Es duro ser joven en México.

*Gente como uno.

/ Mónica Garza /

EN MÉXICO son alrededor de 31 millones de jóvenes que además de falta de oportunidades laborales, son blanco fácil de la violencia; más de 66 mil personas entre 18 y 29 años, ya viven en una cárcel; y entre 15 y 35 años, el homicidio es su principal causa de muerte.

Vaya sorpresa y lección la que dejó esta semana la joven Ana Karen Sotero —originaria de San Isidro del Cobradero—, ganadora del Premio de la Juventud en la Ciudad de México, desde la tribuna del Congreso local. Su voz altisonante exhibió la indiferencia de los legisladores, sobre los millones de jóvenes que como ella, luchan en este México que parece ponerles todo en contra.

Y los diputados aplaudieron a rabiar, como si fueran inocentes de no mirar a ese sector de la población mexicana tan desprotegido e invisibilizado, al que sólo atienden simbólicamente cuando ganan algún premio.

Como el clavadista Osmar Olvera, de 21 años, hoy campeón mundial en Singapur y quien tuvo el tino de aprovechar la atención de la Presidenta Claudia Sheinbaum, para pedirle un aumento de sueldo para su entrenadora, de origen chino, y no perderla ante mejores ofertas económicas que ella tiene en el extranjero.

Es curioso que no sean los altos mandos del deporte mexicano quienes peleen esa dignidad deportiva, sino él mismo que se deja la vida en el agua, un joven medallista. Otra gran lección.

Tanto Osmar como Ana Karen son el reflejo de millones de jóvenes que no piden milagros, sólo condiciones justas y oportunidades reales en su país, para no tener que llevarse su talento a otro lado.

Ana Karen Sotero, ganadora del Premip de la Juventud en la Ciudad de México, durante su discurso, en el Congreso local, el martes.
Ana Karen Sotero, ganadora del Premip de la Juventud en la Ciudad de México, durante su discurso, en el Congreso local, el martes. Foto›Especial
Porque México enfrenta una fuga de cerebros alarmante: más de 1.2 millones de profesionistas han migrado en las últimas décadas (Conacyt).

La Organización Internacional para las Migraciones calcula que más de 1.3 millones de mexicanos altamente calificados, ya viven en el extranjero, porque para sus mentes brillantes el panorama en México no lo es tanto.

En el primer trimestre de 2024, el Inegi emitió un reporte —con motivo del Día de la Juventud— que señala que el salario promedio de personas entre 15 y 29 años económicamente activas, es de 33.8 pesos en promedio por hora trabajada.

Considerando una jornada de ocho horas por 20 días hábiles, lo anterior da un total de cinco mil 408 pesos, que quizá para una persona de 15 años puede no ser tan poco, pero para otra 10 años mayor, sí que lo es.

En marzo de este año la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo señaló que los jóvenes de 15 a 24 años son el segundo grupo de mayor desempleo registrando el 33 por ciento.

Entonces, el reciente informe de las Naciones Unidas dice una verdad que nos duele y avergüenza: ser joven en México implica vivir con menos oportunidades.

El documento “Informe de desarrollo humano de las juventudes en México: retos y caminos hacia un futuro inclusivo”, analiza elementos básicos como educación, salud e ingresos entre personas de 12 a 29 años, arrojando que el Índice de Desarrollo Humano para las juventudes (IDH-J) mexicanas se ubica en 0.71, por debajo del 0.78 del índice general del país en 2024.

Y la escena empeora si enfocamos un estado como Chiapas, la entidad con el desarrollo juvenil más bajo, de apenas 0.61.

Un dato revelador lo da el Centro de Estudios Espinosa Yglesias en su análisis de movilidad educativa en México, que señala que en 2024 el 33 por ciento de los jóvenes entre 18 y 24 años, no lograron superar la escolaridad de sus padres.

En México son alrededor de 31 millones de jóvenes que además de falta de oportunidades laborales, son blanco fácil de la violencia; más de 66 mil personas entre 18 y 29 años, ya viven en una cárcel; y entre 15 y 35 años, el homicidio es su principal causa de muerte.

En materia de desaparición, el grupo de jóvenes mexicanos de 25 a 29 años es el más afectado con 17 mil 690 personas que no han sido localizadas.

En mayo pasado, la Universidad de Guadalajara presentó un informe que señala un aumento del 63.6 por ciento en desapariciones de jóvenes de entre 15 y 19 años, sólo en Jalisco que es el estado con el mayor número de desapariciones en México.

El reto para millones de jóvenes mexicanos hoy, es como una carrera de resistencia a la pobreza, a la violencia, al crimen organizado, a la discriminación, a la falta de educación y oportunidades.

Ana Karen tiene razón de estar enojada y desesperada. Ella entiende muy bien que no sólo se trata de reconocer a la juventud sobresaliente —contra viento y marea— como ella o como Osmar Olvera.

Se trata de poder palpar los cimientos de un territorio de oportunidades y protección, donde puedan desenvolverse y quedarse para echar raíces.

Los jóvenes no son ciudadanos del mañana, no son más “el futuro de México”, son parte del presente que necesita con urgencia atención integral, inversión estratégica y verdadero cuidado.