Por Yamiri Rodríguez Madrid.
La situación económica cada vez está peor. Estamos a punto de cumplir un año en el confinamiento, lo que ha implicado una importante cantidad de cierre de negocios, despidos, bajas ventas y, por consecuencia, incertidumbre y desesperación en millones de familias. Como siempre, la clase media es la más vapuleada, porque quienes menos tienen reciben algunos apoyos y, la clase alta tiene un colchón para aguantar por un rato más el vendaval, pero ésta se queda en el limbo.
Febrero es el mes en el que hay que realizar las preinscripciones de los estudiantes y, quienes tienen hijos en escuelas públicas, están severamente preocupados. Comenzaron ya a llegar las circulares con los cobros. Algunas instituciones, sensibles y hasta cierto punto temerosas, mantienen para el ciclo escolar 2021-2022 los mismos precios y hasta algunas facilidades de pago, pero no es suficiente.
Para quienes han perdido el trabajo, es complejo poder mantener el mismo nivel de gasto y, para las escuelas, también representa un enorme desafío, pues saben que su matrícula escolar va a bajar, lo que les pega directamente en el pago de la nómina.
Hace unos días, Fernando Hernández Cabañas, director general de Educación Universitaria (DGEU), lanzó un exhorto a las instituciones de educación superior privadas para que sean solidarias y apoyen a los alumnos para su permanencia. Según lo informó, al llamado se sumaron 81 instituciones particulares al inicio del presente período escolar ofertando 13,599 becas en toda la entidad, con descuentos de hasta el 100% en inscripción, del 10 al 80% en colegiaturas y del 10 al 55% en titulación, permitiendo a los interesados conocer con exactitud el costo de los servicios elegidos.
Ojalá lo mismo se aplicara en educación básica y media superior, pues de lo contrario, se seguirá alimentando el círculo vicioso que ha provocado la pandemia del Covid19 y que impactará en la formación de las futuras generaciones.
@YamiriRodriguez