Madrid, 8 octubre 22. AmecoPress.- Desde el proyecto feminista de FemBloc se ha organizado una Conferencia que pretende abordar las violencias machistas digitales en Europa, los desafíos democráticos y determinar los próximos pasos. Durante la conferencia, las ponentes, (representantes de diferentes organizaciones y asociaciones que desafían a la violencia machista digital) compartieron buenas prácticas y aprendizajes, herramientas y retos que se han encontrado como alternativas para prevenir, detectar, abordar y reparar este tipo de violencias.
La conferencia se dividió en dos paneles, uno primero destinado a “brindar recomendaciones y abordar aspectos claves donde se evidencia una falta de respuesta política con un enfoque integral”, y un segundo panel dedicado a tratar en profundidad la ciber-violencia: “sus esfuerzos, desafíos y deficiencias regulatorias a nivel nacional y europeo, y la interseccionalidad con los discursos de odio y los impactos que tienen a nivel social”. Las ponentes que han intervenido han sido, en este orden: Rocío Jiménez, representante de Access Now; Lea Dudouet representante de Women Against Violence Europe (WAVE); Lila de la Asociación ECHAP; Elena Gajotto representante de Una Casa per l’Uomo, Eva Cruels de FemBloc; Diana Riba IGinner de MEP y Lauren Armistead representante de Amnistía Internacional.
En primer lugar, creo que es importante, definir el concepto de “ciber- violencia”, ya que como explican las expertas durante la ponencia, a día de hoy no existe ningún consenso jurídico ni ninguna medida gubernamental que lo contemple. La violencia digital engloba todas las acciones que mediante cualquier medio digital, atenta contra la integridad, la seguridad, la dignidad o la privacidad de una persona. Hay muchas formas de ciber- violencia, entre ellas: el ciber-acoso, la difusión de imágenes sin consentimiento,el ciber-acecho, etc.
Eva Cruel, representante del proyecto FemBloc, explica que el objetivo que se perseguía al organizar esta conferencia es poder pensar comúnmente para encontrar el mejor modelo para abordar las violencias machistas digitales.
El principal obstáculo al que se enfrentan las organizaciones que luchan contra este tipo de violencias es por un lado, la falta de datos y por otro, la falta de un marco legal e instrumentos jurídicos. No existe ninguna uniformidad ni ninguna protección a las víctimas por lo que dificulta su abordaje. Es una conclusión a la que todas han llegado, que denuncian e intentan abordar desde sus respectivas plataformas. Para cubrir estas lagunas, las asociaciones y proyectos especializados en violencia machista digital, llevan a cabo diversas prácticas; desde atender y acompañar a las víctimas como difundir información y dar talleres a profesionales para que puedan tener un protocolo de actuación.
La violencia digital engloba diversas formas de violencia, algunas de las que atienden desde FemBloc son: “violencias digitales en el marco de la pareja (control y manipulación de cuentas y dispositivos, acoso, vigilancia, quebrantamientos de prohibiciones de comunicación), violencias sexuales digitales (sextorsión, difusión de imágenes no consentidas, acoso sexual, etc.),violencias con discursos altamente machistas y violencias de alto componente digital (crackeos de cuentas, programas espías, etc.)”.
Elena Gajotto, expone tres datos muy alarmantes sobre la ciberviolencia en el contexto europeo. Una investigación británica de la línea de asistencia telefónica de Reino Unido contra el acecho, muestra que el 100% de las mujeres que denuncian el acecho, denuncian también el ciber-acecho. Por otro lado, el 51% de las mujeres que han sido objeto de difusión de imágenes no consentidas se han planteado el suicido. El tercer dato es una cifra expuesta por el Parlamento Europeo que muestra que en toda Europa la ciber-violencia tiene un coste anual de entre 49 y 89 mil millones de euros. Otros datos recogidos por BeStalk, una campaña generada por Casa per l’Uomo muestra que el 10% de las mujeres, de 15 años en adelante, ha experimentado algún tipo de ciber-violencia; El 5% de las mujeres de Europa ha experimentado una o más formas de acoso cibernético. El 70% de ellas, han sufrido también violencia sexual por parte de alguna relación. El 71% de los maltratadores habrían monotorizado la actividad del ordenador de sus víctimas mientras que el 54% habría espiado mediante un software en el móvil.
Estos preocupantes datos frente a la carencia de soluciones, uniformidad y consenso jurídico, son los que han motivado a estas asociaciones y fundaciones a desarrollar proyectos que acompañen a las víctimas, eduquen a los profesionales para que también puedan acompañarlas, difundan campañas de sensibilización y sobre todo, exijan a los gobiernos e instituciones la creación de un marco legal que sirva de referencia.
Foto: archivo AmecoPress cedida por Pixabay