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/Darío Pale/
24.10.2025 Xalapa, Ver.- Xalapa vive días de profunda devoción con motivo de la festividad de San Rafael Guízar y Valencia, uno de los santos más queridos y venerados en Veracruz. Desde inicios de octubre, miles de fieles han llegado a la capital para rendir homenaje al llamado Santo de la Caridad, cuyo legado sigue inspirando a generaciones de creyentes.
El vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, Juan Beristain de los Santos, destacó que en los días previos a esta conmemoración “el fervor se ha desbordado”, evidenciando la cercanía del pueblo con un santo que, dijo, “es un santo hecho en casa”.
“San Rafael tiene una conexión muy cercana con la gente. Hay personas de segunda generación que aún conservan testimonios de quienes lo conocieron personalmente. Es una figura profundamente arraigada en el corazón del pueblo veracruzano”, expresó.
Durante todo el mes se han llevado a cabo novenas, conciertos, conferencias, procesiones y rosarios, en los que las parroquias de la Arquidiócesis han mantenido viva la celebración, considerada por los fieles como una oportunidad para renovar su fe y compromiso con el legado de servicio que dejó el santo.
En la Catedral Metropolitana de Xalapa, la afluencia ha sido constante e incesante. Las puertas han permanecido abiertas día y noche para recibir a los peregrinos que buscan orar ante la tumba del santo.
“Anoche la Catedral no se cerró; hubo misas cada hora y todos quieren pasar a la tumba, ver el arco floral que prepara la gente de Ocelo y encomendarse a San Rafael”, relató Beristain de los Santos.
A la capital han arribado peregrinos provenientes de Huatusco, Córdoba, y diversas diócesis de Veracruz, además de sacerdotes, seminaristas y religiosas de otros estados del país.
“Hoy es el gran día. Todos vienen a pedir por salud, trabajo, fortaleza o la culminación de sus proyectos personales. Cada uno trae su intención, pero todos llegan con esperanza y fe en la intercesión de San Rafael”, añadió el vocero.
Recordó también que San Rafael Guízar y Valencia fue considerado santo incluso en vida, por su cercanía con la gente y su entrega pastoral.
“Era obispo de todo el estado y el pueblo ya lo consideraba un hombre santo. Cuando murió el 6 de junio de 1931, su traslado desde la Ciudad de México a Xalapa fue acompañado por un río de personas que lo aclamaban”, señaló.
Beristain de los Santos mencionó el testimonio del sacerdote Loret del Mola, autor del libro Ángel sin ojos, que narra el fervor popular tras su muerte. “Desde entonces, el cariño del pueblo no ha cesado”, dijo.
San Rafael fue beatificado en 1995 por el Papa Juan Pablo II y canonizado en 2006 por el Papa Benedicto XVI, consolidándose como una de las figuras religiosas más representativas del país.
Finalmente, el vocero subrayó que su figura continúa siendo “símbolo de esperanza, servicio y entrega total a los demás”, virtudes que siguen inspirando a los veracruzanos que año con año renuevan su fe y gratitud ante quien es considerado un verdadero pastor del pueblo.












