Enfermeras, estudiantes, sobrevivientes y migrantes: Mujeres diversas en el 8M.

*Escrito por Arantza Díaz .

08.03.2025. /Cimac Noticias.com/ Ciudad de México.- Desde la periferia del valle de México, el transporte público está lleno de mujeres; amigas, hermanas, madres, compañeras y colegas. Los carteles enrollados y el pañuelo verde en la muñeca anuncian: Es 8 de marzo. La mayoría, jóvenes que se han convertido en un motor poderosísimo de movimiento y también, en una primera barrera de contención para aquellas que ponen el cuerpo en la lucha; que viven una guerra permanente para recuperar la paz arrebatada.

En punto de las 11:00 AM, avenida reforma y sus vías colaterales quedaron oficialmente cerradas y sobre avenida Hidalgo, mujeres se abrazan, conversan y ajustan los tenis para unirse a uno de los actos políticos más grandes de la región. Resulta indecible el poder que emerge del pecho al acercarse a los puntos de encuentro; hay atufal en el aire, música, baile y la risa de mujeres.

Afuera del metro Juárez, el contingente de mujeres migrantes se reunía; a 10 minutos de ahí, la autoproclamada «resistencia disca» [con discapacidad] ondeaba sus banderas amarillas a los pies de El Caballito; al fondo, en la plancha de Revolución, las maestras, psicoterapeutas, enfermeras y doctoras armaban su ruta. Sobre Reforma, el ruido de los tambores, las mujeres que luchan, las madres buscadoras, las sobrevivientes oncológicas. Un entretejido de revolución que tiene por causa última la erosión y caída del sistema patriarcal que atraviesa todo territorio.

Mujeres migrantes

En entrevista con Cimacnoticias, Rocío Antunez del IMUMI explica la necesidad de nombrar a las mujeres migrantes; un sector que es poco nombrado dentro del movimiento y que, está atravesado por algunas de las violencias estructurales más recrudecidas. Desde su perspectiva, este grupo ha sido invisibilizado institucionalmente por el Estado y el problema esencial, es que la mayoría de ellas, no goza de la libertad para tomar las calles y pronunciarse como el resto de la población; las mujeres migrantes han sido cooptadas por el sistema.

«La mayoría de las mujeres no se atreven a salir de manera pública a manifestar sus derechos y para quienes estamos aquí, en nombre de ellas, es lo mínimo que podemos hacer: abogar y gritar. Hoy nos acompañan distintas mujeres como voluntarias, aliadas de la organizacion, personas migrantes.»

Gretchen llegó de Estados Unidos a México hace 27 años y explica que, el motivo que la ha motivado a salir a marchar es la situación actual de las mujeres en la migración y la manera tan violenta en que el Estado las ha tratado.

«Tenemos a muchisimas familias que están varadas, que no tienen documentación migratoria, que no pueden trabajar por lo mismo, vulnerables a situación de violencia, entonces, por todas estar razones hay que mirar la lucha de manera transversal de ser mujer, pero también migrante.»

Cerca de ella, Luna toma fotografías. Tiene 23 años y ha venido a México desde China para estudiar ciencias sociales; le apasiona el movimiento político y comparte que esta es la primera vez en su vida que participa en una manifestación, pues es algo poco usual en su país de origen, particularmente, si se trata de la lucha de las mujeres. Al preguntarle el motivo de su participación, zanja: «Estoy aquí, porque soy mujer»

Las restricciones a la libre circulación -garantizada en la Constitución mexicana- ha hecho que las muertes en accidentes carreteros se incrementen. Tan solo en este año, de acuerdo con reportes de prensa, más de 20 mujeres han muerto en accidentes carreteros porque la administración de Andrés Manuel López Obrador decidió condicionar la compra de boletos de autobús a un documento migratorio e ignorar la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de eliminar las revisiones migratorias en carretera por ser inconstitucionales.

En cuanto a delitos, entre 2021 y 2022 se contabilizaron 5 mil 382 delitos cometidos contra personas migrantes, 20 por ciento fueron contra mujeres. Los delitos más frecuentes fueron el abuso sexual, la violencia familiar, el secuestro y el feminicidio. Del total de delitos, solo 116 resultaron con una sentencia definitiva, aunque no necesariamente condenatoria, es decir, el acceso a la justicia apenas tuvo una efectividad del 2 por ciento. Algunos delitos son cometidos por las propias autoridades, tanto federales como estatales. Por lo que, en casi ningún escenario, la justicia y la reparación del daño se ha hecho efectiva para las migrantes. No se debe olvidar: Ellas no están gozando de un nuevo comienzo luego de salir de sus países.

