#Enterate ¿Perteneces al movimiento WOKE?

*”Lo ‘woke’ no es un despertar a los problemas reales, sino seguir anestesiados”. Slavoj Žižek

¿Qué significa ser o estar ‘woke’? Un resumen con todo lo que debes saber antes de usar la palabra de moda.

Orígenes e historia

El concepto ‘woke’ tradicionalmente asociado a las reivindicaciones de las minorías y a la justicia social, ha sido cuestionado en los últimos años.

La palabra “woke” ha estado asociada en las últimas décadas con diferentes movimientos en contra de las injusticias sociales, y recientemente ha incluso generado una cruzada en su contra de parte de amplios sectores de la política en Europa, que temen su impacto.

¿Pero qué es exactamente ser o estar woke?

En sus orígenes en las comunidades negras de Estados Unidos, “woke” era usado para describir a las personas que han despertado (de “wake up”, en inglés) a las cuestiones progresistas, y están alertas a las injusticias. El Diccionario Oxford la incorporó en 2016, y ofrece esta definición, ubicada dentro del paraguas del inglés informal estadounidense: “Alerta ante la injusticia en la sociedad, especialmente el racismo”.

Mientras que el diccionario Merriam-Webster define a woke como “consciente y atento a los hechos y cuestiones importantes (especialmente a las cuestiones de justicia racial y social)”, y lo califica como slang, jerga, estadounidense. Pero el término también se ha interpretado de forma diferente, dependiendo de dónde se utilice, y esto incluye también fuera de las fronteras de Estados Unidos.

Evan Smith, profesor visitante de la Universidad Flinders de Australia y autor de “No Platform: una historia del antifascismo y los límites de la libertad de expresión”, dijo a CNN que en el Reino Unido, woke se utiliza para “describir todo lo que antes podía calificarse de ‘políticamente correcto'”.

El término “se utiliza para describir una amplia gama de ideas [y] movimientos relacionados con la justicia social”, como el antirracismo, el feminismo interseccional, los derechos de los transexuales y las historias críticas del imperio británico, dijo.

Para Samuel Hayat, investigador de política en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, muchos en los sectores tradicionales de este país europeo ven al woke como una atroz importación estadounidense de teorías sobre la raza, el poscolonialismo y el género, que, según ellos, suponen un riesgo para los valores y la identidad franceses.

¿De dónde proviene el término woke?

Se cree que el primer uso de la palabra tuvo lugar en la década de 1940 y entre las comunidades negras de Estados Unidos como un llamado al activismo sindical, según reconstruye Abas Mirzaei, de la Universidad Macquarie, al sitio The Conversation.

Desde entonces “stay woke” (estar alerta) ha sido una expresión propia de las comunidades negras, y en 1965 Martin Luther King la usó en su discurso “Remaining Awake Through a Great Revolution” (Permanecer despierto a través de de esta gran revolución), señala Mirzaei.

Pero la explosión en su uso se dio con el surgimiento del movimiento Black Lives Matter en 2013, tras la muerte de Trayvon Martin en Florida.

Traducido como “Las vidas de las personas negras importan”, el movimiento Black Lives Matter nació como oposición a la violencia policial contra los negros en Estados Unidos y cobró fuerza en redes sociales.

La expresión “stay woke” comenzó entonces a ser usada en paralelo al surgimiento de Black Lives Matter, y luego lo trascendió: también se invocó en el marco del #MeToo, contra el acoso y el abuso sexual y en otros movimiento contra diferentes injusticias.Desde entonces la definición woke y el alcance del “wokeismo” se han expandido.

Uno de los problemas de ser “woke” es que la gente puede llegar a juzgar a otras personas. Es parte de la naturaleza humana medir a los demás según nuestros propios estándares. Y si no alcanzas esos estándares, no eres tan bueno/consciente como ellos. Por ejemplo, el término despectivo “Karen” a veces se usa para referirse a las mujeres blancas que no están “woke” del todo y se benefician del “ privilegio blanco ”. Puede llegar demasiado lejos.

Un problema adicional se encuentra en la cultura de la cancelación. Si no eres lo suficientemente consciente, entonces te pueden atacar. O, en otras palabras, cancelar. Alguien que no es lo suficientemente consciente puede ser ridiculizado socialmente por no adherir a la visión políticamente correcta.

¿Y qué pasa con las personas que son simplemente ignorantes sobre lo que significa ser consciente de los prejuicios y el privilegio blanco y todo ese tipo de cosas? Si no tienen el mismo estándar de conciencia, ¿deberían ser penalizados? Desafortunadamente, se ha convertido en un arma de la izquierda utilizada para oprimir y silenciar a quienes no están alineados con el pensamiento secular “adecuado”.

