Está sitiado el Estado liberal .

/ Por Inocencio Yáñez Vicencio. /

En mi más reciente reflexión sobre la renovación del personal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el muy inteligente Toño Nemi Dib, hizo unas observaciones que me han hecho pensar en la necesidad de recuperar la tradición del debate sobre las ideas y prácticas políticas.

Creo que está fuera de discusión que las ternas que Amlo envió al Senado para ocupar la plaza que perversamente Dejó vacante Zaldivar, que nada bien le hizo a una investidura, incorporándose de inmediato a la campaña de la candidata oficial, sabiendo que fue ministro de un Estado que teóricamente es neutral, cualquiera fuera la elección de la Cámara Alta, tenía que inclinarse por una persona partidista y con ello escalar la partidizacion de la justicia por Morena. Lo que yo cuestiono además es que hay un valor agregado en lo que en las redes se llama la llegada de La Chupitos a la Suprema Corte.

En política no hay casualidades. Amlo envió ternas integradas por personas con credencial de Morena y que no reunían los requisitos para la Toga, sabedor que al no querer cargar el Senado con el estigma de avalar a un elemento de filiación partidista, de todas maneras el presidente lo haria. Lo que tal vez es incomensurable, es que Amlo, amén de buscar acercarse a los cuatro ministros incondicionales para anular la función de Tribunal Constitucional de la Corte, en un acto de arrogancia nombró una mujer vulgar, ignorante y que en su misma toma de protesta anuncia que va a tratar de impedir que el Poder Judicial vele por la Constitución, con lo cual Morena da otro paso más en su plan de suprimir la división de poderes y construcción de un Estado absoluto, de una sola voluntad, con todos los poderes en una sola persona, con tres poderes formales, pero en el cual uno someto a los otros y decide todo.

En verdad, que una gente talentosa como Toño Nemi, me lea y se ocupe de mis reflexiones, me halaga, sea para discrepar o coincidir, me honra.

No es la primera vez que el Estado liberal está sitiado. Creo que debemos sacar lecciones de las quiebras que tuvo en el siglo XX, para romper el cerco que le ha tendido el populismo. Este cerco muestra contundentemente que las tesis del fin de las ideologías y del fin de la historia( Bell y Fucuyama ), cayeron en el vacío, sobre todo porque el mismo liberalismo es una ideología y es hora de abrir el debate para ver qué es lo que funciona y qué es lo que no funciona. No creo que haya que tirar el agua sucia de la bañera con todo y niño. Soy de los que tiene la convicción de que el liberalismo tiene instituciones que pueden abrir las puertas hacia mejores senderos, si queremos lograr la emancipación de los productores directos de manera pacífica y con el menor costo de sangre. No ver sus potencialidades transformadoras condujo al colapso a las fuerzas del progreso tanto en 1922 en Italia como en 1933 en Alemania.

Tenemos que partir por considerar que el Estado liberal que fundó en los siglos XVI al XVIII, la burguesía sobre los escombros del feudalismo, basado en la explotación salarial, liberando la mano de obra que necesitaba para la acumulación de capital, fue un Estado originalmente revolucionario que condujo al máximo desarrollo de las fuerzas productivas, pero las relaciones sociales de producción que lo sostienen han entrado en graves contradicciones que hacen imperiosa la necesidad de desvelar los revestimientos que han hecho aceptable un sistema plagado de injusticias que si en sus comienzos fue revolucionario, hoy produce injusticias inocultables e innegables.
Toda forma de dominación necesita de la fuerza para sostenerse pero también de una ideología para ser aceptado, es decir, que presente lo malo como bueno o lo que es bueno para la clase dominante como bueno para todos.

La burguesía francesa no triunfó cuando tomó La Bastilla sino cuando hizo pasar sus intereses por los intereses de todos y presentó su Estado como el Estado de todos. En esto se ha gastado mucha tinta y mucha saliva. Es cierto que no fue fácil la construcción de un sólo centro de poder. La Iglesia Católica no aceptaba ni acepta dejar de hacer funciones de Estado. Toda vía en nuestros días se vale de argucias para manejar las conciencias infantiles. Los cuerpos intermedios siguen reclamando para el mercado la toma de decisiones políticas. La fundación del Estado moderno significó la unidad monetaria, lingüística, impositiva, protectora… fue un considerable avance.

La división de esferas y la tolerancia religiosa permitieron el desarrollo económico, cívico, cultural, nacional.
El concepto de ciudadano posibilitó igualar a todos, soslayando las clases sociales y la lucha de clases.
El concepto de nación nos presenta como cuerpo monolítico, que sería la base del nuevo Estado.
La ley como producto de la razón y las luces.
La única igualdad reconocible es la igualdad de todos ante la ley.
Se recoge el concepto escolástico de Bien Común, que se revela solo ante los elegidos y los iluminados.

