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27.10.2025 Poza Rica, Ver.- La historia de doña Elodia Reyes, que se volvió símbolo de amor y resistencia tras las inundaciones en Poza Rica, Veracruz, tuvo este lunes un desenlace doloroso. La mujer falleció mientras recibía atención médica, apenas dos semanas después de haber sobrevivido al desbordamiento del río Cazones junto a su esposo, Hilario Reynosa.
El 9 de octubre, cuando el agua arrasó con viviendas y calles, la pareja fue arrastrada por la corriente. Ella no sabía nadar, pero él, pescador de toda la vida, la sostuvo con fuerza mientras el agua los envolvía, sobre parte de una estructura.
En un video que se volvió viral, se les ve abrazados, aferrados el uno al otro en medio del desastre. “Mi prioridad era ella”, dijo don Hilario, conocido como Don Layo, al recordar cómo la buscó desesperadamente hasta encontrarla atorada en un aparato de aire acondicionado.
Después del rescate, los sobrinos de Don Layo los llevaron a Naranjos, pues su casa había quedado inhabitable. Pero el 19 de octubre, decidieron volver. Querían limpiar, recuperar lo que se pudiera y retomar su vida en la vivienda que él mismo había construido, donde compartieron 26 años juntos.
Fue entonces cuando doña Elodia comenzó a sentirse mal. Alex, un vecino dentista que los había ayudado a contactar a sus familiares, relató que la mujer presentó fiebre y fue llevada al hospital el pasado sábado. Su cuerpo, debilitado por el trauma y la edad, no resistió más. Un paro cardiorrespiratorio terminó con su vida este lunes.
Doña Elodia no tenía hijos ni hermanos. Don Layo, con quien compartió su vida en una casa humilde, solo cuenta con sus sobrinos, quienes informaron el fallecimiento.
La imagen de ambos abrazados en medio del agua permanece como testimonio de ternura y fortaleza en medio de la tragedia que envolvió el norte del estado de Veracruz, por un evento de lluvias catastróficas que arraso parte de la huasteca veracruzana.
La comunidad de Poza Rica, que los vio luchar contra la corriente, hoy los recuerda con respeto y cariño. La historia de doña Elodia no se mide por cifras ni por daños materiales, sino por el amor que sostuvo su vida hasta el último momento.
