Fallece el astronauta que llegó a la luna pero no la pisó.

EUA. 28 abril 2021.- Michael Collins fue el piloto que en 1969 llevó la misión Apollo 11 a la Luna. También fue el astronauta que, entregado a su deber, viajó 386.000 kilómetros por el espacio durante 76 horas y, una vez llegado a su destino, se quedó en órbita mientras observaba los primeros pasos de sus compañeros Neil Armstrong y Buzz Aldrin sobre el polvoriento suelo lunar. Los mismos que pasaron a la historia como “un pequeño paso para un hombre pero un gran salto para la humanidad”. Collins, el icónico y a la vez siempre olvidado Collins, ha fallecido este miércoles a los 90 años “tras una larga batalla contra el cáncer”.

Así se vivió hace 50 años la llegada del hombre a la Luna
“Mike siempre enfrentó los desafíos de la vida con gracia y humildad, y enfrentó este, su desafío final, de la misma manera”, manifiesta su familia en un comunicado oficial emitido tras su fallecimiento. Su último deseo, explican, fue que no se llorara su muerte sino que se celebrara su vida. “Estés donde estés, querido Mike, siempre tendrás el fuego para llevarnos hasta nuevas alturas y hacia el futuro”, escribe Buzz Aldrin, el último integrante de la misión Apollo 11, en honor a su compañero.

“El hombre más solitario del planeta”

El nombre de Collins ya forma parte de los libros de historia. El primer viaje de la humanidad rumbo al suelo lunar fue guiado por él. Su talento a los mandos del Apollo 11 fue el que, paradójicamente, lo encasilló en el papel de piloto. Y eso fue lo que en última instancia hizo que se quedara él solo en el módulo de comando mientras sus compañeros acaparaban todos los focos en la Luna. Alguien debía quedarse en segundo plano para garantizar que, llegado el momento, el módulo de comando Columbia y la cápsula lunar Eagle se pudieran acoplar correctamente para devolver a los astronautas a Tierra sanos y salvos. Ese era su deber.

Collins, siempre en segundo plano, permaneció más de 20 horas en órbita en la más absoluta soledad. De hecho, se perdió parte del espectáculo mientras recorría el lado oscuro del satélite. Mientras millones de terrícolas observaban maravillados los primeros pasos de su especie fuera del planeta, el tercer tripulante del Apollo 11 pasó minutos y horas totalmente desconectado. “Desde los tiempos de Adán ningún humano ha conocido una soledad como Mike Collins”, reza el diario de la misión en referencia a esos momentos

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