En República del Congo denuncian denuncian abusos atroces como violaciones colectivas a mujeres y niñas.

*Abusos atroces  ejecuciones sumarias y secuestros.

22.08.2025 .- Según un nuevo informe publicado por Amnistía Internacional, tanto el Movimiento 23 de Marzo (M23), respaldado por Ruanda, como Wazalendo, una coalición más o menos estructurada de grupos armados apoyados por el ejército congoleño, han cometido violaciones colectivas de mujeres y abusos generalizados contra los derechos humanos de la población civil en el este de República Democrática del Congo (RDC), actos que infringen el derecho internacional humanitario y podrían constituir crímenes de guerra.

La brutalidad de las partes enfrentadas no conoce límites; estas atrocidades tienen como objetivo castigar, intimidar y humillar a la población civil, mientras cada bando intenta imponer su control.
Director regional de Amnistía Internacional para África Oriental y Austral

El informe, DRC: ‘They said we would die’: M23 and Wazalendo abuses in eastern Congo (RDC: Dijeron que íbamos a morir: Los abusos cometidos por el M23 y Wazalendo en el este de Congo), documenta las ejecuciones sumarias de población civil congoleña llevadas a cabo por combatientes del M23, sus ataques a hospitales, secuestros de pacientes y la tortura y desaparición forzada a las que han sometido a miembros de la sociedad civil. También describe pormenorizadamente la creciente militarización que se está produciendo en el este del país, donde el M23 ha tomado el control de amplias zonas del territorio y los grupos Wazalendo han recibido grandes cantidades de municiones y armas suministradas por el ejército congoleño (las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo, FARDC).

“La brutalidad de las partes enfrentadas no conoce límites; estas atrocidades tienen como objetivo castigar, intimidar y humillar a la población civil, mientras cada bando intenta imponer su control”, declaró Tigere Chagutah, director regional de Amnistía Internacional para África Oriental y Austral.

“Ruanda y República Democrática del Congo no pueden seguir eludiendo su responsabilidad; deben hacer rendir cuentas a todos los responsables”, manifestó Tigere Chagutah. “Es hora de que el presidente de República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, cumpla su compromiso con la justicia y la rendición de cuentas y garantice la comparecencia ante la justicia de los combatientes de Wazalendo que cometieron delitos y la desmovilización y reinserción en la vida civil del resto. Como parte en el conflicto, Ruanda debe garantizar que todas las fuerzas de defensa de Ruanda en República Democrática del Congo respetan el derecho internacional humanitario.”

Amnistía Internacional entrevistó a más de 53 víctimas y testigos; entre las personas entrevistadas había sobrevivientes de violaciones en grupo, víctimas de abusos, familiares de víctimas de homicidio ilícito, detención o desaparición forzada, profesionales de la medicina, miembros de la sociedad civil, defensores y defensoras de los derechos humanos, profesionales de la abogacía, personal humanitario y periodistas. La organización también examinó las declaraciones oficiales del M23, pruebas audiovisuales e informes de medios de comunicación locales e internacionales y de organizaciones de derechos humanos.

El 18 de julio, Amnistía Internacional solicitó información a las FARDC sobre la conducta de sus soldados, así como información a representantes del M23 en relación con denuncias concretas de abusos y violaciones de derechos humanos. En el momento de la publicación, la organización no había recibido respuesta alguna por su parte.

“Si no quieres esto, te mataremos.”

De las 14 sobrevivientes de violencia sexual de Kivu Septentrional y Kivu Meridional a las que entrevistó Amnistía Internacional, ocho afirmaron haber sido violadas en grupo por combatientes del M23, cinco, a manos de combatientes de Wazalendo y una, por soldados de las FARDC.

Todas las sobrevivientes de violaciones en grupo perpetradas por combatientes del M23 afirmaron que los autores vestían uniformes similares a los del M23 y hablaban kinyarwanda, lengua que hablan algunos combatientes del M23. Las violaciones múltiples perpetradas por combatientes del M23 tuvieron lugar entre marzo y mayo de 2025, cuando los combatientes controlaban las ciudades de Goma y Bukavu, en el este de República Democrática del Congo. Cinco sobrevivientes afirmaron que los combatientes del M23 las habían violado en posiciones militares del M23.

In Bukavu, cinco combatientes del M23 violaron en grupo a Beatrice* en un campamento militar del M23. “La visión de alguien con uniforme militar me traumatiza. Desde ese día no salgo a la calle. Cuando los veo se me encoge el corazón. Siento como una palpitación”, declaró.