La única libertad que se acepta es la libertad negativa, la que rechaza toda intervención del Estado en la propiedad privada sobre los medios de producción y los individuos.
Se coloca en el centro del catálogo de derechos individuales a la propiedad privada sobre los medios de producción, dándole un origen natural y por lo tanto anterior al Estado y haciendo de su reconocimiento y seguridad, su fin.

Ya en la ilustración se levantan voces como la de Rousseau que la soberanía no la ve corporativamente sino en cada miembro de la sociedad y la libertad la concibe en la participación de los ciudadanos en la configuración de la la ley, que al obedecer su propia voluntad obedece recobra su libertad, dejando un papel técnico al legislativo y apuntando que la soberanía no puede el pueblo transferirla, por lo cual es inaceptable el gobierno representativo, agregando que la voluntad general no es la voluntad no es la voluntad de una parte ni la voluntad de todos y el interés común, es lo que queda de eliminar extremos.

Como el concepto de nación liberal es monolítico , no aceptaba originalmente los partidos políticos y las elecciones fueron extendiendo gradualmente el voto. Los partidos son los hijos bastardos del liberalismo y las elecciones pasaron de los grandes electores a las masas recientemente.
Las elecciones fueron restringidas en la Grecia Clásica a únicamente tres cargos. Los demás se decidían por sorteo. Recuérdese que era una democracia directa, que prácticamente nada tiene que ver con la moderna, que a decir verdad, debió simplemente llamarse gobierno representativo. Platón era partidario del gobierno de los filósofos. Aristóteles era partidario de la politeia. Del gobierno de los mejores. Polibio era partidario del gobierno mixto.

Cuando vemos que Morena , Amlo, Claudia, son partidarios de que todo lo elija el pueblo, que los ministros, magistrados y jueces se elijan, les pedimos que sean consecuentes, que también sometan al parecer popular la recaudación, que le pregunten al pueblo si quiere impuestos. No soy partidario de que se elijan los ministros, magistrados y jueces, porque deben llegar a esos cargos por ser expertos del derecho y no por ser populares. Weber es claro al decir que la ciencia exige neutralidad e imparcialidad, mientras que la política pulso político y toma de partido.

Sin duda alguna estos temas exigen conocer la Teoría Constitucional y lo que es la Constitución, pero también la Teoría del Estado, pero no únicamente su versión jurídica ( Kelsen ), también su formación sociohistórica. Georg Jenillek, según Kelsen, elaboró la mejor teoría del Estado, ya que abarca lo jurídico y lo socio’histórico, pero falta articular los dos aspectos. Nicos Poulantzas, hace un gran avance en su mejor contribución, que lo ha seguido Bob Jessop y otros.

Cuando abrimos el libro de Erik Olin Wright: Construyendo Utopias Reales ( Akal ), y leenos que cotejó su pripuesta en más de 50 conferencias, seminarios y simposios, en un número de 20 países por varias décadas, nos damos una idea del trabajo que significa realizar una tesis teórica y empírica, bien sustentadas y desarrollada. Por eso no estaría mal empezar por abrir un debate en forma sobre lo que ya no funciona y no puede segur encubriéndose del liberalismo, pero también de lo que es rescatable para construir una nueva correlación de fuerzas favorable a la emancipacion de las masas trabajadoras.

Creo que sobra aclarar que no comulgo con muchas cosas del liberalismo, pero no verlas como sacras o intocables, no quiere decir que muchas de ellas me parecen hasta indispensables en estos momentos para conservar las conquistas de los trabajadores y los espacios para que el cambio sea Pacífico y por la vía legal.

El republicanismo nuevo con su aporte de una libertad como no dominación frente a la facciosa libertad negativa, puede ayudar mucho en esta lucha.
Nos falta tomarle la palabra a Platón, en su concepto de la justicia, como dar a cada uno lo suyo, pues secunda la batalla por distribuir bien el excedente en la producción.
Propongo un debate abierto, sin prejuicios, finalmente dijera Bobbio, todos, en algún grado somos intelectuales orgánicos

Parodiando a Habermas, cuidemos que el argumento sea lo único que nos coaccione. Vamos que solo se imponga el mejor argumento.

Estoy a sus órdenes. Creo que podemos contribuir con lo mejor de nosotros a esclarecer las rutas por donde ha de transitar el nuevo modelo de Estado que reclama y merece nuestra sociedad. Me dicen lugar, día y hora y ahí estaré.