*
19.11.2025 Washington – Moscú.- En una maniobra diplomática de alto impacto, Estados Unidos y Rusia negocian en secreto un plan de paz para poner fin a la guerra en Ucrania, sin la participación directa del gobierno de Volodímir Zelenski ni de sus aliados europeos. El borrador del acuerdo, revelado por medios internacionales como Axios y confirmado por fuentes oficiales, contempla la cesión de la región del Donbás a Moscú a cambio de garantías multilaterales de seguridad para Kiev.
El plan, estructurado en 28 puntos, ha sido desarrollado por el representante especial del presidente Donald Trump para Rusia y Oriente Medio, Steve Witkoff, y el emisario del Kremlin, Kiril Dmitriev. Según trascendidos, las negociaciones se han llevado a cabo en canales paralelos desde agosto pasado, cuando ambos enviados se reunieron en Alaska tras un encuentro entre Trump y Vladímir Putin.
Cesión territorial y garantías de seguridad
Uno de los puntos más controvertidos del borrador es la aceptación tácita de la soberanía rusa sobre el Donbás, región que incluye las provincias de Donetsk y Lugansk, ocupadas parcialmente por fuerzas prorrusas desde 2014 y formalmente anexadas por Moscú en 2022. A cambio, el acuerdo prevé un paquete de garantías de seguridad para Ucrania, que incluiría compromisos de defensa por parte de Estados Unidos y otros países, así como restricciones al despliegue militar ruso en zonas fronterizas.
El documento también aborda la desmilitarización progresiva de ciertas áreas, el levantamiento parcial de sanciones económicas contra Rusia y la creación de un mecanismo internacional de verificación. No obstante, el plan no contempla el retorno de Crimea a Ucrania ni el enjuiciamiento de crímenes de guerra, lo que ha generado preocupación entre sectores diplomáticos europeos.
Reacciones y exclusión de Kiev
La exclusión de Ucrania del proceso ha sido duramente criticada por funcionarios en Kiev, quienes insisten en que cualquier acuerdo que implique cesión territorial sin su consentimiento es inaceptable y viola el derecho internacional. El presidente Zelenski, en declaraciones recientes, reiteró que “la paz duradera solo puede construirse con justicia y soberanía plena”.
Por su parte, voceros del Departamento de Estado han evitado confirmar detalles, pero reconocen que se exploran “todas las vías posibles” para detener el conflicto, que ha dejado cientos de miles de muertos y desplazados desde su inicio en febrero de 2022.
Europa, al margen
Los gobiernos europeos, principales aliados de Ucrania en la OTAN, tampoco han sido incluidos en las negociaciones. Fuentes diplomáticas en Bruselas expresaron su preocupación por un eventual acuerdo bilateral que redefina el equilibrio de seguridad en Europa sin consulta previa. Alemania y Francia han solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir el tema.
Un giro geopolítico incierto
De concretarse, el acuerdo marcaría un giro radical en la política exterior estadounidense y en el curso de la guerra. Para Moscú, significaría la consolidación de sus ganancias territoriales; para Washington, una salida negociada que podría desescalar el conflicto y reconfigurar su relación con Rusia. Sin embargo, la legitimidad y viabilidad del plan dependerán, en última instancia, de su aceptación por parte de Ucrania y de la comunidad internacional.











