de indefensión, advirtieron.
Políticamente este es un rudo golpe a Donald Trump y representa ya un doble hándicap en sus intenciones de someter al mundo a sus reglas económicas y de predominio geopolítico, donde Canadá y México podrían ser alfiles para impedir su supremacía en América si es que sus gobiernos, más allá de sus defectos y pecados, son capaces de resistir el embate económico e intenciones invasoras.
En todo caso, el güero estadunidense no debe olvidar que dentro de sus fronteras alberga a millones de migrantes, no sólo latinoamericanos sino de muy variadas nacionalidades que no están de acuerdo con sus actitudes de perdonavidas, sobre todo por los efectos de un exagerado proteccionismo que, para muchos, incluyendo al que escribe, es el pretexto para “algo más”, como la exigencia o apoderamiento de recursos naturales más allá de sus fronteras físicas.
Recordemos que una de las ambiciones trumpistas es utilizar el petróleo como un arma definitiva de riqueza y que para ello no sólo necesita disponibilidad del recurso donde quiera que esté incluyendo desde luego, territorio o plataforma continental mexicanos, no en balde la denominación de “Golfo de América”.
Para ello el cerebro trumpiano es capaz de insistir en que México no cumple con sus expectativas contra el crimen organizado o que no hace lo suficiente en materia de migración y como se considera el policía del mundo es capaz de invadir como lo han advertido sus secuaces con la advertencia de que el ejército estadunidense está listo para actuar bajo el argumento de defender su seguridad.
Tal vez sea necesario que como el bloque europeo los latinoamericanos saquemos la fortaleza de nuestro origen y planteemos un frente común en lo económico y geográfico, donde la unidad de los débiles sea la fortaleza contra el o los poderosos más allá de lavar nuestros pecados en seguridad y democracia.
Claro para eso necesitan líderes de verdad, latinoamericanos con esa estatura que no caigan en la tentación del autoritarismo y sean creíbles.
Por lo pronto el 52% de los estadounidenses desaprueba la gestión del presidente Donald Trump en la Casa Blanca, mientras que el 48% la aprueba, reveló el domingo una encuesta de la empresa SSRS publicada por CNN.
Esta división se explica por el hecho de que Trump es muy popular entre los ciudadanos republicanos, donde logra un índice de aprobación del 90%, y muy impopular entre los demócratas, donde obtiene un índice de desaprobación del 90%. Entre los independientes, el presidente tiene un índice de desaprobación del 59% y un índice de aprobación del 41%.