*Conversatorio sobre investigación feminista.
/ María Guadalupe Lugo García /Foto: Francisco Parra.
Todavía prevalece una desvalorización de los feminismos y un desconocimiento sobre la complejidad de las distintas corrientes epistemológicas y pensamientos teóricos acerca de las diversas formas de definir el género, entre otras situaciones, consideraron académicas feministas de la UNAM y de la Universidad de Chile.
Amneris Chaparro Martínez, directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), indicó: “Identidad de género no significa conciencia de género; muchas personas que aún se resisten a los estudios de género piensan que, con el mero hecho de vivir como hombre o mujer, o con cierta identidad generizada, es suficiente para tener una autoridad epistemológica sobre el mundo; sin embargo, se requiere una investigación mucho más rigurosa e interdisciplinaria”.
Resaltó que en la UNAM se impulsa la investigación feminista con el rigor que requiere cualquier otra que se jacte de estar dentro de la academia y, además, tiene un plus: sentido social, ético, político y transformador. “No sólo es interpretar estas estructuras y ver a través de los lentes de género y la interseccionalidad, es necesario buscar formas de cambiarlos; la investigación feminista es sui generis”.
Aseguró que el trabajo de las feministas institucionales de la UNAM, profesoras, investigadoras y administrativas, permitió la creación y consolidación de los campos de conocimiento como los estudios de género, la teoría feminista y la política de igualdad. Además, las movilizaciones de las estudiantes organizadas de la Universidad cambiaron la perspectiva; sus “paros” hicieron que las autoridades se sentaran a escucharlas: “ese es un cambio que de otra manera no hubiera ocurrido”.
Al participar en el conversatorio “Investigación feminista y transversalización de la igualdad de género en la Universidad de Chile y la UNAM: recorridos, tensiones y horizontes posibles”, expresó que el legado de la Universidad Nacional en la investigación y la docencia, para la consolidación de los estudios de género, es la presencia de expertas en el tema tanto en el CIEG y el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), como en la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU).
Por su parte, Martha Patricia Castañeda Salgado, investigadora del CEIICH, planteó la necesidad de mantener un diálogo con aquellas posturas no feministas, aunque “ahí nos reservamos el derecho de decidir con quién hacerlo, porque hay posturas con las que no es necesario ni siquiera intentarlo, pues sabemos que lejos de poder romper ciertas barreras, se generan argumentos alrededor de esas posturas; necesitamos ser muy selectivas”.
En el encuentro moderado por la titular de la CIGU, Norma Blazquez Graf, subrayó la necesidad de ampliar los vínculos feministas con esos otros grupos que demandan justicia social, equidad, no discriminación, no violencia, etcétera. “Debemos hacerlo y preguntarnos cómo es que desde la investigación feminista podemos generar sinergias entramadas, dentro y fuera de la academia”.
Estamos en un momento en el que debemos caminar en muchas direcciones, y este encuentro es un ejemplo; discutir mucho más en términos interinstitucionales, pero también internacionales, porque el problema es mucho más amplio y diseminado. “Necesitamos esas fortalezas desde el nivel más local hasta el global, pero también dentro de nuestras mismas instituciones”.
Carolina González Undurraga, académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, dijo que desde 2018, con el “Mayo Feminista”, hay una institucionalización de las políticas de género en esa institución, y hoy existe un proceso de transversalización de la perspectiva de igualdad de género que apunta a incorporar dicho enfoque en todas las áreas y niveles de su quehacer para avanzar en esa línea, prosiguió.
La transversalización implica que se incorpore el enfoque de género en diferentes disciplinas y tipos de investigación; “en la forma en que pensamos la investigación, pero también en cómo se constituyen los equipos de trabajo en ese ámbito”, precisó.
A su vez, Lelya Troncoso Pérez, académica del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Chile, comentó que esa institución genera políticas e insumos en materia de género, y “la forma en la que medimos el éxito de los recursos es mediante el uso de esos mismos productos; sin embargo, nos falta, quizá, un poco más de información que nos permita conocer cómo, en efecto, se están transformando los espacios universitarios”.
Además, finalizó, nos faltan espacios de debate más críticos, de conversación, eso es algo que hemos estado trabajando desde el núcleo diversidad-género. “Tomarnos en serio las pedagogías feministas y queer, tener conversaciones incómodas sobre consentimiento; no asumamos que la educación sexual sólo tiene que darse en la educación básica, debe continuar en la universidad, durante toda la vida”.
