Esta madrugada es el equinoccio de Primavera. #Prepárate

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México, 19 marzo (Notistarz/AMEXI).-  ¡Atención! En México, el equinoccio de primavera tiene un gran significado cultural y espiritual, en particular debido a la rica historia indígena del país. Este jueves 20 de marzo a las 03:01 horas, tiempo de la Ciudad de México ocurre este fenómeno.

Pero de seguro te preguntas ¿por qué es tan importante o qué ocurrirá?

Pus es que el Sol se alineará directamente sobre el ecuador, marcando un equilibrio perfecto entre el día y la noche, con igual número de horas de luz y de oscuridad, afirmaron especialistas.

Explicación científica

Julieta Fierro Gossman, del Instituto de Astronomía de la UNAM señaló que con este fenómeno termina el lapso de invierno, en que la Tierra, aunque está más cerca del sol, tiene una inclinación que reduce la cantidad de luz que recibe.

Es así que entra la primavera, cuando el planeta tiene una posición más alejada del Sol, pero por su inclinación axial, México y otras regiones reciben una mayor cantidad de luz.

Días más largos y luminosos

De acuerdo con los científicos, a partir del equinoccio de primavera, la igualdad astronómica de días y noches da la impresión de días más largos y luminosos.

Los científicos del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) señalan que el equinoccio de primavera es el momento en que el Sol cruza el plano imaginario en el cielo generado por la extensión del ecuador terrestre.

Significado cultural espiritual; particularmente en Chichén Itzá.

En México, el equinoccio de primavera tiene un gran significado cultural y espiritual, en particular por la rica historia indígena del país.

El equinoccio de primavera marca el momento en que el día y la noche tienen la misma duración. Para muchos mexicanos, simboliza renovación, equilibrio y el inicio de un nuevo ciclo. Foto Pueblos Mágicos.

¿Quién es Kukulkán?

Una de las celebraciones más notables tiene lugar en Chichén Itzá, en la pirámide maya de la Península de Yucatán.

El sol proyecta una sombra sobre la pirámide, creando la ilusión de una serpiente deslizándose por sus escalones, lo que se considera una poderosa manifestación del dios maya Kukulkán (la serpiente emplumada).

Este fenómeno se celebra con ceremonias, rituales y festivales que honran la naturaleza y los dioses.

En Chichén Itzá miles de personas llegan para presenciar el descenso de Kukulkán, un fenómeno de luz y sombra que se proyecta sobre la pirámide principal durante el equinoccio.

En Teotihuacán, en el Estado de México, los visitantes acuden a la Pirámide del Sol para recibir la energía del equinoccio e incorporarse a diversos rituales.

Continúan vigentes algunas tradiciones en torno al equinoccio de primavera
Para los mexicanos de hoy, el equinoccio también es un momento de reflexión, purificación espiritual y conexión con la naturaleza.

La gente suele reunirse al aire libre para tomar el sol, meditar y disfrutar de la nueva energía de la temporada.

Es momento de celebrar la abundancia de la tierra y prepararse para los meses más cálidos que se avecinan.

Además de su significado indígena, el equinoccio se alinea con el inicio del ciclo agrícola, especialmente en las zonas rurales, donde los ritmos de la tierra están estrechamente ligados a la agricultura.

La celebración de este evento natural fusiona tradiciones ancestrales con prácticas contemporáneas, lo que lo convierte en una ocasión significativa y ampliamente reconocida en todo México.

Este fenómeno de equinoccio es reconocido y celebrado en muchas culturas durante siglos, simbolizando a menudo temas de renovación, crecimiento y equilibrio.

Celebración ancestral

Honrar y reconocer el equinoccio de Primavera es un acto ancestral.

Por ejemplo, entre los antiguos egipcios, se asociaba con la salida de la estrella Sirio y el inicio de las inundaciones del Nilo, evento crucial para la agricultura.

Con los Persas, el Nowruz o año nuevo persa se celebra en el equinoccio de primavera y es uno de los festivales más antiguos del mundo.

Representa la renovación de la vida y la naturaleza. Asimismo, en el cristianismo está estrechamente vinculado a la Pascua, que suele caer poco después del equinoccio, representando la resurrección y los nuevos comienzos.

Rituales indígenas

En muchas culturas indígenas, se realizan rituales para honrar el despertar de la Tierra y su fertilidad. El equinoccio se considera un momento de siembra y renovación.

En países como China y Japón, implica visitar tumbas familiares, ofrecer comida a los antepasados y dar la bienvenida a la temporada de crecimiento. En Japón se celebra con festivales como el Higan.

En general simboliza la renovación; el equilibrio y el despertar de la naturaleza, recordando la naturaleza cíclica de la vida y el cambio de estaciones.