EN UNAS HORAS, LA QUEMA DEL VIEJO; CON ABRAZOS Y EN COMUNIÓN FAMILIAR

*CAFÉ DE MAÑANA.

/ Por José Luis Enríquez Ambell /

Cuenta la historia que esta tradición, relacionada con la forma de despedir el año, tiene antecedentes de casi siglo y medio.

Y es que el tradicional Viejo es una mezcla de baile, fiesta y bebidas —de acuerdo con cada región veracruzana—, así como de alimentos que hacen infaltables a los buñuelos y las hojuelas, al puro estilo del sotavento, y que adornan el último día de diciembre de cada año. Incluso, desde antes de la Navidad ya se canta con el disfraz del Viejo, la viuda y los hijos por calles, avenidas, callejones y esquinas con semáforos de casi todas las localidades de Veracruz.

No hay vecindad o colonia donde el tradicional Viejo deje de colocarse en una silla, un tronco de árbol o junto a una pared, representado por un muñeco que caracteriza a un anciano con barba, sombrero o gorra y una simulada botella de alcohol en las manos. Entre los trapos se le colocan cuetes y pirotecnia que sirven para la quema a la medianoche de este 31 de diciembre.

Mis abuelos paternos y maternos, en la región sur de Veracruz —San Andrés Tuxtla, Cosamaloapan, Coatzacoalcos y Juan Díaz Covarrubias, municipio de Hueyapan de Ocampo—, nos enseñaron esta tradición vinculada a las buenas costumbres familiares, que además forman parte de la alegría clásica y natural de la población en nuestra entidad.

Desde la primaria, en el sur del estado, el Viejo es una festividad popular que se asemeja a las fiestas de carnaval, lo que en resumen lo convierte en parte de nuestra cultura, pues su simbolismo está ligado a la danza, la comida, el canto y las bebidas caseras.

Con el paso de los años, esta forma de celebración se ha extendido fuera del estado y, creo, incluso fuera del país, pues amistades y familiares que radican en el extranjero cuentan que buscan, de alguna manera, recrear la fiesta de fin de año, al menos entonando la letra del Viejo:
“Una limosna para este pobre viejo;
una limosna para este pobre viejo;
que ha dejado hijos,
que ha dejado hijos para el año nuevo,
para el año nuevo, para el año nuevo.
Ahí viene el viejo muriéndose de risa;
ahí viene el viejo muriéndose de risa;
porque a medianoche,
porque a medianoche,
lo vuelven ceniza;
lo vuelven ceniza;
lo vuelven ceniza.”

Los cantantes y artistas de Veracruz, en sus diferentes géneros musicales y expresiones culturales, suelen promover la figura del Viejo, lo que bien podría potenciarse a mayor escala desde las secretarías de despacho del gobierno, en coordinación con los ayuntamientos e incluso con el sector privado.

Tan solo colocar un muñeco que represente al Viejo muriéndose de risa contribuye a que se hable bien de Veracruz, en concordancia con el eslogan de la gobernadora Rocío Nahle, permitiendo preservar, fortalecer y acrecentar nuestras tradiciones con alegría. Estas actividades culturales y turísticas maximizan el desarrollo económico en todas las regiones y representan una forma de generar bienestar entre la población.

DE SOBREMESA

Bebidas como el ponche y los toritos de diversos sabores están ligados al Viejo, especialmente en las regiones donde se siembra caña, se produce azúcar y se destila alcohol en los ingenios asentados en la geografía veracruzana.

Por cierto, durante diciembre inició la zafra 2025–2026, es decir, la molienda de caña en las fábricas de azúcar, un renglón fundamental del desarrollo económico e industrial, en el que se espera que el sector gobierno, en su conjunto, aporte esfuerzos para el rescate y fomento de la industria, con estímulos a la comunidad cañera y a las familias trabajadoras de las factorías.

En fechas recientes, diversos medios han difundido información sobre el llamado huachicol en la industria azucarera. Durante años, hay quienes aseguran que ha existido este problema mediante la introducción de azúcar proveniente de Centroamérica. Por el sur de la República se ha introducido azúcar y alcohol, este último de muy mala calidad, según confirman expertos.

En algunos ingenios azucareros de Veracruz —donde existen 18 fábricas—, algunas factorías tuvieron que rectificar el alcohol introducido desde Guatemala, ya que su calidad es deficiente, situación que las autoridades no deberían permitir. Sin embargo, entre gobierno y particulares, el problema parece ir y venir sin una solución clara.

Se supone que el gobierno emitió una resolución para dejar de importar azúcar y así proteger a la industria azucarera nacional, pero pareciera que esto no se cumple, por razones que se desconocen. Lo cierto es que esta situación provoca que en los ingenios existan cientos de toneladas de azúcar almacenadas sin colocarse en el mercado, aun siendo de mejor calidad que la introducida por el sur del país.

UN CAFÉ LECHERO LIGHT

Lo deseable es que los ingenios azucareros en Veracruz continúen moliendo, generando empleo y contribuyendo al desarrollo económico, sin verse en la necesidad de cerrar. En la entidad, hace algunos años existían 22 factorías y hoy solo permanecen 18 en activo.

Algunos ingenios han cerrado sus áreas de refinería, dejando de contratar personal y maquinaria, lo que significa que ya no producen azúcar refinada, ya sea morena, blanca directa o mascabado.

UN CAFÉ CON PILONCILLO

Productores de caña, trabajadores de las fábricas de azúcar e industriales mantienen plena confianza en lo que ha venido señalando la gobernadora Nahle, al puntualizar que “el campo debe ser fuente de trabajo productivo”.

¡ES CUANTO!

 

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