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22.05.2023. Ante el incremento de exhalación de ceniza y gases ácidos del volcán Popocatépetl, la Secretaría de Salud, alertó que la combinación de ambos puede estar presente a kilómetros de la erupción y causar daños pulmonares a la niñez, personas adultas mayores y con enfermedades, incluyendo quienes sufren de enfermedades respiratorias graves; mientras que para una persona sana no representan peligro.
La exposición a la ceniza volcánica puede ocasionar efectos adversos para la salud. Uno de los más comunes es la irritación de las vías aéreas superiores, acompañada de dolor de garganta y tos seca.
La gente con problemas respiratorios previos puede presentar síntomas severos de bronquitis que duran varios días luego de la exposición; irritación de las vías respiratorias en personas asmáticas o con bronquitis y respiración incómoda.
Dado que la ceniza es abrasiva, puede causar irritación ocular. Los efectos varían desde leves molestias en los ojos hasta abrasiones en la córnea y conjuntivitis.
Se recomienda a la población vulnerable y con enfermedades respiratorias, evitar el contacto con la ceniza, evitar hacer actividades al aire libre, proteger ojos, nariz y boca; en caso de tener que salir a la intemperie, usar un pañuelo o cubrebocas.
Además, usar lentes y ropa de protección en caso de salir al exterior, ya que la ceniza afecta la visibilidad y daña la piel. De preferencia no usar lentes de contacto; lavar los ojos con abundante agua si se ha estado expuesto a la ceniza y presenta sensación de cuerpo extraño en los ojos.
Para las comunidades cercanas al volcán recomendó cerrar puertas y ventanas y sellar con trapos húmedos las rendijas y las ventilas, para limitar la entrada de polvo a casas y edificios.
Para reducir márgenes de riesgo, así como proteger bienes, muebles e inmuebles, la Secretaría de Salud recomendó sacudir la ceniza con plumeros para que no se rayen las superficie y tapar tinacos y otros depósitos de agua para que no se contaminen.
También cubrir aparatos, equipos y automóviles para que no se deterioren ni rayen, quitar continuamente las cenizas, para evitar que se acumulen en techos ligeros, ya que pueden hacer que se caigan por el exceso de peso y recoger en costales o bolsas de plástico las cenizas que se acumulen en los techos, suelos y calles para que no se tape el drenaje.
Recomendó cubrir coladeras de patios y azoteas para evitar que se tape el drenaje, evitar el uso de automóviles, ya que la ceniza reduce la visibilidad y vuelve el pavimento resbaladizo. “En caso de usarlo, ser precavidos y pacientes, porque el tráfico se puede volver lento al ponerse resbaloso el piso”.