El declive de la ‘doctrina woke’ en su meca: Estados Unidos

Charles Dickens ya se mofó de la cultura woke (escribió una ‘Cenicienta’ políticamente correcta)
Durante los últimos años, se ha extendido el término woke para referirse a una serie de valores y puntos de vista asociados a la izquierda y al progresismo, y más concretamente centrados en la defensa de las minorías étnicas y sociales, así como al feminismo.

Sin embargo, hoy en día muchos de los que utilizan esta palabra, especialmente en redes sociales y foros de Internet, lo hacen con connotaciones negativas, como una especie de reacción a lo que consideran que son excesos culturales de los ideales progresistas.

Críticas al ‘woke’ y a la cultura de la cancelación

En años más recientes, la palabra woke se ha utilizado de forma crítica, a menudo por personas de tendencia conservadora o descontentas con la izquierda, para arremeter como reacción contra lo que en ocasiones perciben como una imposición de ideas y elementos que les parecen artificiales y forzados. Por ejemplo, la creciente inclusión de personajes negros y LGTBI en películas o series, y de temáticas de justicia social en sus tramas. El mismísimo Elon Musk llegó a tuitear (o ‘publicar’, como él preferiría decir) de forma un tanto polémica que “el virus mental woke está haciendo que Netflix sea insoportable de ver”.

Los críticos del woke también denuncian frecuentemente lo que llaman ‘cultura de la cancelación’: figuras públicas cuyas carreras profesionales y artísticas sufren (con la pérdida de contratos y de publicidad) tras haber protagonizado alguna polémica con tintes políticos o haber sido acusados por algún tipo de abuso o acoso, aunque su culpabilidad aún no haya sido confirmada judicialmente.

Muchos han cuestionado que el ‘woke’ supuestamente imponga unas ideas y exigencias Por ejemplo, la actriz Gina Carano, que participaba en la serie The Mandalorian (del universo Star Wars), fue despedida por Disney después de que comparase en redes sociales el trato que reciben hoy en día los simpatizantes del conservador Partido Republicano con la persecución que sufrieron los judíos en la Alemania Nazi.

Aunque muchos criticaron semejante comparación, hubo quienes responsabilizaron el clima político de la supuestamente predominante cultura woke de que la actriz perdiese su trabajo por el hecho de dar públicamente una opinión, más allá de lo afortunada que pudiese resultar. Algo parecido ocurrió con músicos como Ariel Pink y John Maus, que vieron cómo les cancelaban muchos conciertos tras haber asistido a la concentración previa al asalto al Capitolio de 2021, pese a que no llegaron a formar parte del propio asalto. Eso sí, en el caso de Pink también hay que sumar las acusaciones de abuso sexual por parte de su expareja.

La ola de las cancelaciones culturales: “Está por encima de la derecha y la izquierda”

Tampoco podemos olvidarnos de las nuevas ediciones de libros de Roald Dahl que fueron lanzadas hace un año en Reino Unido, en las que reescribían numerosos pasajes de su obra para ajustarse más a la corrección política actual y eliminar palabras que consideraban ofensivas, integrando a su vez más elementos de inclusión y diversidad. Muchos vieron en ello también motivaciones y presiones woke.

Aunque la cultura de la cancelación no siempre está motivada por lo que se percibe como una imposición del woke o de presiones progresistas, y uno de los casos más sonados fue impulsado por sectores conservadores: el despido del director James Gunn por parte de Disney, por unos antiguos tuits en los que había hecho chistes sobre la pedofilia, aunque posteriormente se hubiese retractado y pedido disculpas. Finalmente, y ante la insistencia de compañeros y fans, Disney le volvió a contratar para que dirigiese Guardianes de la Galaxia Vol. 3.

Pero en general, existe un debate social entre los actuales valores woke a nivel cultural: algunos defienden que hoy en día no se permitan ya ciertos comentarios y chistes que puedan ser considerados racistas u homófobos, y lo ven como un avance necesario en la sociedad para exigir comportamientos más ejemplares; mientras que otros lo consideran una limitación a la libertad de expresión. Por supuesto, también hay quienes reclaman un término medio.

Críticas anticapitalistas al ‘woke’

Por otra parte, también hay que señalar que cada vez más personas, incluyendo algunas de izquierda, critican algunas de las dinámicas sociales y empresariales que creen que se han generado en torno a los valores woke, y han llegado a decir que el capitalismo y el liberalismo los están absorbiendo de manera falaz, para representarlos artificialmente con motivos de imagen y marketing, pero sin atender a las verdaderas injusticias de manera honesta, las cuales blanquean con el simbolismo woke.

Pero como en todo, hay opiniones para todos los gustos, y otros también valoran que incluso las grandes empresas se vean forzadas a dar estos pasos para visibilizar la inclusión y la igualdad desde la influencia que ostentan.

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