En los territorios de Rutshuru y Masisi, en la provincia de Kivu Septentrional, así como en el territorio de Kalehe, en la provincia de Kivu meridional, grupos Wazalendo violaron a mujeres y niñas. Una mujer fue violada en grupo a finales de marzo de 2025. Combatientes Wazalendo violaron a dos mujeres más en enero de 2024, y a otras dos en febrero y abril de 2025, respectivamente, en Masisi. Amnistía Internacional también recibió un informe creíble sobre una joven que fue violada por varios combatientes de Wazalendo en Rutshuru en marzo de 2025.

La visión de alguien con uniforme militar me traumatiza. Desde ese día no salgo a la calle. Cuando los veo se me encoge el corazón. Siento como una palpitación. Beatrice*

Seis combatientes Wazalendo ataron entre dos árboles a una mujer y la violaron en grupo. “Deben ser castigados para que no le hagan lo mismo a otra persona”, dijo.

Durante otra violación perpetrada por combatientes de Wazalendo, hombres de habla kinyarwanda, presuntamente combatientes pertenecientes a Nyatura, un grupo armado predominantemente hutu, acusaron a la mujer de apoyar al M23. Le dijeron que violaban a todas las mujeres que salían al campo.

Una mujer explicó que estaba embarazada cuando dos solados de las FARDC que huían de Bukavu la violaron allí en febrero de 2025, antes de la caída de la ciudad. Durante la violación, su hija de 14 años gritaba desde un dormitorio. El soldado decía: “Si no vuelve a la habitación, la mato”.

Tigere Chagutah declaró: “En la parte oriental de la RDC, las mujeres no están seguras en ningún lugar; las violan en sus hogares, en los campos o en los campamentos donde buscan refugio. El mundo debe decir basta. Todas las partes enfrentadas deben dar prioridad a la protección de la población civil, incluidas las mujeres y las niñas, que siguen siendo las más afectadas por este conflicto”.

Abusos contra los derechos humanos perpetrados por el M23

Los combatientes del M23 también han cometido abusos contra los derechos humanos contra actores de la sociedad civil, periodistas, profesionales de la abogacía y otras personas. Amnistía Internacional entrevistó a 12 actores de la sociedad civil, defensores y defensoras de los derechos humanos y periodistas que manifestaron haber sido torturados, sometidos a desaparición forzada, detención arbitraria o amenazas por el M23.

Un actor de la sociedad civil detenido en marzo de 2025 afirmó que un combatiente del M23 le había hecho preguntas concretas sobre temas sobre los él había informado. “Parecía que lo sabían todo sobre nosotros”, dijo. Los combatientes del M23 lo golpearon durante las dos noches en que lo mantuvieron recluido. “Me golpearon de verdad. Con fustas. En las nalgas. Me dieron una bofetada en las orejas que me provocó una hemorragia nasal.”

En mayo se llevaron en un vehículo a Aloys Bigirumwami, miembro del movimiento juvenil LUCHA (Lutte pour le Changement), junto a otras cinco personas; a Bigirumwami no se lo ha visto desde entonces.

Amnistía Internacional documentó cinco ejecuciones sumarias a manos del M23, correspondientes a tres hombres en Goma y un padre y su hijo en Kivu Meridional. Los mataron a tiros o los degollaron combatientes del M23 entre febrero y mayo de 2025. Durante el mismo período, los combatientes del M23 atacaron hospitales en Goma en seis ocasiones, y secuestraron o detuvieron a pacientes y personal sanitario, incluidos soldados de las FARDC que habían resultado heridos, seguían necesitando atención médica o se ocultaban en el hospital.

Mientras continúan los esfuerzos diplomáticos, Amnistía Internacional insta a Qatar a presionar al M23 para que ponga fin a los secuestros y las desapariciones forzadas. Tigere Chagutah

El 19 de julio de 2025, representantes de RDC y el M23 firmaron una “declaración de principios” en Doha (Qatar), con la mediación del Gobierno de Qatar, en la que se comprometían a trabajar en pro de un acuerdo de paz definitivo que se ajustara al acuerdo de paz firmado en Washington D. C. por RDC y Ruanda el 27 de junio de 2025.

“Mientras continúan los esfuerzos diplomáticos, Amnistía Internacional insta a Qatar a presionar al M23 para que ponga fin a los secuestros y las desapariciones forzadas. Además, Estados Unidos presionar al gobierno congoleño para que ponga en marcha un mecanismo de investigación de antecedentes con el fin de identificar y destituir a los miembros de grupos armados y a los agentes de las fuerzas de seguridad que puedan haber participado en la comisión de abusos o violaciones graves de derechos humanos”, ha afirmado Tigere Chagutah.

Fuente Amnistia Internacional