Mujeres en la medicina

En la plancha de Revolución, se encuentra la enfermera Carla Quiñonez, y su colega. Entregan preservativos y su cartel reza: «Soy enfermera y lucho por sobrevivir». Su motivo para estar presente es instar a la revolución de todo el sector salud y abolir la misoginia dentro de sus centros de trabajo.
«Sé que poco a poco, nos iremos descubriendo; sector salud hará una revolución por la integridad de las mujeres en este país. Vivimos el acoso de los pacientes, hasta los rangos más altos en el hospital, la misoginia, machismo, nos dicen niña o muchacha, hoy salimos a gritarlo para que eso cambie.»
A la par, con dirección hacia Reforma avanza el contingente de Salud Sorora y su fundadora, la doctora Mariangel Bolaños quien refiere que el sector salud está siendo violentado desde hace años y hay una enorme necesidad de que el trabajo de las mujeres sea visibilizado en igualdad de condiciones.
«Hay violencia incluso contra nuestras pacientes, existe la violencia obstétrica, de todo tipo en el sector salud, desde que entras a la universidad, hasta que eres una médica adscrita egresada sigues siendo víctima del machismo de este país»

Sobre esto, la doctora Marcia Villanueva Lozano ha relatado en la Gaceta de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México que, en la educación médica existe una cultura de acoso a las estudiantes de Medicina, basada en una competencia masculina por conquistarlas. “Este comportamiento está legitimado o avalado por las instituciones, ya que a veces les dicen a las estudiantes ‘cuidado con este doctor’, en lugar de tomar acciones para evitar estas situaciones, por lo que la comunidad que es parte de esta cultura termina adaptándose y haciendo ajustes que les permitan restablecer su sentido de seguridad”, aseguró la especialista durante el Seminario Permanente de Género y Salud de la Facultad de Medicina.

Mujeres estudiantes, presentes

Desde Pachuca, Priscila llegó a la avenida Reforma esta tarde. Tiene 22 años y es estudiante de derecho, su principal objetivo, es unirse en apoyo de todas, pero también, exigir que el modelo de impartición de justicia cambie, pues en sus palabras, ha sido una lucha compleja que se apliquen protocolos por la perspectiva de género: «El sistema no está funcionando como debería, no habrá justicia sin perspectiva de género»
Cerca de ahí, se encuentra Jatziry una estudiante recién egresada que el motivo primario que la ha empujado a salir a protestar es la violencia en el transporte público. Comparte en entrevista que todos los días hace más de una hora de camino hacia la CDMX y se ha convertido en una cotidianeidad el tener que ser hostigada y violentada; una normalización que no debería existir y que la mueve a demandar espacios seguros para ella y para todas.
Desde Ecatepec, en la Diana la Cazadora Carla explica que, lo que más disfruta del 8M es saber que no está sola: «Sé que si las necesitamos algún día, no estaremos solas»
A la conversación, se une Joseline, Fernanda y Jessi, son estudiantes de periodismo y para ellas, tomar las calles tiene una doble representación: La lucha por sobrevivir siendo mujer periodista.

«Tiene un significado sentimental porque ver diario noticias que desaparecen periodistas en algún tipo de investigación, las noticias en general de feminicidios te hacen cuestionar demasiado tu carrera, tu familia se preocupa por ti. Es un miedo constante, el hecho de estar aquí te hace saber que vas a seguir haciéndolo; queremos hacerlo [el periodismo] por una sociedad mejor. Lo que representa [la marcha es] el riesgo a salir, saber que te pueden hacer algo, queremos libertad de expresión.»

 

Mujeres contra el sistema de salud

Las pacientes oncológicas frenaron sobre avenida Reforma para realizar un urgente pronunciamiento y reunir a las participantes más jóvenes para advertir: ¡Las mujeres estamos enfermando!

Un asunto que trae a la memoria aquella frase de Audre Lorde: “Cuidar de mí misma no es autoindulgencia, es autoconservación y es un acto político”. Este fue el punto clave de la contingenta de Tetas y Rayas, que avanzó con determinación hacia el Zócalo Capitalino pidiendo a las mujeres no permitir que el sistema de salud continuar violentando nuestros cuerpos con falsos y/o tardíos diagnósticos que arrebatan la vida de miles de mujeres anualmente.

«Queremos un dianostico certero, porque el cáncer avanza y necesitamos, exigimos que todas lleguen a tiempo, que nadie se quede sin un diagnóstico certero! Es importante que las mujeres sepan que estamos enfermando de cáncer antes de los 40, es mentira que seamos exageradas, tenemos muchas hermanas jóvenes y desafortunadamente, las que hemos perdido tienen menos de 40. Vayan a checarse desde los 20 años, porque cuando llegamos, es demasiado tarde, es importante que vayamos porque no nos están haciendo mastografías», señaló una de las representantes de la contingenta.

Asimismo, realizaron un férreo posicionamiento en contra del sistema que no sólo la sido omiso con la salud de las mujeres, sino además, coloca el peso de la violencia estética y el machismo de no creer en la palabra de las mujeres que refieren sentirse enfermas o presentar síntomas de cáncer de mama; en México, el personal médico no le da fe a la palabra de las mujeres.

«Sepan que nos estamos enfermando, pero no se investiga, sólo se nos hace a un lado, deben saber que deben exigir porque es su derecho y no sólo agachar la cabeza cuando el médico nos dice que «no», además, nos deben tratar bien porque el sistema nos quiere tratar como tontas.
Sin salud no podemos cuidar a quienes amamos; no llegamos todas si no estamos sanas, ¡no se dejen!