¿En qué consiste la huelga mundial de consumo por Gaza que comienza este jueves?

* Aurora Báez Boza.

22.08.2025 Este 21 de agosto comienza una nueva acción a escala mundial contra el genocidio en Palestina. Una huelga de consumo, que se realizará cada jueves a partir de este día. El objetivo, como expone la organización Humanti Project, es “golpearles donde más les duele, en sus economías” a los gobiernos para “intensificar la presión internacional” para poder acabar con la masacre que está perpetrando Israel, que ya ha asesinado a más de 61.827 personas desde octubre de 2023.

Para unirse a esta huelga, lo esencial es no comprar nada durante los jueves. Una acción que se extiende a todo tipo de comercios y servicios

La movilización internacional espera generar una huella visible en las economías que será cuantificable a través de diversos mecanismos como los datos en las transacciones bancarias y las actividades de pago electrónico, la venta de gasolina, los flujos financieros y las señales del mercado. La mayoría de estas acciones se miden a diario, por lo que una perturbación diaria podría “reflejarse en los informes trimestrales si se repite”, explican desde la organización. En los países occidentales, el consumo de los hogares supone al menos un 60% del Producto Interior Bruto de un territorio. “Es importante el boicot económico, transformar las decisiones individuales en una fuerza colectiva que se pueda medir y comunicar y que no se pueda ignorar”, insisten desde el proyecto.

Para unirse a esta huelga, lo esencial es no comprar nada durante los jueves. Una acción que se extiende a todo tipo de comercios y servicios: comprar el pan, ir a un restaurante, pagar un electrodoméstico, tomar un café en un establecimiento, así como abonar suscripciones o facturas durante ese día. “Para que la huelga tenga impacto no debemos pagar nada”, matizan desde el colectivo; por ello recomiendan planificar con antelación las compras de alimentos y otros productos los días previos.

Otro de los actos a evitar para unirse a la huelga es el uso de transporte público, por lo que ese día se aconseja compartir coche, caminar o ir en bicicleta como alternativa. Si es inevitable la utilización de estos medios de transporte, desde la organización señalan como alternativa comprar el billete con anterioridad.

La huelga no incluye el empleo, es decir, participar de la misma no significa no ir a trabajar. “No todo el mundo puede arriesgarse a perder el empleo por negarse a ir”, exponen los propulsores de esta iniciativa. A la movilización se han unido organizaciones en apoyo a Palestina como la Rescop o el BDS. “Cuando los gobiernos se niegan a escuchar, nos corresponde a nosotras y nosotros, como pueblo organizado en todo el mundo, golpear donde más duele: en sus economías”, han expuesto en sus redes sociales. La activista, cineasta y periodista palestina Bisan Owda ha llamado a la participación en esta huelga a la población mundial: “Es nuestro deber colectivo detener el genocidio; es un mínimo, pero genera el cambio necesario”.

Actualmente en Palestina, más de dos millones de personas se enfrentan a una hambruna que, según la ONU, es la mayor desde que comenzó el genocidio. “No buscamos un gesto simbólico: buscamos señales económicas visibles y cuantificables que griten al mundo que estamos en huelga por Gaza”, sentencia la organización en su llamamiento a la huelga.

Éxitos del boicot económico

El boicot económico es uno de los ejes centrales de los movimientos contra el genocidio en Palestina. Un acto que incide en las economías a través de los actos cotidianos de las personas y que señala a las empresas cómplices del genocidio en Palestina. Desde hace años, el movimiento BDS ha puesto el foco sobre empresas como Carrefour, Reebok, Burger King o McDonald’s. Estas multinacionales son los casos más famosos por su peso internacional; sin embargo, son cientos las compañías que se siguen beneficiando de la ocupación israelí en Gaza, como rastrea la aplicación No Thanks.

Este movimiento ha conseguido varios casos de éxito con su trabajo colectivo. En julio de 2025, la empresa Sidenor anunciaba que dejará de vender acero para armas israelíes como venía haciendo en el último año. En 2024, la compañía de seguros AXA cancelaba sus inversiones con bancos israelíes. A finales de 2023, Puma informaba que retiraba su patrocinio de la selección israelí de fútbol; la compañía de zapatos llevaba promocionando al equipo desde 2018.

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