Firmas, ¿alguien?

/Verónica Malo Guzmán /

El show debe continuar, al menos así reza la canción de Queen. E igual aplica a la revocación de mandato como ejercicio de las veleidades de la 4T.

El 25 fue el último día para recibir firmas ciudadanas solicitando llevar a cabo dicha consulta popular. Inicia ahora una segunda etapa del proceso, aunque de antemano sabemos que el más lastimado en todo esto resultará ser el INE.

La organización ‘Que siga la democracia’ presume haber entregado al Instituto casi 9 millones de firmas para la realización de la consulta sobre la revocación de mandato de López Obrador. El lema para recabar firmas ha sido #QueSigaAMLO, lo cual muestra la bipolaridad de la petición y del ejercicio mismo: quieren el ejercicio de revocación, pero quieren que López Obrador sea ratificado (se quede)…

El INE tendrá que continuar con la verificación de las firmas (detectar las irregulares, las repetidas y descartar también las pertenecientes a mexicanos ya finados. Cerciorarse de que las válidas provengan de ciudadanos que habiten en al menos a 17 estados del país, sumando un total del 3 por ciento de firmas de electores inscritos en la listado nominal.

Mismo con lo anterior, antes de la entrega de los últimos tres millones de firmas —lo que ocurrió apenas hace un par de días—, se tenían computadas como válidas el 40 por ciento de las seis millones entregadas con anterioridad, esto es 2.4 millones. Ante ello, no resultará nada complicado llegar al número mágico de 2.8 millones de rúbricas para quienes impulsan el ejercicio.

El quid del asunto será, entonces, cumplir con el porcentaje requerido por cada uno de los estados; lo que nos lleva a pensar que cualquiera que sea el resultado, el INE será criticado por unos y por otros.

Sumado a lo anterior, tenemos a la Cámara de Diputados convertido en Santa Inquisición queriendo llevar a la hoguera a los consejeros del INE que pidieron aplazar los preparativos de la revocación; con dos terceras partes de la Cámara pueden llevarlos a una parodia de un juicio político que deberá en su momento ser secundado por el Senado…

Ante esta locura de posibilidad, no ha faltado quien “ya se vio” cómo próximo presidente del INE o nuevo consejero.

¿Tendremos ejercicio de revocación? De acuerdo a lo que se vislumbra por cuanto a firmas, lo más probable es que sí. Conforme a las intenciones del inquilino de Palacio Nacional, la respuesta es: ¡por supuesto! Atendiendo a las finanzas del INE, el fondo de la materia no se ha resuelto; por lo pronto la instrucción es que se lleve a cabo una versión más pequeña, perdiendo así el sentido de integralidad para el país…

Falta resolver la impugnación principal a este ejercicio que únicamente quiere llevar a cabo López Obrador y sus seguidores. ¿De verdad ES NECESARIO hacer un ejercicio que NO ES NECESARIO? Mejor podrían usarse esos dineros para terminar con el desabasto de medicinas (por cierto, ¿cómo vamos con el cambio de nombre, Andrés Manuel?).

Conocemos la respuesta: poco IMPORTA lo que es IMPORTANTE para el país. Lo único que vale es ser condescendiente a los deseos del tabasqueño. Tan alejados de las penurias nacionales y tan cerca de sus caprichos…

Tendremos ejercicio de revocación con o sin firmas, con o sin INE, al amparo o en ausencia de la ley. Este ejercicio es un cheque firmado para la peor de las arbitrariedades. Firmas, ¿alguien más?

Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero

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